a aparición del agua en una carrera de GP habitualmente es sinónimo de cosas raras, de mecánicas que se igualan, de pilotos lejos de la cabeza que ven su oportunidad de tener su día de gloria mientras que los que se pelean por lo gordo envainan su espada esperando próximos duelos de otro nivel. Eso en una temporada "normal". Así que cualquier cosa podíamos esperar cuando en plena parrilla un chaparrón barrió Le Mans de oeste a este, uniéndose al frío que ya reinaba. Pero les aseguro que mil veces podía haber apostado y nunca hubiera dado con este trío que finalmente descorchó el Prosecco en el mítico trazado francés. No es que sea nuevo que Petrucci y Pol vayan bien en agua, eso ya estaba en los registros. ¿Pero Alex? ¿Qué locura es esta? El segundo Márquez, que clasificó 17 parecía haberse metido en la piel de su hermano ausente, merendándose las Ducati como si no hubiera mañana. Y el box de Honda, con Puig a la cabeza celebrándolo como si se fueran a llevar otro año el mundial... Si analizamos la situación, no es precisamente esto algo que deje muy bien a HRC. El agua en pista significa el cambio de mapping de potencia de las motos, bajando la entrega de potencia total pero sobretodo dulcificando la entrega de la misma, lo que en cristiano significa que la moto es más dócil y fácil de pilotar. Por otro lado, es bien sabido que en agua, los pilotos más robustos, altos y corpulentos tienen más ventaja, dado que son capaces de calentar más los neumáticos y mantener ese calor durante más tiempo. Que se lo digan a Pedrosa o a Lorenzo, siempre incapaces de tener la más mínima confianza sobre mojado. Y he aquí la ecuación. La Honda que sobre seco con la entrega total de potencia es una moto tan potente como difícil de llevar, ingobernable, nerviosa y traicionera, pero que con un mapa de potencia reducido y un piloto grande y fino como Alex, se convierte en una máquina casi perfecta sobre agua. Y mientras, quienes se van a pelear de verdad por este campeonato, intentaban allí por mitad de pelotón, no tirar por el suelo sus posibilidades.

Quedan cinco carreras de mundial, todas ellas en Europa. Estamos a mitad de octubre.