o mejor que se puede decir de un producto es que tiene personalidad propia, carácter, identidad. Trasladar al ámbito de los objetos características exclusivas de los seres humanos ha sido siempre un propósito prioritario, casi una obsesión desde que la sociedad de consumo entendió que era fundamental asentar en la mente del potencial comprador una idea de marca o producto. Y no exclusivamente porque permitiera diferenciarlo del resto de competidores, sino también porque era el reflejo natural, la proyección lógica y esperable, de los planteamientos, filosofía y objetivos de quienes estaban detrás de ese referido producto o servicio.

En Volvo esto siempre ha sido así, porque no podía ser de otra forma y porque era la consecuencia inmediata de una forma de entender la automoción, la movilidad: coches pensados por y para las personas, respetuosos con los seres humanos y con el medio ambiente, creados para durar y para hacerlo con estilo. Me gustan los Volvo, los de antes y los de ahora, los señoriales SUV y las elegantes berlinas, sin olvidar los preciosos cupés que ha habido a lo largo de su dilatada historia.

Y ahora el mercado lo que demanda es, sobre todo, SUV -Volvo comercializó en 2019 445.541 unidades de sus modelos SUV (XC40, Coche del Año en Europa 2018, XC60 y XC90), el 63,15% del total de sus ventas-, y especialmente compactos; y lo que exige la actual y futura normativa, que sean eficientes y cada vez menos contaminantes. Así cabe entender la llegada de la línea Recharge a la gama del exitoso Volvo XC40. Recharge es la denominación elegida por la marca sueca para todos los modelos eléctricos e híbridos enchufables. En el caso del XC40 está compuesta por el XC40 T5 Twin Engine, que recibe mejoras en su diseño, acabados y equipamiento con la aparición de la gama Recharge, y por el modelo completamente nuevo XC40 T4 Twin Engine. Más adelante hará su aparición el XC40 P8 AWD Recharge, el primer automóvil totalmente eléctrico de Volvo Cars.

La presencia de modelos híbridos enchufables es cada vez más importante en las cifras globales de Volvo. En 2019 se vendieron 45.922 Volvo de estas características, un 22,9% más que en 2018 y más del doble respecto a 2017, sin olvidar que durante el primer trimestre de 2020 la línea Recharge de Volvo llegó al 14,7% del total de unidades comercializadas.

Si a Volvo le van bien las cosas -en 2019 superó su récord mundial de ventas y sobrepasó por primera vez en 93 años de historia las 700.000 unidades vendidas-, a su modelo estrella, el XC40, todavía la vida le sonríe más, hasta el punto de que Volvo ha decidido abrir una segunda fábrica de este vehículo además de la actual de Gante, concretamente en China, así como incrementar la producción en Europa.

Los Volvo XC40 Recharge cuentan con un habitáculo de similar capacidad que el resto de XC40, con 460 litros de maletero y un amplio espacio interior, tan sólo se ve reducido el volumen del depósito de combustible de 54 a 48 litros y desaparece el suelo del compartimento de carga plegable opcional. Por su parte, el motor de gasolina de tres cilindros de 1,5 litros sobrealimentado está disponible en dos niveles de rendimiento: 180 CV en el T5 y 129 CV en el T4, a los que se suman los 82 CV del propulsor eléctrico con baterías recargables, tanto desde la red como con la energía suministrada por el grupo de combustión. Con una potencia combinada de 262 y 211 CV, cambio automático de doble embrague de siete marchas, una autonomía en modo exclusivamente eléctrico de hasta 56 kilómetros, más de lo que la mayoría de usuarios suele recorrer a diario; diferentes modos de conducción para gestionar el combustible y la electricidad según nuestros deseos y necesidades, una sobresaliente aceleración (de 0 a 100 km/h en 7,3 y 8,5 segundos, respectivamente), consumos medios homologados de 1,8 a 1,9 litros y de electricidad entre 15,6 y 15,9 kWh cada 100 kilómetros y emisiones medias de CO2 de 41 a 45 gramos por kilómetro, sin olvidar una velocidad punta autolimitada a 180 km/h y de 125 km/h en modo eléctrico, estas mecánicas convencen plenamente.

Junto a unos precios de partida de 45.250 euros en el XC40 T4 Twin Engine Recharge, 46.350 en el T5, súmenle una dotación en seguridad, confort, conectividad y diseño completísima, a la que siempre se puede añadir un listado de opciones de personalización interminable. Así es fácil entender los motivos que han llevado al éxito al SUV más compacto de Volvo, el XC40; y lo que le queda.