BILBAO - La paz entre los dos principales accionistas de la empresa eólica vasca Siemens Gamesa Renewable Energy (SGRE), la alemana Siemens y la vasca Iberdrola, volvió a quedar ayer en entredicho tras cuestionar la eléctrica vasca la autonomía del fabricante de aerogeneradores respecto al primer accionista germano. La sociedad presidida por Ignacio Galán volvió a acusar a Siemens de querer integrar “totalmente” a Siemens Gamesa en su estructura, algo que negaron los directivos de la eólica, y de aprovechar su mayoría para contratar con Siemens Alemania servicios por importe de 26 millones que antes se hacían en Gamesa o en otros proveedores.

Como se recordará la operación Siemens Wind-Gamesa se vendió como una fusión industrial y no como una operación de control de la firma vasca lo que permitió al accionista alemán evitar lanzar una OPA por el 100%. Siemens controla el 59% de Siemens Gamesa, y la eléctrica, el 8%.

En el transcurso del turno de preguntas de los accionistas, el representante de Iberdrola Participaciones, Mikel Arrieta, denunció la “perpetuación y proliferación” de contratos entre Siemens Gamesa y sociedades del grupo germano, pese al “importante esfuerzo” que realiza la comisión de auditoría del grupo eólico en el control de operaciones vinculadas.

La dirección de Siemens Gamesa esgrimió que las decisiones se toman con conocimiento del consejo de administración y en el seno de una comisión formada por tres consejeros independientes.

Según la eléctrica, Siemens Gamesa ha prorrogado más allá del plazo fijado de un año acuerdos de servicios transitorios con la alemana cuyo objetivo era asegurar la continuidad del negocio hasta que pudiera contratar esos servicios con un proveedor externo. Cuatro de esos contratos, por un montante de 26 millones de euros, según las críticas de Iberdrola que cuestiona el buen gobierno corporativo de la empresa, se habrían transformado además en acuerdos a largo plazo con Siemens. En este sentido, SGRE contestó a Iberdrola que los acuerdos de servicio temporal con Siemens se han convertido en acuerdos definitivos con la alemana “únicamente cuando Siemens ha ofrecido la solución más beneficiosa y competitiva en término de coste para la compañía”.

El fabricante de aerogeneradores ha sellado también importantes convenios, como el del área de compras o la implantación de sistemas de almacenaje de energía térmica, con sociedades de Siemens, resaltó el representante de Iberdrola. Por todo ello, la eléctrica considera que SGRE “no goza de toda la independencia y autonomía que debería tener”.

Durante su intervención, Arrieta denunció también el acuerdo por el que el consejo de Siemens Gamesa sólo tiene que aprobar las operaciones que superen un determinado umbral económico, lo que le podría impedir supervisar operaciones estratégicas o con riesgo fiscal.

En relación a los posibles acuerdos de Siemens Gamesa con Siemens, uno de los aspectos de la fusión que preocupaban en el País Vasco era el riesgo de que los proveedores vascos de Gamesa pudiesen ser desplazados por los alemanes. Se argumentó que al ser la compañía fusionada más grande sería factible incrementar el volumen de negocio. El hecho es que Gamesa adquirió bienes y servicios a empresas de la CAV por importe de 420 millones de euros en 2016, en 2017 la nueva Siemens Gamesa contrató 310 millones de euros y el pasado año, la cifra sumó 307 millones de euros.

Pese a las críticas de Iberdrola, y de representantes de los sindicatos como UGT que intervinieron en la junta expresando al temor a la pérdida de empleo en Siemens Gamesa España, la junta de accionistas aprobó todos los puntos del orden del día, incluido un nuevo aumento de bonus para los directivos, punto en el que la eléctrica se abstuvo. Según Iberdrola, el cambio aprobado en el sistema de incentivos equipara las ventajas a largo plazo a directivos con las de Siemens.

El presidente de Siemens Gamesa, Miguel Ángel López, que debutó tras sustituir en diciembre a Rosa García, y el consejero delegado, Markus Tacke, tras señalar que “Siemens Gamesa es una empresa independiente” con unas “fuertes raíces” en el País Vasco y Navarra, recordaron que la compañía tiene a Iberdrola como un importante cliente, además de accionista, y afirmaron que “cada operación se realiza en un proceso claro y transparente”. Respecto al pasado ejercicio, los directivos destacaron que fue “un buen año” para una empresa con 52.000 aerogeneradores instalados en el mundo.