No todas las hierbas que crecen entre los viñedos tienen que ser retiradas. Entre las hileras a veces basta con cortarlas con la segadora. Su presencia no solo no estorba el crecimiento de la vid: evitar que el árbol se vuelva perezoso y ayuda a que tienda raíces más profundas, con mayor capacidad para absorber la humedad que escasea en las capas superficiales. “El resto las quitamos de forma mecánica”, explica Edorta Lezaun, viticultor y presidente del CPAEN (Consejo de la Producción agraria Ecológica de Navarra).

Este es solo uno de los trucos que emplean los viticultores ecológicos, que pesan cada vez más en el global y la próxima semana tienen una cita importante. Navarra recupera la Feria Internacional del Vino Ecológico, suspendida hace unos años por falta de financiación pública y que regresa en 2019 de la mano de Intia, con nuevas fechas y con el objetivo de incrementar la presencia de los vinos navarros en los lineales de los supermercados y en la hostelería de medio mundo. “Vamos a contar con 36 importadores internacionales, se ha hecho un esfuerzo importante”, recordaba ayer Juanma Intxaurrandieta, gerente de Intia.

El evento, que arranca el domingo en Pamplona, continuará el lunes y el martes en cuatro de las 26 bodegas ecológicas que se encuentran certificadas en la actualidad en Navarra. El lunes 2 acudirán a Quaderna Via y Navarsotillo y el martes 3 la misión visitará las bodegas Biurko Gorri y Lezaun. “Hemos decidido sacar la feria del primer trimestre del año, que es cuando mayor concentración hay. Supone un esfuerzo añadido para las bodegas, que se encuentran vendimiando o a punto de iniciar ya la campaña, pero se trata de una fecha más desahogada para los importadores y también el momento en que más bonitos están los viñedos”, explicó Itxaurraundieta.

Los importadores que llegan este fin de semana a Pamplona lo hacen desde algunos de los mercados más relevantes para el vino ecológico navarro. Cuatro de ellos, por ejemplo, provienen de Alemania; otros dos de Brasil, dos de Canadá, seis de China, tres de Estados Unidos, uno de Eslovaquia, dos de Holanda, dos de Irlanda, uno de Japón, uno de Kazajstán, uno de Letonia, uno de Lituania, dos de Noruega, tres de Polonia, tres de Suecia y dos de Suiza. “En Europa, cuanto más al norte vas, más peso tiene la producción ecológica”, explicaba ayer Edorta Lezaun, quien explicaba que, por este motivo, las bodegas de vino ecológica se encuentran si cabe más enfocadas a la exportación que las convencionales. “En Europa, Japón y Estados Unidos el mercado es muy superior. Solo hace falta ir al supermercado en San Juan de Luz y compararlo con el de aquí”, explica Edorta Lezaun, quien recordaba que, poco a poco, crece el número de productores navarros, así como la superficie cultivada. “Ahora mismo estaremos unas 1.200 hectáreas en Navarra”, en torno al 7% del total.

Clave

Más trabajo en el campo

En los últimos años el vino ecológico ha ido escalando posiciones en los certámenes que miden la calidad y el prestigio de un producto que “obliga al viticultor a bajarse del tractor y a meterse en el campo, no a ser una mera herramienta”, explica Edorta Lezaun, quien recuerda que la agricultura ecológica obliga a “recuperar prácticas tradiciones estar pendiente del tiempo, de cuándo va a llover, de cuándo va a hacer calor. El resto sigue un calendario y aplica los productos conforme le dicen, por si acaso”.

Todos los años, CPAEN visita las explotaciones ecológicas de Navarra con el objetivo de realizar un examen que detecta la presencia de productos no permitidos. Algo así -explicaca Lezaun- como en el antidoping de los deportistas. En el caso de la viticultura, el suelo donde arraigan los viñedos no reciben ningún fertilizante, más allá del compost natural y del estiércol de oveja. “Este respeto se plasma en unos suelos vivos, que dan a la uva mayor calidad, con mejor sabor y aroma”.

Pero, además de cuidar el suelo, prevenir plagas y evitar el daño que causan los insectos son dos de las preocupaciones principales de los viticultores ecológicos. La polilla es el insecto que en mayor medida ataca a los viñedos, al poner huevos en las uvas y estropearlas. “Las atacamos mediante confusión sexual, con un difusor de feromonas. El insecticida los vuelve cada vez más fuertes y resistentes”, señala Lezaun. Para los hongos, las bodegas emplean dos sales, sulfato de cobre y azufre, que se lavan cuando llueve. “Los productos de síntesis, en cambio, penetran en la planta y nos los comemos”, añade.

Con estas armas, las bodegas ecológicas asumen unos costes de producción más elevados, que se derivan, sobre todo, del mayor empleo de mano de obra. Pero han reaccionado mejor ante un mercado que ha obligado, por ejemplo, a reducir en un 255 la superficie cultivada en Navarra, mientras crece en un 20% la viticultura ecológica. La recuperación de la feria, dedicada a los profesionales y sin casi competidoras a nivel nacional, es un indicador de la salud de un sector que, según José Luis Olloqui, presidente de las empresas de agricultura ecológica, demuestra que “tiene capacidad para organizar un evento así”.

Bodegas participantes. Gil Berzal SC procedente de Álava; Hammeken Cellars SL proveniente de Alicante; 1 + 1 = 3; Bouquet d’Alella; y Cellers de Can Suriol, procedentes de Barcelona; Robles, procedente de Córdoba; Altolandón, procedente de Cuenca; Gelmer Wines, de Huesca; Bodegas Cornelio Dinastía SL; Bodegas Las Cepas; Viña Ilusión; y Viñedos Real Rubio SL, de La Rioja; Aroa Bodegas; Arriezu Vineyards; Biurko; Bodegas Bagordi; Bodegas Lezaun SL; Bodegas Quaderna Via; Finca Milagro; Navarrsotillo Biodynamic & Organic wines; Ontinar; y Ubeta, de Navarra; Bodegas Vagal, de Segovia; Celler Hidalgo Albert; y Josep Foraster, de Tarragona; Venta d’Aubert, de Teruel; Bodegas Camino Alto; y Bodegas Más Que Vinos, de Toledo; Bodegas Enguera SA; Bodegas Sierra Norte; Mustiguillo, Vino de Pago, El Terrazo; Pago Casa Gran; Vegalfaro; y Vinos y sabores ecológicos, de Valencia; Pago de la Oliva, de Valladolid; Bodega Ulibarri, de Vizcaya; y Bodegas Solar de Urbezo SL de Zaragoza.

Feria con historia. La Feria celebró su primera edición en 2010. Cumplió cuatro ediciones, pero pagó los recortes presupuestarios. Regresa ahora con el objetivo de dinamizar un sector con presencia internacional.