Shanghai/Pekín - China cumplió este viernes sus amenazas y anunció la imposición de aranceles a bienes de EEUU por valor de 75.000 millones de dólares, como contramedida a las últimas tarifas estadounidenses, una nueva señal de que Washington y Pekín mantienen aún posiciones alejadas para resolver el conflicto. Poco tardó en reaccionar el presidente estadounidense, Donald Trump, que acusó a su homólogo chino, Xi Jinping, de ser el “peor enemigo” de EEUU.

“Mi única pregunta es ¿quién es nuestro peor enemigo, Jay Powell o el presidente Xi?”, dijo Trump en su cuenta de Twitter. El presidente de la Reserva Federal, Powell, dio este viernes un discurso en el que evitó pronunciarse sobre los próximos pasos de la Fed en política monetaria, mientras China impuso más gravámenes sobre productos estadounidenses por un valor de 75.000 millones de dólares.

Poco después de lanzar su nueva medida contra EEUU, Trump aseguró que respondería a Xi Jinping. “Responderé a los aranceles chinos esta tarde. ¡Esta es una GRAN oportunidad para Estados Unidos!”, sostuvo el mandatario en Twitter. En una cadena de tuits publicada pocas horas después de conocerse la decisión de Pekín, Trump acusó al gigante asiático de haber robado a su país “cientos de millones de dólares” mediante la apropiación indebida de propiedad intelectual y dijo que “ordena” a las empresas estadounidenses a evaluar una alternativa a producir en China.

La guerra comercial entre EEUU y China, desencadenada por el agresivo proteccionismo de Trump desde su llegada al poder en enero de 2017, alcanzó su punto álgido en mayo con la imposición de un arancel del 25% a importaciones chinas por valor de 250.000 millones de dólares, casi la mitad del total. A ello respondió Pekín con la aplicación de gravámenes similares a 110.000 millones de dólares en importaciones estadounidenses.

Los nuevos aranceles de China a EEUU comenzarán a aplicarse el 1 de septiembre, la misma fecha en la que entrarán en vigor las nuevas tasas de la potencia norteamericana a productos del gigante asiático por 300.000 millones de dólares anunciados por Trump. Entre estos aranceles, se incluye la reanudación de tarifas adicionales del 25% o del 5% a los vehículos importados y componentes de fabricación estadounidense a partir del próximo 15 de diciembre.

sector automovilístico La medida de Pekín trata, por tanto, de hacer sangre en el sector automovilístico estadounidense, clave para este país, que se suma a la medida tomada a principios de este mes de suspender las compras de productos agrícolas de EEUU después de que Trump les acusase de incumplir sus promesas de adquirir más.

De acuerdo con el comunicado de Exteriores, los aranceles de Trump han dado lugar a una “escalada sostenida de las fricciones económicas y comerciales” entre ambos países, “perjudicando en gran medida a los intereses de China y otros países, amenazando gravemente el sistema multilateral de comercio y el principio del libre comercio”. China asegura que estas medidas son una “respuesta forzada” al unilateralismo y el proteccionismo comercial de EEUU, y emplaza a Trump a que “coopere” para “una solución de beneficio mutuo”. - Efe