madrid - El exministro de Economía Luis de Guindos definió ayer a Bankia como el caso “más problemático” del sector bancario español al poner en “riesgo de contagio” las economías nacional y europea, y negó cualquier tipo de injerencia del Gobierno en la gestión de la entidad, incluida la dimisión del entonces presidente Rodrigo Rato.

De Guindos, actual vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), compareció por videoconferencia desde Fráncfort como testigo en el juicio por la salida a Bolsa del banco, y durante cerca de tres horas dio pormenores sobre cuál era la situación del grupo financiero en 2012, época en la que desempeñaba la cartera de Economía.

Con un tono contundente, señaló los graves problemas que afectaban a Bankia, una entidad sistémica “con una exposición enorme al sector inmobiliario y enormes necesidades de liquidez del BCE”, en un momento en el que “España estaba a punto de ser rescatada, al borde del abismo”.

Al deterioro del contexto se sumó, aseveró De Guindos a preguntas de la Fiscalía Anticorrupción, el agravante de que una de las filiales de la matriz BFA, Banco de Valencia, había sido intervenida.

Además, el actual vicepresidente del BCE, negó que pidiera la dimisión de Rodrigo Rato, expresidente de Bankia, y lo describió como una decisión voluntaria tras una reunión el 6 de mayo de 2012 con los presidentes del BBVA, Francisco González, del Santander, Emilio Botín, y de La Caixa, Isidro Fainé. En esta cita, Rato presentó su plan de recapitalización que buscaba evitar la nacionalización de Bankia y su salida de la entidad. - Efe