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‘Kellys’: limpiar habitaciones por 2,8 €

Clinhotel, una subcontrata que se dedica a limpiar en hoteles, ha despedido a 45 trabajadores que cobraban menos de tres euros por cuarto. Reclaman lo que les deben y ELA pide que los hoteles las integren en sus plantillas.

‘Kellys’: limpiar habitaciones por 2,8 €UNAI BEROIZ

Ni Cintia Romero, que llegó de Santa Cruz (Bolivia) hace ya 12 años; ni Mariam Elmeknassi, marroquí con ocho años de estancia en España; ni Lene Batista, que dejó Brasil hace siete, perciben en sus contratos de trabajo que la economía crezca, que se genere empleo, que suban los sueldos. Al contrario: su empresa no solo las ha despedido, sino que les adeuda las nóminas desde octubre, así como la parte proporcional de sus vacaciones. Son kellys, camareras de piso que se encargan de la limpieza de las habitaciones de los hoteles y presas de un sistema de subcontratas y externalización de servicios que tiene como fin hundir las condiciones de trabajo de cientos de trabajadoras en Navarra.

El procedimiento es relativamente sencillo. Y perfectamente legal, con la lógica interna de un sistema que procura la reducción de costes demandada a su vez los clientes cada vez que comparan habitaciones en la web. Marian, Cintia, y Lene, por las 45 trabajadores despedidas, son contratadas por Clinhotel, empresa subcontratada por hoteles de todo tipo, desde un tres estrellas hasta uno de cinco. Esta firma ofrece el servicio de limpieza a los hoteles en régimen de outsourcing y se evita así la aplicación del convenio de hostelería. El resultado: cada limpiadora cobra entre 2,15 y 2,8 euros por cada habitación. “Tenemos que hacer jornadas de nueve horas para ganar un sueldo de 800 o 900 euros. Nunca sabemos cuánto nos pagan en realidad, porque la nómina cada vez es diferente”.

legalidad

Descuelgue del convenio

Empresas ‘pirata’

El conflicto es largo. Su realidad ha ocupado espacios en medios de comunicación e incluso ha sido denunciada por empresarios como Antonio Catalán, fundador de NH Hoteles y creador de AC Hotels by Marriott, que reclamaba hace unos meses un cambio legal para evitar el pago de salarios de miseria y el enriquecimiento de intermediarios que no aportan valor añadido alguno. “Es un tema tan simple como no poder descolgarse del convenio. Con lo cual, con la ley en la mano hoy puedes despedir a las camareras de piso que están cobrando 1.200 euros y ponerlas como trabajadoras externalizadas en empresas, que en general son una banda de piratas, para que estén ganando 700 euros. Pero no tiene sentido, es negativo no sólo desde el punto de vista social, sino desde el económico porque hay que tener a la gente bien motivada y pagada”, señalaba en una entrevista en el digital Valencia Plaza.

La pelea, hasta ahora silenciosa en la Comunidad Foral, ha subido de tono porque Clinhotel, despidió hace una semanas a 45 trabajadoras que llevaban sin cobrar desde octubre, tal y como denunciaba ayer el sindicato ELA. Un grupo de trabajadoras, así como diferentes delegados sindicales, se concentraron ayer delante de una oficina de la empresa en Burlada para reclamar el pago de los atrasos. “No estamos pidiendo nada que no sea nuestro, simplemente que nos digan la verdad, que nos paguen lo que nos deben. Tengo que pagar la luz, el comedor de mis hijos, el alquiler. No pedimos limosna”, resume Cintia Romero, que ha trabajado en el hotel Pompaelo, en el centro de Pamplona o en el lujoso Muga de Beloso, donde también cobraba menos de tres euros por cada habitación.

Denuncia de ela

Internalizar plantillas

El hotel, responsable

Antes de recalar en Pamplona, Mariam Elmeknassi vivió en Salamanca. Hace dos años, a través de una amiga entró a trabajar en Clinhotel. “Es lo que encontré”, dice. Hoy se anima pronto a contar lo que le sucede, el modo de trabajar de una empresa que “una semana te manda a un hotel y otras veces a otro, que te llama para ir a trabajar el mismo día, que presiona cuando estás de baja”. “Hemos tenido que limpiar 50 habitaciones entre tres trabajadoras, no tenemos ni cinco minutos para descansar”, recuerda.

Olaia Alonso Casajús, de ELA, explica la perversión de un modo de trabajo desregulado, que ofrece todas las bazas a una parte. “Si no atienden el teléfono en su día de fiesta, porque la empresa necesita de una trabajadora, a la semana siguiente la castigan y no le dan habitaciones para limpiar”, explica la sindicalista, quien recuerda que alguno de los hoteles que aplicaba este sistema, como El Toro, ha internalizado a una parte de las trabajadoras. “El último responsable de este tipo de explotaciones es el hotel, lo que tienen que hacer es internalizar a las plantillas y aplicarles el convenio navarro de hostelería, que recoge la categoría correspondiente”, dice.

las condiciones de trabajo

20 minutos por habitación

“Vemos de todo”

Mariam Elmeknassi continúa hablando cuando se acerca Lene Batista, brasileña, y que llevaba un año y ocho meses cuando fue despedida de Clinhotel. Conoce a Mariam desde que ambas trabajaban en El Toro. “Íbamos en autobús hasta los cuarteles y desde allí por el arcén de la carretera hasta el hotel”, cuenta Mariam.

Las dos buscan ahora un trabajo. Y en ELA tienen claro que el sistema de subcontratación de los hoteles, que fija unos ratios con el número de habitaciones por trabajadora y que deja entre 15 y 20 minutos para cada cuarto “supone una carga física desproporcionada, no tiene en cuenta en qué situación de suciedad se encuentra, cuántas camas tiene, si hay que cambiar o no las sábanas. “Lo peor son los domingos -explica Cintia Romero- es el día en que hay más trabajo porque un mayor número de gente se va y las habitaciones están mas sucias. Y en San Fermín es horrible. hay vomitonas, excrementos...”. Mariam ya no se puede contener y exclama: “Nos toca ver de todo, de todo”.