laboral. La plantilla de Navarpluma, empresa participada por Martiko y dedicada a la transformación de la pluma de pato, comenzó ayer una huelga en defensa de un convenio propio. ELA indicó en una nota que “la empresa aprovecha la vulnerabilidad del colectivo de taller, en su mayoría, inmigrantes extranjeros, para aplicar una precariedad total, con jornadas de lunes a domingo, sin calendario, con cambios de turno sin previo aviso, etc.”. Foto: Patxi Cascante