En la Federación Navarra de Deportes de Montaña y Escalada tienen claro que el mayor interés que está generando la montaña este verano responde a la situación creada por la pandemia. “Es un fenómeno de causa-efecto. Tiene que ver con la situación en la que estamos en general. Hay una tendencia a lo cercano, a no viajar al extranjero, por motivos obvios. Y entre lo cercano, con la disyuntiva que suelen tener las familias entre mar y montaña, la gente está tendiendo más hacia la montaña”, expone Koldo Aldaz, vicepresidente de la Federación. Y es que la montaña “ofrece lo que todo el mundo busca ahora: distancia, entornos amplios donde estar relativamente aislado del resto”.

Lo que no tienen tan claro es que esto sea algo que se vaya a mantener en el tiempo. “Habrá gente que ha elegido la montaña como alternativa en esta situación y que no volverá a ir, pero también habrá otros tantos que se enganchen a esto y que encuentren que es una actividad más que interesante”, opina Aldaz. La tendencia en la que cada vez va más gente al monte no es algo nuevo, a pesar de la obviedad de que la situación actual la ha disparado todavía más. Así lo demuestran los datos. “Cada año tenemos más federados, y no todos se federan. La tendencia es obvia, pero no creo que la sobrefrecuentación actual se vaya a mantener, porque hay un elemento distorsionador que es la pandemia”.

Sin embargo, también aprecian un problema, y es que no todo el mundo se prepara correctamente para afrontar sus excursiones, ni físicamente ni a la hora de elegir el destino. “Una cosa es que tú pienses que ir al monte te ofrezca estas garantías, y otra cosa es que los destinos que tu elijas cumplan o no con esas condiciones. No solo condiciones de seguridad sanitaria, sino también de seguridad personal”, explica.

Por ejemplo, Aldaz cuenta que estuvo no hace mucho en la Mesa, entre semana, y que, como el miércoles pasado, había demasiada gente. “No me quise ni imaginar lo que podía ser en fin de semana. La Mesa es un monte que le gusta a todo el mundo, que es relativamente fácil, aunque es largo. Es caminar, pero prácticamente todo, porque antes de llegar a la cumbre hay un paso que tiene un riesgo altísimo. El 99 por ciento del recorrido no tiene ningún riesgo, pero ahí si se cae alguien puede matarse”, comenta.

En ese sentido, la elección del destino es “muy importante, y más en situaciones como esta, de sobrefrecuentación”. “Hay que intentar no ir a los sitios que va todo el mundo. A día de hoy hay multitud de herramientas para ello. Hay cantidad de guías en las que vienen itinerarios muy variados. A montañas emblemáticas, como la Mesa o el Anie, va todo el mundo. Al lado de la Mesa hay un montón de cumbres a las que no va nadie, y ni siquiera hay que buscar siempre una cumbre. Hacer una travesía, por ejemplo, es mucho más seguro, más variado y es raro encontrarte con mucha gente”.