la impresión que ya tenemos todos es que este Mundial solo lo puede ganar Marc, al igual que solo lo puede perder él. La carrera resultó anodina, con pocas batallas, tan fría como estaba el día en el mítico Bugatti de Le Mans. Márquez reconoció además que este año son capaces de ganar de formas distintas, con variantes tanto técnicas (usó por primera vez la goma blanda delantera) como estrategias de carrera. Con cinco carreras ya disputadas podemos también empezar a valorar el rendimiento de los que andan domingo tras domingo viendo el colín del de Cervera (eso si no se cae, claro). Y comenzando por su propio equipo, donde Lorenzo después de clasificar mejor que nunca con la Honda volvió a dar la de arena. Que si un asiento que me molesta, que si rumores de que le buscan sustituto incluso antes de terminar esta temporada? Jorge es un grandísimo piloto, campeón del mundo, con unas características muy especiales y exclusivas, pero cuyo crédito va menguando en cada salida a pista, además de que su carácter no ayuda para intentar reconducir la situación. Rins y Suzuki deben mejorar ostensiblemente las clasificaciones y su regularidad si quieren considerarse alternativa. Ayer pincharon. Por otro lado, la armada roja, con Dovi al frente no parece estar brillando, tal y como es él, pero hay que tener en cuenta que salen de Francia con solo 8 puntos de desventaja y que vienen Mugello y Catalunya muy favorables a las Ducati. Además estos sí son equipo como vimos ayer cuando Petrux no intentó de forma seria arrebatarle la segunda posición a su jefe de filas. Y eso es un arma poderosa. En el box de Yamaha, Rossi aguanta el tipo como puede, pero lo de Viñales empieza ya a ser desesperante. No fue su culpa la caída, pero clasificando tan atrás es lo que pasa, que cualquier novato pasado te lleva por delante. Y peor, que empieza a notar el aliento en la nuca de un tal Quartanaro, francés, que lo está bordando en el equipo satélite y al que comienzan a situarle en su sillín de la M1. Que se ande con cuidado.