Cuando escribo estos artículos me enfrento siempre a una situación compleja: el público al que los dirijo es forzosamente heterogéneo, hay auténticos expertos futboleros que contrastan sus conocimientos, pero también abundan los y las que se acercan a leerlos desde la curiosidad, sin entrar en mayores tecnicismos, y que agradecen más los comentarios sobre el juego limpio que las disquisiciones reglamentarias. Intentaré, en este último artículo del año, mezclar una cosa con la otra.

Repasaremos algunos detalles, más o menos conocidos, sobre los tiros libres recogidos en la regla 13:

Si un tiro libre entra directamente en la portería del ejecutor, se concederá un saque de esquina al equipo adversario.

El balón estará en juego una vez haya sido golpeado y se mueva con claridad.

Si el árbitro se olvidara de indicar que el tiro es indirecto y, tras el lanzamiento, el balón entrara directamente en la portería, se deberá repetir el tiro.

Se puede ejecutar un tiro libre elevando el balón con un solo pie o con los dos simultáneamente.

Fintar durante la ejecución de un tiro libre para confundir a los adversarios forma parte del juego y está permitido. Debe notarse que esas fintas no se permiten en el lanzamiento del penal.

A partir de esta temporada ya no es preciso que cuando un equipo ejecute un tiro libre desde dentro de su área el balón tenga que salir de ella para estar en juego, lo estará cuando sea tocado y se mueva de manera clara.

En el caso de esos tiros ejecutados por un equipo desde su propia área todos los adversarios deberán permanecer fuera de ella, sin embargo si se realiza una ejecución rápida sin que algún atacante haya tenido tiempo para salir, el juego continuará.

Termina el año con momentos complicados para el fútbol, en mi opinión intereses ajenos a él lo cargan a menudo con pesados fardos que no le son propios, ojalá pueda soportarlos. Felices fiestas navideñas, nos volveremos a encontrar en 2020.

El autor es vocal de Formación del Comité Navarro de Árbitros de Fútbol