- ¿Cómo celebra el 1 de Mayo?

-Siempre lo he considerado como un día de movilización, reivindicación y reconocimiento a todas esas personas que se organizan y responder colectivamente para lograr un mundo más justo, solidario y sostenible.

¿Había pensado que este acto en la calle podía dejar de hacerse?

-El 30 de enero, miles de mujeres y hombres secundamos una huelga general para que nuestras condiciones de vida se sitúen en el centro y denunciaron la insolidaridad del modelo económico basado en la austeridad y los recortes. Nada hacía pensar que pocos meses después íbamos a vivir una pandemia que ya ha causado miles de muertos y que amenaza todavía la vida de millones de personas. Esta pandemia está dejando claro que no es una crisis puntual sino estructural, y que las reivindicaciones de esa huelga están vigentes. En esta situación, el autoritarismo puede crecer, y es importante levantar la voz contra el fascismo. La extrema derecha lidera la guerra de pobres contra pobres buscando el enfrentamiento horizontal por medio del racismo, el machismo y la LGTBfobia, en vez de identificar a los culpables entre élites, bancos o multinacionales.

¿Cómo vivirá ELA este 1 de Mayo?

-Como novedad, vamos a realizar una jornada entre ELA, LAB, ESK, Steilas e Hiru para dar continuidad al trabajo de la huelga del 30 de enero.

¿Y usted?

-Va a ser diferente y habrá que pasarlo en casa cumpliendo el confinamiento. Será un día para recordar a todos los trabajadores y trabajadoras fallecidas en Navarra y en el resto del mundo por el COVID-19, subrayando la injusticia humanitaria porque muchas de esas muertes se han producido por desatención sanitaria y falta de medidas de seguridad.

¿Cuáles van a ser las reivindicaciones de ELA?

-Nuestras propuestas y reivindicaciones tienen como objetivo poner la vida en el centro. Hoy queda más claro que sectores como los cuidados, la salud, la limpieza o la alimentación son los realmente esenciales. Son trabajos realizados mayoritariamente por mujeres, con un valor social pendiente de reconocimiento, con unas condiciones laborales precarias, con brecha salarial e invisibilidad. El reconocimiento social no debe quedarse en los aplausos de las ocho de la tarde, sino en la mejora de sus condiciones. Por otro lado, sabemos que el confinamiento no afecta de manera homogénea a todas las personas y que se han podido agravar situaciones de gran vulnerabilidad.

¿Cuál será el lema?

-Bizitza gara: lo nuestro, lo esencial, lo de tod@s. Pretendemos dar centralidad a la importancia de responder a esta situación de manera colectiva. Hoy comprobamos mejor la mentira del individualismo y el falso argumento de que lo privado es más eficiente que lo público. Lo colectivo y lo público son lo único que garantiza la igualdad de todas y todos. No nos olvidamos de los recortes y de los partidos políticos y organismos que los promovieron.

¿Qué papel está teniendo su sindicato en esta crisis sanitaria?

-La defensa de la salud es la prioridad indiscutible de nuestra labor sindical con capacidad de propuestas. Por eso hemos defendido parar las actividades no esenciales, y hemos denunciado la contradicción de ver limitados todos los aspectos cotidianos de la vida, y la obligación de acudir al puesto de trabajo.

¿Qué han propuesto?

-Planteamos al Gobierno, a la CEN y al resto de sindicatos garantizar la salud de las plantillas en el retorno a la actividad. Para ello resulta indispensable aumentar los recursos del ISPLN y de Inspección. Es un escándalo que ninguna empresa haya sido sancionada en Navarra por incumplir medidas de protección sobre el COVID-19. Esta falta de vigilancia contrasta con los efectivos policiales y militares que sancionan a particulares por incumplir el encierro. La inacción de la Administración nos obliga a que los sindicatos paremos la producción, como en VW.

¿Todos los ERTE están justificados?

-Esta crisis sanitaria está teniendo consecuencias en las empresas, sería ingenuo negarlo. Pero, no todos los ERTE están siendo justificados y hay empresas que se están valiendo. Además en Navarra han sido autorizados los ERTE por fuerza mayor por silencio del departamento. Pero el volumen de solicitudes no justifica su autorización automática.

¿Cree que el Gobierno foral se ha alineado con la patronal?

-Sí, en la postura contraria a parar actividades no esenciales, en no impedir ERTE en la subcontratas públicas, en defender la apertura del comercio en Jueves Santo, etc. Incluso Chivite pidió flexibilidad a Sánchez para que en Navarra parase el menor número de empresas. Es una lástima que la presidenta no reclame esa misma flexibilidad a Madrid para, por ejemplo, destinar el superávit de Navarra a necesidades sociales o para aumentar el techo de gasto. El Gobierno reivindica el autogobierno solo cuando le interesa a la patronal.

¿Cómo afectará a los trabajadores la crisis económica?

-Querrán aplicarnos el manual de la crisis anterior, aquel que rescató bancos y aumentó la desigualdad. Pero, esta pandemia dejará muchas lecciones. Se ha hecho más visible el conflicto entre la vida y el capital constatando la necesaria transición productiva, social, feminista y ecológica. Y está quedando en evidencia las consecuencias de las políticas neoliberales en los servicios públicos. En Osasunbidea estamos pagando las consecuencias de privatizar servicios, de aumentar concertaciones, de la alta temporalidad, con un 40%, o de tener un tercio menos de camas hospitalarias que en la OCDE. Esto nos debería llevar a cambiar la política fiscal, que nos deja a la cola de la UE.

¿Qué medidas palían la nueva crisis que se avecina?

-Las medidas sociales están siendo insuficientes. La posición tan beligerante de la derecha española oponiéndose a la renta mínima o a la paralización de los desahucios hace que las medidas adoptadas parezcan más progresistas de lo que son. Pero, lo cierto es que el esfuerzo del Estado en cuanto al PIB para necesidades sociales está siendo de los más bajos de la UE. Será imprescindible abandonar las políticas de austeridad, defender unos servicios públicos de calidad, dar centralidad a la labor de cuidados, y potenciar nuestra economía local frente a la globalización. Estas reivindicaciones no se logran en el diálogo social, ya que hemos demostrado que su única utilidad sirvió para garantizar la supervivencia económica de sus participantes, sino que se logrará con la activación social y la movilización. Es más necesario que nunca que nos organicemos para afrontar las amenazas y ataques, y para abrir oportunidades hacia el cambio. Está en nuestras manos prepararnos para ello.

"Hay que aumentar los recursos del Instituto de Salud Pública y Laboral y de Inspección de Trabajo"

"Es visible el conflicto entre la vida y el capital, y la necesidad de una transición productiva, social, feminista y ecológica"