pamplona - El fabricante de tubos de acero al carbono sin soldadura de la CAV, Tubos Reunidos (TR), ha logrado un acuerdo con la banca para refinanciar su deuda que asciende a 351 millones y disponer de las líneas de circulante para seguir con su actividad productiva normal e implementar el plan estratégico para devolver la compañía a la senda de los beneficios.

El balón de oxígeno de las entidades bancarias ayudará a que la compañía salga de la complicada situación actual. Tras varios ejercicios de pérdidas por una combinación de caída del mercado -el primer destino de los tubos elaborados por el grupo es el sector de petróleo y gas-, con el hundimiento de precios y con los costes de transformación elevados, la situación del grupo era muy delicada.

TR cuenta con unos 1.200 trabajadores repartidos entre las plantas alavesas de Tubos Reunidos de Amurrio y Subillabide (Nanclares de Oca), con unos 800, y la filial vizcaína de Productos Tubulares, en Trapagaran, con 400 personas.

Alcanzó cifras récord de ventas y beneficios antes de la crisis con más de 728 millones de facturación y 81 millones de beneficio neto en 2008. Cifras que contrastan con las del pasado año, ya que la caída de los precios del petróleo en los últimos años arrastraron las ventas hasta los 342 millones, con pérdidas de 34,4 millones.

A la espera de recuperar las inversiones en el mercado petrolero, algo que con el crudo a 70 dólares ya está produciendo, y, en medio de los aranceles estadounidenses, el acuerdo para refinanciar la deuda con el grupo de bancos encabezado por el BBVA, primer accionista, a su vez, de TR con un 14%, ha sido saludado efusivamente. La compañía, cuyas acciones se revalorizaron casi un 9% en la sesión bursátil de ayer tras conocerse el pacto y ser suspendida de cotización por la mañana en Bolsa, consigue un verdadero balón de oxígeno y evita una ampliación de capital. El presidente de TR, Jorge Gabiola, dijo que el acuerdo facilita la estabilidad y viabilidad del grupo a corto y medio plazo e “impulsa la labor comercial”.

el ‘pool’ bancario Las entidades implicadas, entre las que están BBVA, Kutxabank, Santander, Sabadell, CaixaBank, Caja Rural de Navarra, Bankoa, Bankinter y el ICO, han alcanzado un principio de acuerdo con TR por el que una parte importante del montante, 158 millones, podrán canjearse por participaciones en el capital de la siderúrgica.

La refinanciación divide la deuda en tres partes: los bancos ponen a disposición de la compañía una línea de circulante -básica para mantener la actividad- de 92 millones. La segunda consiste en un tramo de deuda de 85 millones con un calendario de amortización creciente y un bono de cinco millones, ambos con vencimiento a cinco años prorrogables. Y la tercera incluye 168 millones de deuda que podrá convertirse en acciones, de ellos los citados 158 millones de los bancos, con amortización total al vencimiento, no periódicamente, a seis años prorrogables. Los 168 millones están repartidos en un tramo de 122 millones, otro de 36 millones y un bono de 10 millones, cuyos intereses no serán pagaderos en caja, sino que incrementarán la cifra del principal a vencimiento o en un supuesto de conversión.

La refinanciación estará sujeta al cumplimiento de las condiciones habituales, incluyendo la homologación judicial del acuerdo y la aprobación por parte de la Junta General de Accionistas de la emisión de los instrumentos financieros convertibles en acciones. Tubos Reunidos tiene previsto celebrar su junta para aprobar las cuentas de 2018 el 27 de junio.

Jorge Gabiola destacó que el acuerdo “da la estabilidad precisa para aumentar el negocio, reducir costes, mejorar márgenes y volver a la senda positiva de generación de cash-flow”, además de dar “confianza a proveedores y clientes”.

Sin embargo, la compañía no pasa por su mejor momento. Según las últimas cifras publicadas, perdió 13,3 millones de euros en el primer trimestre de 2019, aunque la cartera de pedidos fue de 104 millones de euros, un 32% más.

el análisis La empresa está inmersa en un “incierto escenario de mercado” por la aplicación de las tasas arancelarias del 25% a las exportaciones europeas de productos de acero a EEUU, uno de sus principales destinos. Pero la difícil situación del grupo viene de antes. Fabrica tubos de acero al carbono sin soldadura, un producto que en el mercado global es un commodity, con una presión a la baja sobre los precios debido a la entrada de fabricantes de países en desarrollo. Ello deja a TR con dos caminos para recuperar la competitividad: reducir costes en sus plantas de la CAV y elaborar productos y prestar servicios de mayor valor añadido. Una vez decidido que la reducción de costes no va a ir por el cierre de instalaciones, el grupo aprovechará la mejora de los precios del petróleo y el aumento de pedidos para llevar a cabo el plan de negocio y mejorar las cuentas, hecho que se concretará en 2020.