madrid - La permanencia de bajos tipos de interés, o incluso de tasas negativas, durante un periodo prolongado de tiempo puede tener efectos adversos sobre la estabilidad financiera y la rentabilidad de las entidades bancarias, según advirtió ayer el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos en un discurso pronunciado en los Cursos de verano de La Granda.

El banquero reconoció que, si bien las estimaciones realizadas por el Eurosistema sugieren que hasta el momento los efectos positivos, en términos de mayor actividad económica y mejora de la calidad crediticia, compensan los efectos adversos sobre los márgenes de intermediación bancaria, es necesario hacer un seguimiento continuo de esta cuestión para determinar si son necesarias medidas que mitiguen los efectos adversos de los tipos bajos sobre la capacidad de intermediación del sistema bancario.

Las declaraciones de Hernández de Cos llegan a menos de dos semanas de que el Consejo de Gobierno de BCE se reúna en Fráncfort el próximo 12 de septiembre, fecha en la que se prevé que Mario Draghi dé a conocer un nuevo paquete de estímulos para hacer frente a la desaceleración de la economía de la zona euro y al debilitamiento de las perspectivas de inflación, incluyendo medidas como una rebaja del tipo de interés de la facilidad de depósito y la reactivación del programa de compra de activos de la entidad.

El banquero, además, señaló que mejorar el funcionamiento de la Unión Económica y Monetaria (UEM) “resulta urgente” antes de que se produzca una eventual crisis. Añadió que debe avanzarse sin dilación en una mayor integración financiera, completar la Unión Bancaria con la creación de un fondo común de garantía de depósitos e introducir instrumentos fiscales que mejoren la capacidad de estabilización económica del conjunto y crear un activo seguro común de la zona euro.

El gobernador del Banco de España y miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) consideró “esencial” la contribución del resto de políticas además de la monetaria para apuntalar la recuperación, afianzar un ritmo de crecimiento más elevado y, de este modo, facilitar la convergencia de la inflación hacia la referencia de medio plazo. - E.P.