pamplona - Hace diez años, Ignacio Catalán desempeñaba el cargo de jefe de Estudios en el Instituto Ibaialde cuando recibió la llamada del delegado del Gobierno en aquel entonces, el socialista Vicente Ripa. Fue entrevistado para ocupar el cargo de director provincial del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) en Navarra, que asumió a sus 39 años en noviembre de aquel 2004, después de que ese puesto llevara sin cubrir seis meses. Han transcurrido nueve años y siete meses desde ese momento, y el próximo lunes 30 de junio, este licenciado en Dirección y Administración de Empresas, diplomado en Administración y Ciencias Empresariales y máster en Administraciones Públicas dirá adiós a su despacho de la plaza Góngora en Pamplona, donde ha compartido con su equipo de cien profesionales “una época compleja, difícil y muy hostil desde 2007, porque el desempleo ha aumentado de forma exagerada”, resalta. Casado, y padre de Iñaki, de 14 años, y de Izaskun, de 11 años, confiesa que “la dedicación exclusiva a este cargo le ha quitado tiempo para su familia, aunque siempre ha intentado conciliar al máximo”. El próximo curso regresará a la docencia, “a la Formación Profesional de grado medio y superior, para impartir materias en las que creo y en las que he adquirido experiencia durante estos años: la orientación hacia el emprendimiento, las empresas, la formación y la orientación laboral”, recuerda Catalán, de 48 años.

El director provincial del SEPE Navarra desvela que “es el momento de cerrar este ciclo”, en el que repite una y otra vez que “el equipo de cien profesionales ha sido clave” para la modernización y cambios que ha vivido el SEPE y para “afrontar la elevada carga de trabajo provocada por la crisis, con la tramitación récord de expedientes (prestaciones por paro, subsidios y rentas activas de inserción -RAI-) en los últimos ejercicios: 214.025 en 2009, 233.453 en 2010, 169.527 en 2011, 233.755 en 2012 y 197.429 en 2013, cuando en los años anteriores a la crisis, los expedientes oscilaban entre los 60.000 y 80.000 al año”, recuerda.

El SEPE en Navarra lo integran unas cien personas, de las que un 55% son funcionarios y el 45% restante disponen de diferentes contratos temporales, distribuidas en las diez oficinas repartidas por la Comunidad, en la sede central en Pamplona y en Ratel (la red de atención telemática).

Se ha salido de la recesión, pero la situación económica sigue siendo complicada. ¿El Servicio Público de Empleo Estatal en la Comunidad percibe señales de mejoría?

-Este año hemos detectado un descenso del número de personas que se acercan a nuestras oficinas: de las 919 citas de media al día en 2012 y de las 902 en 2013 a las 840 registradas en 2014. Se trata de una tendencia que se va consolidando cada mes y se traduce en una bajada de la carga de trabajo, en la contabilización de menos beneficiarios por prestación, en menos expedientes reconocidos y en menos empresas y trabajadores afectadas por ERE. Además, este año prevemos tramitar 172.284 expedientes, casi un 13% menos que en el ejercicio pasado. De esta forma, según los pronósticos, Navarra destinará este año 286 millones en prestaciones, un 6,5% menos que en 2013 cuando la nómina anual ascendió a los 306 millones. Una disminución que se debe a que se gestionan menos expedientes, pero también a que las prestaciones contributivas han cedido terreno a los subsidios y a las rentas activas de inserción (RAI). A pesar de todos estos datos, hay que ser cauteloso, porque la situación actual es muy compleja.

¿Cuál es el perfil de demandante de prestación contributiva, la que todos conocen como paro?

-Durante los años de la crisis, los mayores beneficiarios del paro se han movido principalmente en la franja de los 30 a 39 años, tanto hombres como mujeres: un segmento de edad con muchas capacidades de trabajo y con ganas de emplearse. Los siguientes grupos oscilan entre los 25 y 29 años y entre los 40 y 44 años. En los inicios de la crisis, los afectados tenían el periodo de cotización máxima de seis años y unas bases topadas, con lo que cobraban el máximo de la prestación contributiva. Sin embargo, si se ha producido la pérdida de empleo en los últimos cuatro o tres años, se ha evidenciado una disminución de las bases reguladoras, que ha repercutido en el cobro del paro. Además, cada vez es más complicado alcanzar los periodos de ocupación mínimos para lograr una prestación. En 2008, las ayudas contributivas representaban el 83% del total; en cambio este porcentaje ha caído durante la crisis, y ha pasado a suponer el 61% del total en 2013, con una paga media de 960 euros.

¿Y cuál es el perfil de demandante de subsidio?

-Los mayores beneficiarios de los 426 euros se encuadran en la franja de los 55 y 59 años y principalmente suelen ser mujeres. Estos subsidios han pasado de englobar el 16% de las prestaciones en 2008 al 34% el año pasado. Por otra parte, la renta activa de inserción (RAI) para desempleados con especiales necesidades económicas y dificultad para encontrar empleo ha crecido en los últimos ejercicios, al pasar del 1% en 2008 al 5% en 2013.

Cada mes el Ministerio de Empleo publica el número de beneficiarios por prestaciones del SEPE y siempre se hace la lectura de restar esa cifra al número total de parados para comprobar cuántas personas tienen cobertura de prestación, ¿está bien hecho el cálculo?

-No. Hay que diferenciar entre nóminas y beneficiarios. Los segundos solo se refieren a aquellas personas que perciben la nómina el 30 de cada mes, y quedan fuera el resto que puede cobrar otro tipo de nóminas (el paro por estar afectado por un ERE de suspensión, la ayuda que percibe una persona durante unos días determinados en el mes hasta que encuentra un empleo, etc). Por ejemplo, en abril de este año, Navarra gestionó 34.878 nóminas, de las que 26.579 se correspondían a los beneficiarios que recoge la estadística del Ministerio. De esta forma, para saber cuántas personas tienen cobertura de prestación, no hay que hacerlo sobre la base de los beneficiarios sino sobre la de las nóminas. En el caso de abril, la cobertura de prestación ascendería al 64,6% en Navarra al gestionarse 32.800 nóminas (descontando las prestaciones por ERE de suspensión) y no supondría el 52,3%, que saldría de tomar como referencia los 26.579 beneficiarios.

Desde el inicio de la crisis, ¿se ha mantenido el control del posible fraude en la prestación?

-Sí. Además estamos observando en los últimos meses la detección de empresas ficticias. El mes pasado se realizó un curso formativo para analizar esta cuestión y se han canalizado colaboraciones entre el SEPE, la Tesorería e Inspección para intercambiar información cuando se produzca cualquier indicio de sospecha. Queremos anticiparnos.

¿La capitalización del paro sigue siendo una opción para trabajar?

-Sí. La media en 2013 se situó en los 7.804, 93 euros, y el 88,67% de las personas que solicitó este dinero para impulsar un negocio, mantenía su actividad al año de inaugurarlo.

¿Cuáles han sido las líneas de actuación que ha seguido en sus diez años al frente del SEPE en Navarra?

-Mejorar la atención en las oficinas, incrementar la formación de los trabajadores del SEPE e implantar la administración electrónica para simplificar el papeleo y para ser más eficaces a la hora de atender a la gente. Un Servicio Público de Empleo debe tener en cuenta la visión territorial, la colaboración público-privada y la modernización del servicio público. Nuestra línea de trabajo es el intercambio de buenas prácticas, la colaboración, la empatía y el liderazgo.

¿Cómo se ha perfeccionado la atención en las oficinas?

-Dignificamos los espacios de las oficinas y desde 2009, el funcionario que atiende a una persona, le resuelve su solicitud para evitar que un expediente pase por diferentes trabajadores hasta llegar a una solución. Y desde 2011, se instauró la cita previa, clave para regular los flujos del público.

¿Qué se ha hecho en formación?

-Hemos impulsado la formación de la plantilla porque era escasa: en 2005 se contabilizaron 2.500 horas; llegamos en 2009 a la cifra récord de 6.000 horas y en 2014, terminaremos por encima de las 4.000 horas.

El impulso de la administración electrónica también ha sido uno de sus objetivos.

-Empezamos en 2006 para reducir la carga burocrática de la gestión de los expedientes: hemos pasado de 12 o 16 documentos por expediente a prácticamente dos, tres o uno. También se ha puesto en marcha Ratel (la red de atención telemática), que adecuadamente combinada está dando buenos frutos; y desde hace 15 meses, todos los puestos de trabajo disponen de un escáner para digitalizar la información en el momento. Así, hay un compromiso de la Subdirección General de Tecnologías para que Navarra reciba parte de las primeras tabletas de firma digital que se tengan.

SEPE Navarra cuenta con el sello EFQM +500. ¿Esto que ha supuesto?

-Este modelo de gestión nos ha servido para canalizar, impulsar, orientar y evidenciar cada una de las mejoras en nuestro servicio. Nos ha reconocido la Fundación Navarra para la Excelencia y AEVAL.

¿Con qué se queda de estos años?

-Con el equipo de cien personas que he conocido y con los que he compartido momentos complejos y difíciles; y con los retos que supone la toma de decisiones.