Pamplona - Pensionistas de Euskadi y Navarra se concentraron ayer en Bilbao para advertir de que dan por concluido “el tiempo de las promesas” y anunciar que, el próximo mes de diciembre, se concentrarán ante los parlamentos vasco y navarro para exigir que adopten las “decisiones que sean necesarias para garantizar el sistema público de pensiones, una pensión mínima de 1.080 euros, y salarios y condiciones de vida dignas”.

Varios cientos de pensionistas de Bizkaia, Álava, Gipuzkoa y Navarra se concentraron ayer ante el Ayuntamiento de Bilbao, para dar lectura a un comunicado y dar a conocer las próximas movilizaciones que llevarán a cabo en demanda de sus reivindicaciones. Según advirtieron, los pensionistas vascos y navarros no se conforman con lo conseguido, porque el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez “podría perfectamente haber derogado las reformas laborales y de pensiones, podía haber tomado medidas para revalorizar las pensiones, y podía haber acordado la pensión mínima de 1.080 euros, no lo ha hecho”, y “lo puede hacer hoy mismo, sin ningún problema, pero tampoco lo hace”.

Asimismo, lamentaron que, “en dos ocasiones”, le han planteado al lehendakari, Iñigo Urkullu, la necesidad de una reunión, pero, “todavía, tras dos años de movilizaciones, no ha encontrado un hueco en la agenda para ello”. Además, censuraron que, “para el Gobierno de Navarra, no somos una prioridad”. “En lo que sí están todos los gobiernos de acuerdo es en que los ricos sean cada vez más ricos”, denunciaron, para destacar que “decenas de miles de personas nos hemos manifestado, aquí y en el Estado, pero las decisiones que hay que tomar siguen sin tomarse”.

Por ello, aseguraron que se han “cansado de esperar” y han decidido “incrementar en calidad y en cantidad el nivel” de sus movilizaciones. Así, explicaron que los movimientos de pensionistas se han reunido “con multitud de agentes sociales, movimiento feminista, organizaciones sindicales y asociaciones que participan en la Carta Social de Euskal Herria”, a los que agradecieron su apoyo y de los que esperan “una implicación activa en las próximas movilizaciones”. Los pensionistas han convocado para el próximo 16 de noviembre manifestaciones en las tres capitales vascas y en Pamplona, “para que nuestras reivindicaciones sean un clamor, porque nuestras demandas no pueden posponerse ni un minuto más”.

Además, anunciaron concentraciones en diciembre ante los parlamentos vasco y navarro para “urgirles a tomar decisiones, las que sean necesarias para garantizar el sistema público de pensiones, una pensión mínima de 1.080 euro, y salarios y condiciones de vida dignas”.

Por otro lado, el próximo mes de enero de 2020, cuando se cumplen dos años de las movilizaciones que iniciaron los pensionistas en demanda de unas pensiones “dignas”, convocarán una movilización general “ciudadana contundente, de la mano de los agentes sociales”.

Con todas estas movilizaciones, los pensionistas exigirán a las instituciones que, “de una vez por todas, sean consecuentes con su principal responsabilidad, que no es otra que la de garantizar a las personas el acceso a unas condiciones de vida dignas, mediante un empleo de calidad, unas pensiones públicas, justas y suficientes, y unos servicios públicos universales”.

El Bundesbank quiere jubilaciones a los 69 años. Lejos de las propuestas de los jubilados, el Bundesbank alemán recomienda, en su informe de octubre, subir la edad de jubilación en Alemania hasta los 69,3 años para adaptar la misma a la esperanza de vida de la población y a los cambios demográficos. De no tomarse medidas en esa dirección, según el informe, el sistema de jubilaciones alemán, que como el español es un sistema de reparto, va camino a una situación comprometedora.