e l otro día a la vez que comíamos mis hijos y yo nos quedamos perplejos viendo una noticia en los deportes de cierto canal. En un partido de baloncesto femenino de cadetes, la mujer de un entrenador saltó a la pista y puso al árbitro contra la pared para cantarle las cuarenta. Ante la mirada de todo el personal le metió un rapapolvos bueno y le amenazó con el dedito sobre su cuello? Tela.

De estos hechos no tiene la culpa el baloncesto, ni el árbitro, ni el entrenador, ni siquiera los políticos, que ya es decir? la tiene esa señora y su actitud. No sé si habrá tenido algún tipo de sanción, pero sin duda la merece.

Dejando de lado a esta mujer, que no merece ni un segundo más de nuestra atención, hay que decir que el papel de la mujer en el deporte va subiendo y muy poco a poco son protagonistas en más y mejores sitios donde los hombres se llevaban todo la gloria. Y que esto no pare, por supuesto.

El fútbol poco a poco se va quitando el adjetivo de femenino y las futbolistas empiezan a ser futbolistas y no sólo mujeres futbolistas. Precisamente esta semana las jugadoras de Primera División anunciaban una huelga porque después de mucho tiempo negociando su convenio no hay forma de llegar a ningún acuerdo. No será fácil, pero espero que la pelea sea limpia y justa para ellas.

Además de jugadoras, también cada vez son más las que ocupan cuerpos técnicos y por supuesto las que dedican su vida al arbitraje. Por cierto, en las mismas noticias vimos que en una comunidad cercana, una chiquilla, banderín en mano, sufría los insultos desmedidos de algún aficionado que espero que también tenga su merecido.

Presidentas, directivas, coordinadoras, ojeadoras y muchas más ya se mueven con soltura por nuestro fútbol, demostrando que a lo mejor nosotros no somos tan buenos como nos creíamos.

Por supuesto no podía dejarme fuera a las madres de tantos jugadores y jugadoras que lo mismo les lavan la ropa que les dan un abrazo que solo ellas saben dar? Bienvenidas a todas y a muchas más.

El autor es Técnico deportivo superior