Una espectacular colección de 412 camisetas de fútbol ha invadido este miércoles el campo de La Balsa en Larraga. Un césped tranquilo, en el que normalmente juega el San Miguel -de categoría Preferente navarra- y sobre el que se posaron nombres históricos como Ronaldinho, Messi, Modric, Klose o Larsson. Zamarras de todo tipo de equipos, países y colores que, ordenados desde el número 1 hasta el 47, ocuparon gran parte del campo. El artífice de esta colosal obra forjada tras años de trabajo e insistente acumulación de prendas de fútbol es Carlos Catalán, un hombre de 34 años con una gran pasión: coleccionar camisetas de sus grandes ídolos.

"Al principio me las compraba para ponérmelas, pero ya tenía muchas y entonces me lo empecé a tomar más en serio y a cuidarlas. Ya no me las pongo tanto para que se conserven mejor. He regalado algunas y otras las he tirado porque se habían estropeado, pero ahora mismo tengo 412 y todas son de futbolistas a los que he visto jugar", explica con orgullo Carlos Catalán.

Ese es su verdadero nombre, el que se esconde detrás del usuario @catilarsson y que revolucionó las redes sociales al publicar un vídeo con su espectacular colección. Su intención inicial era ir a su puesto de trabajo en la empresa Berlys de Tafalla con una camiseta diferente cada día, pero al final optó por juntar toda su obra en una sola imagen.

"Un compañero de trabajo me propuso llevar una camiseta diferente cada día al trabajo y hacernos una foto diaria. Yo no tuve paciencia y, cuando llevábamos la mitad, pensé en hacer una foto de todas juntas y ya. Lo grabamos con un dron y lo he metido en todas las redes sociales: Twitter, Instagram, Facebook. Todo el mundo me pedía que lo hiciera y la verdad es que me apetecía enseñar toda mi colección junta".

Para ello, eligió un lugar conocido y en el que no le pusieron ningún problema para entrar: el campo de fútbol de Larraga. "Estuve jugando seis años en el San Miguel. Tengo muchos amigos allí, suelo ir a verles y de vez en cuando hasta me animo a entrenar con ellos. Así que me han dejado utilizar el campo sin problemas".

Y tampoco ve demasiadas dificultades para guardar esa ingente cantidad de ropa en su casa. "Las guardo en perchas, poniendo varias camisetas en cada una. Tengo un armario grande, pero la verdad es que no ocupan tanto espacio como se piensa la gente. Bien colocadas, se pueden mantener sin problemas", asegura.

Así, llevó las 412 camisetas desde casa hasta el campo y las ordenó por números, del 1 al 77. La única excepción fue Henrik Larsson, el gran ídolo del tafallés y para el que tenía reservado el lugar central de la imagen. "Son las camisetas a las que más cariño tengo. Lo llevo viendo desde el Celtic y era una pasada: encima no es una estrellita. Era muy bueno, pero creo que siempre ha estado infravalorado. Además, estuvo a punto de venir a Osasuna, pero se pegó una Eurocopa muy buena y lo fichó el Barça", lamenta.

Del delantero sueco tiene una de las zamarras más antiguas, que son de 1994, año en el que se sitúa la fecha de inicio de la colección. De ese momento, conserva una de Bulgaria de Hristo Stoichkov, otra de Paolo Maldini con el Milan y la de Suecia de Larsson.

En cuanto a los equipos, la mayoría son de la liga española o de la inglesa. "He visto que de España me faltan muchos equipos, pero de la Premier tengo a todos. Me parece que tengo 23 del Liverpool y 21 del Manchester. Confieso que desde siempre me ha gustado mucho la liga inglesa".

De cara al futuro, Catalán tiene una lista con sus próximos objetivos, entre los que destacan futbolistas como Casillas, Cannavaro, Zambrotta o Thuram. "Jugadores míticos con los que he disfrutado y que todavía no tengo".

Además, quiere ampliar su exposición con más camisetas de Osasuna. "Me jode que tengo muy pocas: solo de Rubén García, de Pipa Gancedo, del Chimy Ávila y varias más sin nombre. Ahora me arrepiento porque me gustaría haber tenido de míticos de Osasuna como Puñal o Azpilicueta".

Todas las zamarras -a excepción de una original del tafallés Ion Vélez con el Athletic- son compradas, por lo que la suma de dinero que ha invertido es considerable. "Creo que a partir de ahora bajaré el ritmo porque este año he gastado mucho. He llegado a pagar hasta 180 euros por una camiseta de segunda mano, concretamente por la de Le Tissier en el Southampton. Es mucho tiempo y mucho dinero el que he invertido. Pero bueno, para un vicio que tengo tampoco lo voy a dejar".