amaia Villanueva Fernández compaginó en sus inicios laborales dos contratos de media jornada, en uno trabajaba como reponedora en un supermercado y en otro de profesora de euskera para adultos en UGT. “Prácticamente empecé en los dos sitios a la vez”, recuerda la secretaria de Organización en la Ejecutiva Regional de este sindicato en Navarra.
A sus 42 años rememora cómo distribuía las hojas informativas de UGT en Sabeco y cómo decidió formar una candidatura para optar al comité dos años después de entrar en la empresa. “Logramos cuatro de las cinco delegadas. A partir de ese momento, empecé a colaborar más activamente en la vida sindical en la comarca de Estella hasta alcanzar la secretaría general de la Federación de Comercio y Hostelería en Navarra y después la secretaría estatal del sector del Comercio”, cuenta Amaia, quien desde 2016 se encarga “de la organización interna de UGT, relaciones con las federaciones, coordinación de campañas y movilizaciones, afiliaciones y elecciones sindicales”.
Olaia Alonso Casajus empezó su relación con ELA como delegada en la residencia Amma Argaray -actual Amavir- y hace siete años se liberó para integrarse en la Federación de Servicios. “Me toca muy de cerca sectores con bajas retribuciones, en torno a los mil euros mensuales, jornadas parciales y horarios que dificultan mucho la conciliación”, describe a sus 38 años la responsable de pymes de Hostelería, Comercio Textil y Comercio Metal en la Federación de Servicios del sindicato.
Pilar Arriaga García, desde sus 30 años de trayectoria en CCOO, cree imprescindible que “las mujeres y sobre todo las jóvenes participen más en la vida sindical para influir en las políticas que propone el sindicato”. En su memoria se encuentra muy marcada la fecha de entrada a la seda de la avenida Zaragoza de Pamplona, el 5 de abril de 1988. “Ese año CCOO convocó una plaza para la asesoría jurídica en la que estuve doce años. Desde 2000, ocupo puestos de responsabilidad política en la ejecutiva, actualmente la secretaría de Organización, Finanzas y Servicios Jurídicos”, indica Pilar, de 57 años.
Rosa Iriarte Laset, secretaria de la Comarca de Pamplona-Pirineos de LAB y miembro del Comité Nacional, a penas tenía cinco años cuando Arriaga se presentó a la plaza de asesoría jurídica en los 80. Ahora a sus 35, Iriarte se define como una sindicalista que desde joven tuvo “conciencia de clase y feminista”. Siempre ha militado en el movimiento feminista. “Desde un ejercicio de corresponsabilidad, me parece necesario pasar de las palabras a los hechos y hacer todo lo posible por transformar la realidad impuesta de este sistema capitalista y heteropatriarcal”, destaca Rosa que antes de ocupar su puesto actual, se encargó de Salud Laboral y de la Federación de Servicios Privados.
el mundo sindical
Evolución
La presencia femenina
De las cuatro sindicalistas, Pilar Arriaga García suma 3 décadas de afiliada a CCOO; Amaia Villanueva Fernández, 19 a UGT; Olaia Alonso Casajus, 12 a ELA y Rosa Iriarte Laset, 7 a LAB. “A pesar de que vamos a la vanguardia de muchos asuntos y la igualdad ha sido un tema nuclear en UGT, debemos considerar que el mundo sindical refleja a la sociedad y parece que a las mujeres nos cuesta tomar responsabilidades de este tipo”, reconoce Villanueva. Una línea que comparte Arriaga: “Los estatutos dicen que CCOO es un sindicato de hombres y mujeres, por lo que la presencia es obligada e imprescindible. Cada vez somos más las que participamos en el sindicato, en cargos de la ejecutiva, de los consejos, federaciones, negociación colectiva y acción sindical, pero no todas las que quisiera”.
Desde ELA, Olaia Alonso destaca “la confrontación de las mujeres con las patronales en sectores feminizados” y para ello pone como ejemplo la huelga de 370 días en las residencias de Bizkaia que concluyó con la firma de un convenio con mejora de condiciones. “Cada lucha dignifica y cada victoria es un paso más contra la desigualdad”, insiste. Rosa Iriarte subraya que “LAB ha sido pionero en la participación interna de las mujeres, con un 40% de la afiliación y un 45% de las trabajadoras, un porcentaje que va creciendo”. Actualmente de los cuatro sindicatos más representativos en Navarra, solo la secretaría general de LAB recae en una mujer, Garbiñe Aranburu, que sustituyó a Ainhoa Etxaide. “Hemos creado la escuela feminista para impulsar la conciencia y práctica feminista en LAB”, dice.
De su labor, Iriarte pone en valor “al sindicato como herramienta para situar la sostenibilidad de la vida en el centro del modelo de LAB y frenar así la precarización de la vida y luchar por una vida digna”; Alonso enfatiza “la lucha solidaria que en ELA se transmite mediante la caja de resistencia porque a través de ella cada persona afiliada forma parte de todas las peleas”; Villanueva resalta “la gratificación que se siente al conseguir las reivindicaciones de UGT que mejoran las condiciones laborales en unos escenarios de muchos abusos en los puestos de trabajo y precariedad”; y Arriaga hace hincapié en “participar políticamente en un sindicato de clase para organizar a los trabajadores y trabajadoras para que construyan de manera colectiva una sociedad más justa, democrática e igualitaria”.
A pesar de ello son conscientes que como en cualquier ámbito, en los sindicatos se deben acometer mejoras. Villanueva de UGT aboga por “la unidad y la fuerza en la movilización de los trabajadores y trabajadoras para favorecer la calidad de vida”; y Arriaga de CCOO reitera la “necesidad de que las mujeres y principalmente las jóvenes se involucren más en la vida sindical para influir en las políticas del sindicato y desde la negociación colectiva y la participación social intervenir en la erradicación de brechas y violencia de género”.
Estrictamente sobre el ámbito de la mujer, Alonso de ELA reivindica “organizar a las mujeres en cada centro de trabajo y en la calle para que tomen conciencia de la injusticia en la que viven, ya que eso no se logra con fotos con la patronal ni con los gobiernos”. Para ella resulta esencial “empoderar para confrontar”. Desde LAB, Iriarte transmite su mensaje preciso: “Aunque llevamos años denunciando las consecuencias que padecemos las trabajadoras; creo que no estamos llegando a muchísimas empleadas desprotegidas. La acción sindical debe ser feminista para atajar el problema de raíz”.
los salarios
Desigualdad
Las propuestas
Un informe de UGT alertaba la semana pasada de que las mujeres de la Comunidad Foral dejan de percibir 981,3 millones menos en salarios que los hombres al año. “Es fundamental una Ley de Igualdad Salarial para acabar con los clichés sociales, la falta de corresponsabilidad en el ámbito familiar, la precarización del empleo femenino, los obstáculos visibles e invisibles para acceder a cargos de responsabilidad, la feminización de determinadas categorías y la masculinización de algunos pluses”. Arriaga recuerda una moción de CCOO aprobada en el Parlamento recientemente en la que se reclama “planes de igualdad, negociados, implantados y evaluados con las plantillas en todas las empresas y convenios colectivos”.
Olaia Alonso califica “la desigualdad salarial de un problema grave que no se encuentra en la agenda política”. Desde ELA reclaman “incrementos salariales en los sectores más precarizados, ningún sueldo por debajo de 1.200 euros, igualdad de permisos y que las medidas de conciliación no sean a cargo de la nómina”. Desde LAB, Rosa Iriarte coincide en demandar ese salario mínimo y se centra en la apuesta de su sindicato por el modelo de contratación en Kybse de Ororbia, “pionero” en la industria navarra. “Por medio de la labor de nuestros delegados y delegadas hemos asegurado que el 50% de las nuevas contrataciones recaigan en mujeres”. Sin embargo uno de los obstáculos para combatir esta brecha se localiza en cómo se concibe la conciliación. Las mujeres solicitan más del 85% de los permisos y excedencias por cuidado de hijos y familiares, advierte Villanueva. “Hasta que no logremos la igualdad en este terreno, la brecha salarial seguirá siendo enorme y las mujeres continuarán dejando sus empleos para asumir las responsabilidades domésticas, porque los ingresos familiares se resienten menos”, señala la secretaria de Organización de UGT. Arriaga tiene claro que “la conciliación se ve claramente como un asunto de mujeres”, incluso “la propia ley de igualdad se ha feminizado porque son ellas, casi en exclusiva, quienes asumen reducciones, excedencias, permisos o contratos parciales”. Para la secretaria de Organización de CCOO deben “proponer a los hombres que se ocupen del cuidado y del hogar en su cuota”. Alonso de ELA añade a estas exposiciones que “en general el trabajo de la mujer se sigue considerando un complemento al del hombre”, por lo que hasta que eso no cambie, “no se avanzará”. Iriarte de LAB cree que “socialmente y, sobre todo la patronal aún interpreta que el problema de la conciliación es individual, y estas políticas también competen a los empresarios”.
la precariedad
Una losa a combatir
Los convenios
Con la crisis han proliferado las empresas multiservicios que han empeorado condiciones laborales, en las que han salido perjudicadas las mujeres. Villanueva defiende la negociación colectiva “como la mejor herramienta para corregir e impedir desigualdades”, como Arriaga que también exige “revertir la reforma laboral del PP que ha dado prioridad aplicativa a los convenios de empresa frente a los sectoriales que protegen a los colectivos más precarios”. Alonso califica de “clave” la negociación colectiva para firmar “más y mejores convenios que acaben con la discriminación” e Iriarte incluye también “la acción social-sindical para luchar por un empleo de calidad, una jornada de 35 horas, un salario digno, un SMI de 1.200 euros, denunciar las jornadas parciales impuestas y garantizar a igual trabajo-igual salario”.
las pensiones
Bienestar social
Protección
De esta forma una cotización más baja perjudicará las pensiones. UGT calcula que cada año las pensionistas dejan de ingresar 228 millones por la brecha en la Comunidad. “El Estado debe incrementar las pensiones mínimas para garantizar un nivel de vida digno y se deben introducir cambios en el cálculo de la pensión de la mujer por la penalización que sufre de todas las brechas de género en su vida laboral”, propone Villanueva. Arriaga recuerda que CCOO “está haciendo propuestas que favorezcan la subida de las pensiones con menos renta y dignifiquen las prestaciones de viudedad”. Alonso de ELA se pregunta: “¿Cuántas mujeres llevan trabajando desde niñas, sin cotización alguna? Se debe reconocer el trabajo no asalariado y la cotización real”. Iriarte, desde LAB, sostiene que “se complementen las pensiones más bajas, siendo el mínimo 1.080 euros” y aboga por “un Sistema Propio de Protección y Seguridad Social con plena capacidad normativa y financiera”.
violencia machista
Una lacra social
Combativas
La lacra de la violencia machista también preocupa a estas sindicalistas, en la que la educación juega un papel crucial. “Hay que educar en igualdad, en el respeto y compromiso”, dice Arriaga. “La concienciación de la sociedad debe empezar en el sistema educativo para erradicar la cultura machista y la justicia debe mandar un mensaje claro de que no son delitos de segunda”, destaca Olaia, quien señala que “pocas empresas trabajan con rigor los protocolos de acoso sexual y disponen de un comité de igualdad”. Villanueva cree insuficiente “el Pacto de Estado contra la Violencia de Género” y apuesta por “implementar medidas laborales de apoyo y protección y recursos humanos y económicos”. Iriarte, por su parte, manifiesta que “la encrucijada del acoso sexual está relacionada con la violencia estructural contra las mujeres, con el abuso de poder y la discriminación laboral” y plantea que “una de las medidas a tomar es que todo acoso laboral sexual se tipifique como tal, se tomen medidas preventivas, se garantice una asistencia integral a la persona acosada y se tomen medidas contra el acosador”.
En este 8 de marzo tan especial, Amaia insiste en que “toda la sociedad se debe movilizar”; Olaia cree que “se ha dado el paso del que no se puede retroceder”; Rosa considera “necesario el planteamiento del movimiento feminista” y Pilar remarca que este día sirve para gritar: “¡Basta!”.