Felipe Reyes se despidió ayer tras dos décadas en la elite. El capitán del Real Madrid, de 41 años, aseguró que, aunque el “cuerpo y la cabeza” le dicen que podría jugar algún tiempo más, decide poner punto final a su carrera para afrontar “con ilusión” un futuro del que no sabe por dónde irán sus pasos, aunque sí pretende “devolver al baloncesto todo” lo que le ha dado. “He tenido la suerte de jugar en los dos grandes equipos de mi ciudad, Estudiantes y Real Madrid”, dijo en un acto junto al presidente del club, Florentino Pérez.