PAMPLONA. Alrededor de 300 mujeres pensionistas de la CAV y Navarra han constituido la plataforma Oneka que nace con el propósito de visibilizar las demandas "específicas" de este colectivo, que reclama el "derecho subjetivo" de "todas" las mujeres a una jubilación digna de 1.080 euros.

La nueva asociación ha sido presentada hoy, en coincidencia con la celebración del Día Internacional contra la Pobreza, en una rueda de prensa que ha concluido con la lectura de un manifiesto, en euskera y castellano, por parte de las portavoces de Oneka Lourdes Pulido y Nekane Berriotxoa.

La desigualdad se "ceba especialmente" con las mujeres de más de 65 años, "sobre todo las que cobran una pensión de viudedad por debajo del umbral de la pobreza", han señalado las representantes de la asociación que tratará de "visibilizar" estas situaciones.

El manifiesto de Oneka, que nace con "voluntad de colaboración activa" con el resto de plataformas de pensionistas vascas, subraya la "falta de reconocimiento del trabajo realizado por muchas mujeres a lo largo de toda la vida" que en ocasiones se ha llevado a cabo sin cotización así como la situación de las que han trabajado en los caseríos o en actividades relacionadas con la pesca.

Han denunciado que "apenas se habla" de la "violencia" que sufren miles de mujeres mayores que, "por su edad y precariedad", viven en situaciones de "abandono, soledad y ninguneo social", "sin apenas voz" .

Ante esta coyuntura han visto necesario -agrega el escrito- "organizarse" para "hacer frente y canalizar sus reivindicaciones específicas como mujeres mayores y pensionistas".

Han defendido la creación de un órgano de gestión de protección y Seguridad Social donde puedan articular sus peticiones que recoja el derecho subjetivo de "todas las mujeres a una jubilación digna, que actualmente son los 1.080 euros que se reclaman en las calles".

Mientras tanto pedirán "medidas urgentes" para acabar con la brecha salarial de pensiones entre hombres y mujeres.

Asimismo se comprometen a defender medidas sociales y políticas que permitan a las mayores tener una "vida autónoma, independiente y que puedan decidir cómo vivir su vejez sin violencia ni paternalismos".