Ponzi nunca muere
El esquema piramidal de Carlo Ponzi, que arruinó a miles de inversores en 1920 con un montaje que se convirtió en el paradigma de la estafa financiera a gran escala, dio el pistoletazo de salida a toda clase de engaños monetarios.
al gran lechero italiano, Carlo Tanzi, le dio por hacer las cuentas de la lechera. Jefe de Parmalat, la poderosa empresa de lácteos, las hizo a su manera. De un modo muy peculiar, bien es cierto. En la central lechera parmesana, cuando se vendía un cartón de leche, se facturaban dos y se contabilizaban tres.
El milagro de panes y los peces en versión láctea. El saldo siempre era positivo hasta que los libros de cuentas se agriaron como la leche que supera la fecha de caducidad. Se descubrió el feo asunto por una serie de movimientos financieros y la lechería a punto estuvo de quebrar por una estratosférica deuda que los contables de la compañía maquillaban con la ingeniería financiera del uno por uno igual a tres. Carlo Tanzi fue detenido y juzgado por enmascarar las pérdidas de Parmalat, por invertarse la realidad.
La estafa financiera de los cartones de leche no fue la primera, pero probablemente posee un elemento costumbrista que la eleva sobre otras tropelías donde se mezcla el dinero, las trampas y la codicia. El repertorio de los fraudes financieros alcanza para varios tomos de la Enciclopedia Británica o algunos terabytes. El episodio más reciente de ese cóctel donde gobierna la avaricia lo representa el madrileño Jenaro García, fundador y presidente de Gowex, una empresa que ofrecía conexión inalámbrica a Internet y que ondeaba la bandera de los grandes beneficios. Después de que una firma de análisis, Gotham, acusará en un informe sobre sus manejos, confesó que llevaba cuatro años falseando las cuentas de Gowex. Todo era mentira. Un clásico.
Ponzi
La gran pirámide
No existe, con todo, mayor clásico que el esquema piramidal creado por Carlo Ponzi en los alegres años 20 del pasado siglo. Si bien no fue el pionero, su relevancia se entiende por la onda expansiva que generó su creación, un monstruo que vació el bolsillo de muchísimos ahorradores en Estados Unidos que confiaron en las bondades de su método, la promesa de obtener unos intereses que nadie más ofrecía. “El sistema piramidal funciona por una cosa que se llama codicia. Ese es el gran motor, lo que hace que la gente pique. Ofrecen más rentabilidad que nadie y eso lo hace apetecible. Además funciona desde el boca-oreja y con la base de la confianza porque siempre suele llegar desde algún familiar, conocido o amigo que lo ofrece”, expuso José Carlos Díez, economista y autor del libro Hay vida después de la crisis.
El esquema creado por Ponzi implicaba el pago de intereses a los inversores de su propio dinero invertido con anterioridad o del dinero de nuevos inversores. La estafa en sí consiste en que las ganancias que obtienen los primeros inversionistas son generadas merced al dinero aportado por ellos mismos o por otros nuevos inversores que caen engañados por las promesas de obtener, en algunos casos, grandes beneficios. El sistema solo funciona si crece la cantidad de nuevas víctimas. El beneficiario principal es el creador del engaño o los que figuran en la parte alta de la pirámide. El resto pierde el dinero invertido mientras sueña con dividendos que nunca llegan. Finalmente, llega el colapso de la estructura, imposible de ser sostenida. “Entonces olvídate porque lo normal es no recuperar el dinero”, subrayó el experto.
Fórum Filatélico-Afinsa
Sellos como estampitas
El esquema Ponzi no tardó en atravesar fronteras. “Como lo de la codicia es algo que va unido a la condición humana, se trata de un método que funciona en distintos países con la misma base aunque se trate de colocar distintos productos”, describió José Carlos Diez. La estructura piramidal se afianzó con fuerza en España. Fórum Filatélico y Afinsa fueron sus buques insignias y los responsables de la ruina de cientos de miles de ahorradores que creían haber encontrado el maná en unas inversiones absolutamente dudosas. Si Ponzi se destacó con cupones de repuesta internacional, las pirámides de Fórum Filatélico y Afinsa, que operaron durante 25 años, “el hecho de contar con sedes, esa visibilidad, les otorgó credibilidad a vista de muchos”, explicó el economista, se posaban sobre el supuesto valor de los sellos, en muchas ocasiones falsos. Ambas sociedades engañaron a 350.000 personas, aunque hay quien dice que el engaño atrapó a más ahorradores. En esta ocasión, el estafado invertía en sellos en el caso de Fórum Filatélico y en arte, filatelia, numismática y antigüedades cuando ponía su dinero en Afinsa. El modo de operar de ambas entidades era muy similar. Un inversor, seducido por el señuelo del dinero fácil, adquiría sellos por un valor mínimo de 300 euros bajo la promesa que rendirían intereses entre el 5% y 6%. Las dos empresas vendían muchos más timbres de los que disponían en realidad y siempre sobrevalorados. Anticorrupción estableció que la empresa atribuía un valor a los sellos tres veces superior al precio de mercado. Ademas, los ahorradores no tenían acceso a los sellos. El problema surgió cuando los inversores pidieron la devolución del dinero invertido. El sistema se quebró, destapando esta gran estafa piramidal que causó un socavón que se calcula en 5.000 millones de euros. A esa tradición también corresponde el reciente timo de Telexfree, que ha atrapado a 50.000 inversores en España en una estafa piramidal nacida en Estados Unidos. El anzuelo era, según informó El País, “pagar por entrar en un sistema que permitía cobrar miles de euros por copiar y pegar anuncios clasificados en Internet”. A cambio, se prometía un retorno económico del 265%. Del dinero nunca más se supo.
Ruiz Mateos
Los pagarés
Los cantos de sirena de los pagarés de Nueva Rumasa, que ofrecían un 10% en intereses a quienes adquirieran los títulos, han sepultado el dinero de más de 4.000 inversores, que vieron en la propuesta del entramado de Ruiz Mateos, un chollo. Dos años después de la puesta en escena en 2009, Anticorrupción determinó que la familia Ruiz Mateos captó un total de 385,3 millones de euros de 4.110 inversores mediante la emisión de pagarés de 13 empresas del grupo Nueva Rumasa, según el informe elaborado por el Ministerio Fiscal. Los fiscales consideran probado el delito de estafa contra los inversores puesto que 8 de las 13 sociedades emisoras “no han satisfecho nunca cantidad alguna a sus inversores, por lo que el 100% de sus pagarés han resultado fallidos”. Quienes se hicieron con los bonos mágicos al precio de 50.000 euros la unidad no han recuperado ni un solo céntimo invertido.
Madoff
Inversiones para ricos
Bernard Madoff, condenado a 150 años de prisión, es considerado el mayor estafador de la historia en solitario. Operando como un gurú de Wall Street, Madoff llevó a cabo una estafa de 50.000 millones de dólares empleando el esquema Ponzi. La estafa de Madoff, presidente de una firma de inversión que creó en 1960, consistió, fundamentalmente, en atraer a través de fondos de riesgo capitales a cambio de grandes ganancias que en un principio fueron efectivas, pero que años más tarde se evidenció que consistían en un sistema piramidal de altos vuelos. El cartón piedra quedó al descubierto en 2008. Madoff, todo un personaje de la finanzas, un hombre tremendamente respetado y con fama de filántropo, no sólo engañó a entidades bancarias y a grupos inversores poderosos, también fueron víctimas de su estafa algunas fundaciones y organizaciones caritativas de Estados Unidos.
Gowex
El wifi sin red
El más reciente de los fraudes se destapó esta misma semana con la empresa Gowex, que ofrecía conexiones wifi en espacios públicos. Después de ser acusado por una empresa de análisis, Jenaro García, presidente de la compañía, confesó haber falseado las cuentas de la compañía durante los últimos cuatro años, engordándolas ficticiamente para hacer creer que la empresa tenía un valor mayor a los inversores. El juez Pedraz ha llamado a declarar a García al entender que se ha podido incurrir en “delitos societarios en su modalidad de falseamiento de cuentas y delitos relativos al mercado de los consumidores, concretamente el de falseamiento de información económica y financiera”. “El de Gowex es un caso preocupante porque ninguno de los controladores detectó el engaño”, apuntó José Carlos Díez, sorprendido porque el falseo de cuentas “no cantara ni ante Hacienda, ni auditores, ni verificadores o analistas. Huele muy mal”.
Más en Economía
-
Los hoteles navarros reciben en 2025 más visitantes que nunca
-
Correos suspende temporalmente los envíos de paquetes a EEUU por los aranceles
-
Más presión para el campo navarro: la UE abre sus mercados a los alimentos estadounidenses
-
La plantilla de la residencia Benito Menni de Elizondo, llamada a iniciar dos semanas más de huelga