madrid/oviedo - El Banco de España reclamó ayer al futuro Gobierno que haga una reforma de pensiones de calado para hacer frente al aumento de la edad media de la población, tocando ingresos y gastos, de forma que se garantice la sostenibilidad del sistema sin trasladar su coste únicamente a las generaciones futuras.

La entidad mete prisa porque considera que cuanto más envejezca el electorado más difícil será desde el punto de vista político proponer medidas que puedan suponer un recorte de renta a la población de mayor edad, destacó en el Informe Anual de 2018 aprobado ayer en Oviedo por su Consejo de Gobierno.

En el plano político, cuestiona también que las recomendaciones de la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo para la reforma del sistema de pensiones tengan que descansar en un “consenso absoluto”, cuando uno “razonablemente amplio” podría ser suficiente para no retrasar decisiones que se deberían tomar cuanto antes, afirmaron fuentes de la Dirección General de Economía y Estadística.

Pone recetas sobre la mesa ya propuestas con anterioridad como el retraso de la edad de jubilación y el ajuste de la cuantía de la pensión a la esperanza de vida y al crecimiento del producto interior bruto (factor de sostenibilidad).

El cambio demográfico que sufrirá el país en las próximas décadas, con un menor crecimiento de la población en edad de trabajar, está entre los principales retos que se tienen que abordar para asegurar un crecimiento sostenible a largo plazo, según el Banco de España.

A ello suma la reanudación del proceso de reducción del déficit estructural y de la deuda pública, la corrección de las deficiencias del mercado laboral (paro, temporalidad y parcialidad no deseada), el reforzamiento del sistema bancario y la profundización en la arquitectura institucional del euro.

El Banco de España apuesta por diseñar en la UE un instrumento de deuda común paneuropeo, que podría ser una cesta de bonos de distintos países emitidos por los tesoros nacionales, para ofrecer activos seguros y mitigar riesgos dentro de la unión monetaria.

competitividad empresarial La entidad muestra su inquietud en el ámbito laboral por que los salarios estén creciendo de forma homogénea sin tener en cuenta la productividad, lo que podría desembocar en una merma de la competitividad empresarial.

Asimismo, mantiene su previsión de que la subida del 22% del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) destruirá 125.000 empleos en 2019 y considera prematuro decir que no será así solo con los datos de afiliación a la Seguridad Social y de la Encuesta de Población Activa conocidos hasta el momento. El Banco de España señala junto a los retos pendientes los puntos débiles que podrían dejar la economía expuesta ante posibles escenarios adversos. - Efe

El Banco de España se opone a limitar el alquiler. En cuanto a vivienda, el organismo considera necesario mejorar el acceso y anima a dar prioridad a aquellas políticas públicas dirigidas a favorecer la oferta de vivienda de alquiler y aboga por no limitar el precio.