- La navarra Miren Bartolomé (Grupompleo Pamplona Atlético) explicaba en su cuenta de Instagram que el proceso vírico que está sufriendo tiene todo el aspecto de ser el coronavirus. Por fortuna, como lo está sobrellevando -con paracetamol y el conveniente aislamiento en su casa- no se le va a practicar de momento la prueba para confirmarlo.

Pese a tener solo 22 años, la atleta navarra, a la que entrena Francis Hernández, es la actual número 1 de la pértiga nacional, como refrendó con sus sendos títulos en los Campeonatos de España al aire libre (septiembre de 2019) y en pista cubierta (pasado mes de febrero).

Aunque está la mayor parte del día con una fiebre por encima de los 38 grados, Bartolomé charlaba ayer con este periódico sobre su enfermedad, la cuarentena de la pandemia y sus próximos objetivos deportivos.

Lo primero de todo: ¿cómo se encuentra?

-Con 38 de fiebre mínimo y muy cansada todo el día.

¿Ha aparcado los entrenamientos en casa?

-Sí. Al principio estuve haciendo algo, porque me trajo material Francis. Sobre todo hacía pesas en el jardín que tenemos. Pero he tenido que parar.

¿No tendrá un jardín como el del plusmarquista mundial Duplantis, con pasillo, listón y colchoneta?

-No (se ríe). Ojalá. No tengo un jardín como para tener un pasillo así.

El atletismo, como todos los deportes, ha tenido que parar. Al menos ustedes tuvieron la suerte de poder disputar la temporada casi completa de pista cubierta (solo se cayó el Mundial, que iba a ser en China en marzo).

-Sí. Lo importante en el atletismo es la temporada al aire libre, pero salvamos la de pista cubierta, que ya es algo.

¿Cree que dará tiempo para que haya este año competiciones al aire libre?

-Lo veo muy difícil. Me temo que no va a haber ni temporada.

¿Le da rabia?

-Un poco sí, porque antes del parón estaba entrenando bien. Llevaba bien la pista cubierta y eso me daba buenas sensaciones para la temporada al aire libre. Estaba con ganas de entrenar y saltar, y tenía el objetivo de clasificarme para el Europeo de Francia de agosto. Por ser sub-23, a mí me pedían una marca de 4.45, y mi récord al aire libre está en 4.42. Tres centímetros que creía que iba a ser capaz de mejorar.

El parón por la pandemia le ha llegado a usted después de unos meses impresionantes: dos títulos nacionales, récord nacional sub-23 en pista cubierta...

-La verdad es que estoy haciéndolo bien y, sobre todo, mejorando.

El récord nacional absoluto al aire libre está en posesión de Naroa Agirre desde 2007, con 4.56. ¿Se ve en condiciones de superarlo?

-Cuando empecé a hacer pértiga me fijé en ese objetivo como algo a largo plazo, pero ahora ya lo veo cercano. Este año lo iba a intentar al aire libre, pero como no va a ser posible será mi reto para 2021.

El año que viene será también el de los Juegos de Tokio aplazados. ¿Se ve en condiciones de conseguir una plaza en ellos?

-Sí, porque han cambiado el sistema para clasificarse: o haciendo la mínima, que es de 4.70, o por ranking mundial. Entran las 32 primeras y yo estoy la 41ª. Tengo que mejorar 9 puestos y es algo que veo factible. Habría sido precipitado si los Juegos fueran en 2020, pero al ser el año que viene ya me lo puedo plantear como un objetivo.

¿Cuánto cree que tendrá que saltar para estar entre las 32 mejores del mundo?

-El ranking se hace puntuando los resultados de cinco competiciones, y calculo que habrá que estar sobre 4.50 en ellas. Creo que es algo que puedo conseguir y, por lo tanto, lucharé por ello.

¿Y ahora, qué va a hacer?

-Lo primero, recuperarme, porque este virus me va a dejar KO. Después, volver a entrenar en casa y, cuando se pueda, en Larrabide. Hay que ir haciendo la base para el año que viene.

Los Europeos de Francia de agosto corren riesgo, pero quizás aún puedan salvarse.

-No lo sé, porque, aunque es una competición al aire libre, hay una gran aglomeración de atletas. No sé si va a ser posible... Teníamos pensado ir a París toda la familia para, aparte de competir yo en el Europeo, hacer turismo allí, ir a Disneyland... Nos van a fastidiar los dos planes.