- El ciclista estadounidense Neilson Powless (EF Education-Nippo) ganó ayer la Clásica de San Sebastián, disputada con inicio y final en Donostia sobre 223,5 kilómetros, para abrir su palmarés profesional con un duro esprint en el que superó a Matej Mohoric y a Mikkel Frolich Honoré. La 41ª edición de la Donostia Klasikoa ya tiene vencedor; un Neilson Powless que se fue a por la cabeza de carrera junto a sus rivales en meta y que, pese a no destacar por su punta de velocidad, tuvo fuerzas para aguantar a Mohoric, que era ligero favorito, y a un Honoré que venía mermado por una caída.

A falta de 5 kilómetros para meta, un frenazo de Matej Mohoric (Bahrain-Victorious) bajando del Monte Igeldo provocó la caída de Honoré (Deceuninck-Quick Step), cuya bici se llevó por delante a Lorenzo Rota (Intermarché-Wanty-Gobert).

El danés logró atrapar de nuevo a la cabeza de carrera, con Mohoric y Powless, pero el estadounidense tenía mejores piernas y la ilusión de llevarse una Klasikoa que es parte de la historia ciclista mundial y una de las pruebas de un día más importantes del calendario UCI WorldTour.

Una Clásica elegida por Mikel Landa (Bahrain-Victorious) para regresar a la competición después de su fea caída en el Giro de Italia, con fractura de clavícula y operación de por medio. El vasco se atrevió a atacar a falta de 45 kilómetros, en la subida a Erlaitz (1ª), y mostró buenas piernas aunque falta de rodadura.

La ciclista neerlandesa de Movistar Team y campeona olímpica en Tokio, Annemiek Van Vleuten, se adjudicó la carrera femenina, a la que llegó a última hora y en la que ganó presentándose en solitario en la meta.

Esta clásica se enmarca en la UCI World Tour femenino, compuesta de otras 22 carreras, seis de las cuales fueron canceladas por la pandemia esta temporada, lo que da un doble valor a la competición donostiarra.

La carrera se resolvió como estaba previsto en la montaña de Murgil, a la que entraron cinco corredoras destacadas y en sus primeras rampas se registró ya el ataque de Audrey Cordón, que se escapó con una gran facilidad del grupo que se iba a jugar la victoria cuando solo faltaban 11 kilómetros para la meta.

Antes de la bajada, Annemiek Van Vleuten, con un punto de forma increíble a pesar del largo viaje desde Japón, esperó su momento y lanzó el ataque en las rampas más duras para cazar a Cordón y escaparse en solitario. La ciclista de Movistar ya no tendría rival, con la cadencia lograda en las Olimpiadas y, como una de las mejores rodadoras del planeta, se dedicó a administrar la renta que cogió en la última cima, gestionarla en la bajada y en el llano previo a la meta, para alzar los brazos en solitario y sumar un nuevo triunfo en la presente temporada tras vencer también el Tour de Flandes.

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