- La economía hiberna. Aún no se sabe durante cuánto tiempo y apenas comenzamos a intuir las consecuencias de una pandemia que se cobra miles de vidas y que dejará en la economía una cicatriz profunda, de la que prácticamente no escapará ningún sector. Y tampoco el de la construcción, el que más sufrió hace una década, que había recuperado cierta vitalidad en los últimos cinco años y que ha cumplido su primera semana de paralización total. El sector ya ha dado la voz de alarma en Navarra: unos 4.000 empleos se encuentran en riesgo.

Compuesto en buena medida por pequeñas o muy pequeñas empresas que no tienen su fuerte en la liquidez, un parón prolongado sería devastador para una actividad que en Navarra da empleo a unas 15.000 personas y que, en estos momentos, tenía algo más de 2.000 viviendas en fase de construcción. También la obra pública se ha visto obligada a parar. Y los autónomos, que en teoría pueden seguir trabajando, se encuentran en ocasiones con que no tienen para quién.

Todo ello ha hecho que "el mercado inmobiliario se seque de golpe", explica Fernando Encinar, de Idealista, uno de los portales de referencia, que no se atreve de momento a calcular un impacto que será muy relevante tanto para las operaciones de vivienda usada como para la obra nueva. Y que sin duda afectará al precio, "aunque todavía sea pronto para saberlo", señala Pedro Goñi, de la Inmobiliaria Gómez, de Pamplona.

De hecho, el sector ya intuía una cierta moderación en las subidas de precio, que arrancaron a comienzos de 2017, cuando la recuperación económica resultaba sólida, y que a finales del año pasado se mantenía aún con cierta fuerza, según los datos de los tasadores, que apuntan a un crecimiento del 6,5%. Los datos de toda España sí parecían apuntar sin embargo a una cierta ralentización, con un crecimiento de apenas el 2,5% en el último trimestre del año. Y de este modo, si en el primer trimestre de 2020 los precios todavía repuntaron algo en Navarra, Fotocasa ya alertaba de que en otras muchas zonas ya habían comenzado a frenarse ante la creciente incertidumbre. En 2019, de hecho, ya se redujo casi un 10% la compraventa de viviendas.

Con la recesión que se avecina, lo más probable es que los precios lo acusen, explican desde las inmobiliarias. "Está claro que va a repercutir, hasta qué punto dependerá de la duración de la crisis", continúa Goñi, quien recuerda en cualquier caso que la demanda que existía no va a desaparecer, si bien señala que pueden surgir oportunidades a lo largo de los próximos meses. Según explica no se va a regresar a la normalidad con rapidez y que la llegada del verano, que siempre retrasa operaciones, postergará la recuperación del mercado inmobiliario seguramente hasta el otoño. Y eso que, recuerda, aquellas operaciones que se encontraban ya avanzadas han podido continuar. "La banca y los notarios han seguido trabajando", señala Goñi.

El sector de la obra nueva vivía buenos momentos en Navarra antes del estallido. 2019, con 2.860 viviendas iniciadas, había sido el mejor año desde el final de la pasada crisis económica y los dos primeros meses de 2020 si bien parecían mostrar una cierta ralentización, sobre todo en el mercado libre, cerraron con 455 viviendas iniciadas entre libres y protegidas.

La duración del parón determinará los retrasos en las entregas, pero desde Idealista prevén que el sector lo va a acusar de forma sensible en toda España. "La obra nueva también se está viendo afectada y es posible que terminemos el año con un entorno de menos del 50% de viviendas entregadas que en 2019, un año en el que las nuevas casas ya fueron insuficientes para satisfacer la demanda creciente", apunta Encinar, jefe de estudios de Idealista. En Navarra, el año pasado se terminaron 1.731 viviendas, apenas una quinta parte de las que, por ejemplo, se entregaron en el año 2006, en plena burbuja inmobiliaria.

Encinar explica la situación en la que se encuentra ahora mismo el sector, con especiales dificultades, por ejemplo, para mantener la distancia de seguridad entre sus trabajadores. Y que, por tanto, se encuentra pendiente de las decisiones que vaya tomando el Gobierno durante los próximos días. Las empresas, señala además, ya están reaccionando ante los clientes. "Actualmente estamos viendo dos escenarios en las promotoras: aquellas cuyas obras estaban avanzadas y se han parado están ofreciendo moratorias de dos meses en el pago a sus clientes. Por el contrario, aquellas promociones que se comercializaban sobre plano van a sufrir anulaciones y es posible que el proceso de construcción de las mismas se vea afectado".

Una de ellas es Adania, un grupo familiar con más de tres décadas de experiencia y que en Navarra ha promovido viviendas recientemente en Erripagaina. En la actualidad, tiene promociones en Lezkairu y en Salesianos, en el centro de Pamplona, una de las más esperadas. "Hemos aprobado medidas para ayudar a sus compradores e inquilinos que hayan visto empeorar su situación económica. Las ayudas contemplan moratoria en el pago de recibos y reducciones de renta y afectarán a 1.300 viviendas en Madrid, Navarra y Álava", explican desde la empresa. El 9 de marzo habían comenzado precisamente las primeras labores del derribo para adecuar el local de Salesianos.

Este doble freno -menos operaciones de compraventa y menos actividad constructora, con un descenso relevante en el ritmo de entregas a los clientes- se va a dejar sentir en los números del sector. Con más de 1.200 millones de euros de valor añadido en Navarra, en torno al 6,5% del PIB, un descenso del 8% en su actividad, en línea con algunas de las previsiones que se hacen para toda la economía, rondaría los cien millones de euros de coste a fin de año.

Otra de las incógnitas que ha abierto la pandemia es de qué modo se comportará el mercado del alquiler una vez que la situación se normalice. Más allá de aquellos inquilinos que puedan beneficiarse de las ayudas públicas anunciadas, el mercado retomará su camino una vez que el confinamiento termine. "Y quizá entonces los que hayamos cambiado seamos nosotros", advierte Fernando Encinar, quien vaticina un "subidón" en la demanda. "Miles de personas están descubriendo que la casa en la que viven no les gusta. Nada. Y al poder finalmente salir de esas casas buscarán otra cosa. Tras varios años en los que primaba la localización de la vivienda, creo que muchos inquilinos sacrificarán la zona por otras características: más espacio, más luz, un exterior, altura, vistas€", señala Fernando Encinar.

Desde Idealista reconocían una afección en los precios, pero no concretaban en qué medida. "Posiblemente los precios se ajusten, pero a la demanda habitual se sumará la que provoque la migración a las grandes ciudades de miles de personas en búsqueda de un nuevo empleo, tras la pérdida de su puesto de trabajo en su ciudad de origen, lo que a medio plazo podría volver a tensionar los precios al alza", explicaba.

-10%

Antes del coronavirus, el mercado inmobiliario ofrecía síntomas de enfriamiento después de tres años de crecimientos. En 2019, el número de operaciones de compra venta de vivienda cayó cerca de un 10%. Los precios, sin embargo, seguían subiendo a finales de 2019 y solo parecieron estabilizarse en los primeros de 2020.

12%

El sector incrementó un 12% el número de viviendas iniciadas respecto a 2018. Comenzaron a construirse 2.860.

Vivienda nueva y usada

"Habrá más demanda de alquiler: muchos están dándose cuenta de que no les gusta la casa donde viven"

Jefe de estudios de Idealista

"El mercado se ha parado, pero las operaciones ya iniciadas se cierran porque bancos y notarios trabajan"

Inmobiliaria Gómez