Pamplona - Pese a su pequeño tamaño y una demografía no excesivamente saludable, Navarra forma parte del grupo de comunidades que más cerca estaría de poder pagar sus propias pensiones. No lo tendría fácil -un sistema propio, con las actuales cotizaciones, incurriría todavía en un fuerte déficit- pero su ratio entre afiliados a la Seguridad Social y pensionistas se sitúa ya en 2,25, el sexto más elevado.

En esta clasificación solo superan a Navarra los dos archipiélagos, Madrid, Murcia y Catalunya, comunidades todas ellas con un nivel de desempleo más elevado que la Comunidad Foral, pero con una estructura de población más joven. Es este factor, por encima incluso de los niveles de desempleo, el más decisivo a la hora de calibrar la viabilidad de un sistema que, en conjunto, acumulará este año un nuevo déficit de unos 18.000 millones de euros. Y por ello, comunidades con una baja tasa de desempleo, pero muy envejecidas, como la CAV, presentan una tasa de dependencia sensiblemente peor que la navarra: 1,88.

Según los datos recogidos ayer por Efe, la distinta composición demográfica dibuja un mapa de España asimétrico, con un noroeste especialmente envejecido, donde Galicia, Cantabria y Asturias presentan un déficit muy abultado, y un sureste mucho más dinámico. Alicante Murcia y Almería, tres territorios que han recibido abundante población emigrante, presentan tres de los mejores ratios de cotizantes por cada pensionista.

En el análisis por comunidades autónomas, Baleares, por un lado, con 3,45 trabajadores por cada pensionista en julio, y Asturias, por el otro, con 1,36, se sitúan en los dos extremos. Mientras el dato de Baleares queda abrillantado por el componente estacional, el del Principado tiene mucho de estructural. No solo es una comunidad envejecida, también es el territorio que menos ha crecido en las últimas cuatro décadas y uno de los que no ha logrado construir un modelo económico alternativo al tradicional. Desde julio de 2018, apenas ha habido cambios en esta ratio (2,15) -entonces había 18,81 millones de trabajadores afiliados a la Seguridad Social y 8,7 perceptores de una pensión- como tampoco lo ha habido en las regiones con la tasa más alta, Baleares (3,44), y la más baja, Asturias (1,35).

La tasa de dependencia actual es inferior a la de hace diez años (2,31), cuando había 7,7 millones de pensionistas y 17,96 millones de ocupados, momento a partir del cual la recesión económica incidió sobre el empleo, en tanto que el número de pensionistas mantuvo su tendencia al alza. Así, la relación entre cotizantes ocupados y pensionistas pasó su peor momento en 2013, cuando en lo más agudo de la crisis se quedó en 1,95, aunque en la anterior recesión de principios de los años 90 llegó a ser inferior a 1,90. No obstante, desde 2013 se fue recuperando ligeramente hasta volver a los niveles de 2011, aunque aún por debajo del máximo de 2,5 afiliados ocupados por cada pensionista de los años 2006 y 2007.

devaluación salarial El ratio de Navarra (2,25) considerado históricamente como el umbral de sostenibilidad de las pensiones, ya no es sin embargo suficiente para cubrir unos gastos que crecen año tras año. Y no lo es, en buena medida, porque para recuperar empleo España ha sacrificado los salarios, rebajando de manera sensible los niveles de entrada a las empresas. Hoy, la mayor parte de los menores de 30 o incluso 35 años cobra menos que las personas que acceden a la jubilación. Y con salarios bajos, que en muchos casos frisan los mil euros, resulta imposible pagar pensiones de 1.500.

En 2008, justo antes del estallido de la crisis, la cotización media por trabajador era de unos 5.700 euros, y en 2018 apenas superaba los 6.100 euros. Así, en un periodo en el que la inflación alcanza el 12%, los ingresos por trabajador crecen en apenas un 8%. En el mismo tiempo, la pensión media de jubilación ha crecido más de un 33%.

14,8

millones de afiliados en régimen general. Junto a ellos, en estos momentos hay en la Seguridad Social 3,26 millones de autónomos, 69.000 trabajadores del régimen del Mar y 1.300 del Carbón.

Los ingresos suben un 6,7%

Aceleración. Con el empleo avanzando todavía a un ritmo medio cercano al 2,8% en el primer semestre, los ingresos por cotizaciones del sistema de la Seguridad Social crecieron en Navarra un 6,75 entre enero y junio, según se desprende de los datos que publica mensualmente el Ministerio de Trabajo. En este periodo, los afiliados navarros aportaron al sistema 606,2 millones de euros, frente a los 568,2 millones del año pasado y los 537 millones de 2017. Esto supone un incremento del 6,7%, frente al 5,7% al que avanzaron los ingresos el año anterior y al 3,46% del periodo precedente. Un aumento en la velocidad que parece obedecer ya no solo al crecimiento del empleo sino a una cierta recuperación de los salarios, Los 606,2 millones no bastarían en cualquier caso para hacer frente a las pensiones de jubilación (685,08 millones) y mucho menos para los 900 millones de gasto total en pensiones en Navarra. - J.A.M.