parís - La OCDE advirtió ayer de que la economía mundial ha alcanzado su pico en 2018 e iniciará el año que viene una desaceleración como consecuencia de las tensiones comerciales, condiciones financieras más estrictas y la subida de los precios del petróleo.

Paralelamente rebajó las cifras de crecimiento para España que había pronosticado para este año y el siguiente debido a la ralentización global, aunque auguró que la economía española seguirá “fuerte” gracias sobre todo a una robusta demanda interna.

El panorama perfilado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su informe semestral sitúa en el 3,7 % el avance del producto interior bruto (PIB) mundial en 2018, mismo porcentaje que en su análisis interino de septiembre, y lo baja dos décimas para 2019, hasta el 3,5 %, misma cifra que para 2020.

El organismo admite en sus perspectivas que aunque las condiciones del mercado laboral siguen mejorando, “con la tasa de desempleo de la OCDE ahora en su nivel más bajo desde 1980”, el crecimiento de la inversión y del comercio ha sido más suave de lo esperado y la confianza no acaba de despegar.

Su economista jefe, Laurence Boone, recalca que la tensión comercial ha aumentado la incertidumbre para los negocios, sobre todo en zonas estrechamente vinculadas a Estados Unidos y China, y alerta también de un alza de la incertidumbre política y geopolítica en Europa, fruto del brexit (salida del Reino Unido de la Unión Europea), en Oriente Medio y Venezuela.

guerra comercial China y EEUU, protagonistas de una intensa guerra comercial, no escapan al escaso impulso anticipado.

Al primero se le prevé un crecimiento del PIB del 6,6 % en 2018 y del 6,3 % en 2019, una décima menos que en septiembre en ambos casos, y al segundo del 2,9 % y 2,7 %, lo que en los dos casos se mantiene invariable.

El organismo económico, con sede en París, añade que el aumento y la mayor volatilidad de los precios del petróleo en este año, cuando han subido un 30 %, se suman a los desafíos existentes para los importadores de crudo y presentan un riesgo inflacionista.

En su informe semestral sobre España, la OCDE revisó a la baja en dos décimas el crecimiento para este año, de 2,8 % a 2,6 %, respecto a sus estimaciones del pasado mayo, en línea con las últimas previsiones realizadas por el Gobierno español. También rebajó en dos décimas (del 2,4 % al 2,2 %) sus estimaciones para 2019, mientras que auguró que esa moderación del crecimiento continuará en 2020, donde prevé un 1,9 %.

La revisión de la OCDE sigue dejando, pese a todo, a España como una de las principales locomotoras de la zona euro, ya que en el conjunto de países de la moneda única el producto interior bruto (PIB) crecerá un 1,9 % este año, un 1,8 % el siguiente y un 1,6 % en 2020.

Augura un comportamiento del déficit público peor de lo augurado (será del 2,7 % en 2018 frente al 2,4 % pronosticado hace seis meses) obligaría, a juicio de la OCDE, a mayores esfuerzos para atajar la deuda, que seguirá bajando pero a un ritmo muy lento: del 97,7 % del PIB este año, a 96,5 % el siguiente y a 96 % en 2020.

Para ello, cualquier beneficio inesperado en los ingresos debería ir destinado a paliar esa deuda, recomienda el organismo con sede en París. - Efe/E.P.

el país con menos inversión en i+d

Sólo superado por Polonia. España es el segundo país de la OCDE que más ha disminuido su inversión en I+D+i durante los últimos años (2008-2016), superando únicamente a Polonia. De hecho, y a pesar del aumento de la inversión de este año en ciencia -548,17 millones más, un 8,42%-, la inversión en I+D+i de este año es 2.400 millones menor que hace una década. Además, las partidas destinadas a la I+D+i han sido las terceras que más se han reducido durante los últimos 10 años, por detrás de las transferencias a otras administraciones públicas y las infraestructuras. Sin embargo, actualmente España se encuentra en peor situación que hace diez años, pues la ciencia ha pasado de representar el 2,7% del total de los presupuestos españoles en 2008 al 1,5% en 2018.