ras más de un año dedicándose a practicar escalada exclusivamente en territorio nacional debido a la situación de emergencia sanitaria, los hermanos Pou han decidido embarcarse de nuevo en uno de sus exóticos viajes para ascender las paredes más exigentes del mundo y disfrutar de paisajes variopintos lejos de Vitoria. Tras haber recibido la vacunación, los alaveses se han sentido suficientemente protegidos para viajar a Perú, donde intentarán explorar nuevas vías de escalada en la Cordillera Blanca. Sin embargo, antes de aferrarse a las paredes necesitan pasar por un proceso de aclimatación para adaptarse a la altura en la que se encuentran.

En apenas dos días, los gasteiztarras pasaron de encontrarse practicando en Mallorca al nivel del mar a asentarse en un campamento base a 3.300 metros de altura en la provincia de Ancash. El cambio en las presiones obliga a Iker y Eneko a aclimatarse a las condiciones atmosféricas antes de abordar actividades de máxima exigencia como suelen ser sus escaladas. Para ello, han aprovechado sus dos primeros días en Perú para subir dos picos de más de 5.000 metros de altura.

La primera ascensión que acometieron fue la del Nevado Mateo, de 5.120 metros, donde estuvieron acompañados por el peruano Micher Quito y la argentina Luciana Juárez, grandes conocedores de la zona. A pesar de ser una de las cimas más asequibles de la cordillera, los hermanos gasteiztarras tuvieron que llevar un ritmo pausado a causa de los jadeos provocados por el cambio de altura.

Tras ello y con solo un día de descanso, Iker y Eneko se lanzaron a por el segundo cincomil, en este caso el Vallunaraju, de 5.686 metros de altura. A la expedición se sumaron Gustavo Llanos y César Vicuña, que acompañaron a los gasteiztarras hasta la cima. Quito y Juárez tuvieron que darse la vuelta, ya que la segunda sufrió un inicio de edema cerebral, con mareos y dificultad en el habla, muestra de la exigencia de soportar semejantes alturas. Afortunadamente, la argentina se recuperó al regresar al punto de partida y los Pou, a pesar de que también sufrieron mareos, completaron la aclimatación con éxito.