pamplona - El proyecto minero de Geoalcali, una explotación de potasa que se ubicará entre Navarra y Aragón, en una zona próxima a Sangüesa y Javier, ya tiene luz verde del Ministerio de Transición Energética. El proyecto recibió el martes la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable, un requisito imprescindible para solicitar el Gobierno de Navarra la concesión minera previa a la ejecución de las inversiones que permitan afrontar la actividad. Un trámite que se ha prolongado casi durante cuatro años y que, una vez superado, allana de forma decisiva el camino hacia la apertura de la mina.

La decisión, explicó Peter Albert, director general y CEO de Geoalcali, supone un “hito para la empresa que conlleva una gran oportunidad para Navarra y Aragón por ser este proyecto un potente motor de desarrollo económico y generación de empleo en ambas comunidades”. La empresa estima que la puesta en marcha de la actividad supondrá la creación de unos 800 puestos de trabajo, si bien no ofrece plazos para ello. De hecho, las primeras estimaciones fijaban 2017 como fecha de inicio de la explotación, una previsión superada por el tiempo. “Lo que tenemos ahora mismo es un proyecto muy sólido desde el punto de vista medioambiental”, explica Ricardo Pérez, responsable de relaciones institucionales de Geoalcali, empresa con capital australiano, cuya cotización en Bolsa fue suspendida temporalmente tras recibir la aprobación por parte del Ministerio. El informe, de 130 páginas, aporta “tranquilidad” después de un proceso que ha contado con dos plazos de exposición pública y con la supervisión de tres administraciones: la central, la navarra y la aragonesa. Además de a Sangüesa y Javier, el proyecto afecta también a Undués de Lerda y Urriés (Aragón).

Según explicó la empresa, el informe del Ministerio de Transición Energética confirma la compatibilidad medioambiental de la mina, condicionando su desarrollo a una serie de medidas preventivas y correctoras y a la ejecución de un Plan de Vigilancia Ambiental, que aseguren las máximas garantías en su ejecución y minimicen posibles impactos. “Estas medidas surgen de un proceso riguroso y exhaustivo de análisis del proyecto que ha involucrado a una gran variedad de organismos regionales y estatales, entidades locales, grupos ecologistas, ciudadanos y otras partes interesadas”, señaló la empresa.

impacto local A partir de ahora, la dirección de Geoalcali retomará las conversaciones con los diferentes organismos públicos de Navarra, de los que dependerán los permisos para su actividad. El primero de ellos será el Gobierno de Navarra, cuyo vicepresidente, Manu Ayerdi, mostraba su satisfacción por el informe favorable del Gobierno. “Es una noticia muy positiva, porque se trata de un proyecto con un potencial importante tanto económico como social”, explicaba ayer Ayerdi, quien señalaba que el informe favorable supone que el “Ministerio entiende que se dan las condiciones” para comenzar a desarrollar un proyecto “que cuenta con respaldo en la zona”. Ayerdi aseguró el Gobierno foral seguirá siendo “exigente desde el punto de vista ambiental” y confiaba en que a partir de ahora se materialicen las expectativas creadas tanto desde el punto de vista económico como de empleo. “El proyecto debe suponer que se da un empuje a la comarca, sobre todo para fijar población”, explicó Ayerdi, quien recordaba que se trata de tener “una mina del siglo XXI, cuando las cosas o se hacen bien o no se hacen”.

También muy satisfecho se encontraba Ángel Navallas, alcalde de Sangüesa, que considera que la aprobación se trata “de una excelente noticia” y se mostraba convencido de que el proyecto reúne todas las garantías y no ha “hecho otra cosa que mejorar en estos años”. Navallas recuerda asimismo que la trascendencia del proyecto sobrepasa a Sangüesa y puede beneficiar, por ejemplo, “a los valles pirenaicos, tan afectados por la despoblación”.

carretera y potencia eléctrica

Mejorar infraestructuras. El proyecto no requiere de ayudas públicas, pero el Gobierno de Navarra está muy pendiente de dos asuntos esenciales para el funcionamiento de la mina. En primer lugar, la variante de Sangüesa, que debería soportar un número de camiones de gran tamaño superior al actual, hasta que estos enlacen con la Autovía del Pirineo. Y por otro, la potencia eléctrica de la zona, para lo que ya ha habido conversaciones con Iberdrola. Respecto a la carretera, Manu Ayerdi aseguraba ayer que sin ninguna duda “el Gobierno acompañará en lo que sea necesario en las infraestructuras básicas necesarias”. - D.N.