- La Encuesta de Préstamos Bancarios, elaborada por el Banco Central Europeo (BCE) y publicada ayer por el Banco de España prevé que entre abril y junio se producirá el mayor aumento de demanda de crédito desde 2003, por las mayores necesidades de liquidez de las empresas derivadas de la pandemia de COVID-19.

“Los bancos esperan que la demanda neta de préstamos a empresas se incrementará todavía más en el segundo trimestre de 2020 (un porcentaje neto del 77%), hasta su mayor balance neto desde que comenzó a publicarse la encuesta de préstamos bancarios en 2003”, explica el instituto emisor en un documento.

Las entidades financieras que han participado en la encuesta, realizada en abril con datos del primer trimestre, han detectado una generalizada caída de la demanda de crédito entre enero y marzo, aunque, en el caso de las empresas, a un menor ritmo que en el último trimestre de 2019.

Por el contrario, anticipan un intenso descenso de las peticiones de fondos de familias y hogares, debido a la incertidumbre económica.

Además de prever un fuerte incremento de las solicitudes de crédito en el segundo trimestre, las entidades estiman que habrá una relajación de los criterios de concesión de préstamos a empresas, particularmente en España, debido a las líneas de avales públicos puestas en marcha por el Gobierno.

En el conjunto de la UE, la encuesta ha detectado un repunte de peticiones de fondos de las empresas y una desaceleración de las peticiones de los hogares.

Por países, el BCE aprecia una evolución heterogénea de la demanda de crédito, con crecimientos en Francia o Alemania y contracciones en España o Italia. Así, un porcentaje neto del 40% de los bancos alemanes encuestados observó un aumento en la demanda de créditos de empresas, frente al 6% del trimestre anterior. En Francia, fue del 35%, frente al -2% del cuarto trimestre. En Italia la demanda se mantuvo estable, mientras que en España se frenó la caída registrada entre octubre y diciembre, pasando del -40% en ese trimestre, al -20% contabilizado entre enero y marzo.

Aunque la crisis generada por la pandemia de COVID-19 habría tenido ya un cierto reflejo en algunos de los resultados de la encuesta, su impacto en el mercado de crédito ha sido limitado, al haber tenido cierta incidencia solo en su parte final.

De ahí que sus efectos tendrán un reflejo mucho más “evidente e intenso” en las expectativas para el segundo trimestre, especialmente en el caso de la demanda. Con los datos del primer trimestre, la encuesta desvela que tanto en el segmento de financiación a empresas como en el de créditos a hogares para consumo y otros fines se endurecieron los criterios de aprobación de préstamos y las condiciones aplicadas a un ritmo similar al de tres meses antes. En cambio, en los préstamos otorgados a familias para adquisición de vivienda, la oferta se mantuvo sin apenas cambios.

Para este segundo trimestre, la encuesta anticipa un retroceso intenso de la demanda de financiación procedente de los hogares, tanto para adquisición de vivienda como para consumo y otros fines, debido al deterioro de las perspectivas económicas y al aumento de la incertidumbre.

También en este caso la contracción podría ser la mayor en un trimestre desde que se realiza el estudio, 2003, o quizás desde la mayor caída observada, en los meses siguientes al inicio, en septiembre de 2008, de la crisis financiera global.

En cuanto al efecto del programa ampliado de compra de activos del Banco Central Europeo (BCE), los bancos admiten que contribuyó a un aumento de la liquidez, a la mejora de sus condiciones de financiación y, particularmente en España, al incremento de la rentabilidad y de las ratios de capital de las entidades. Pero no, en España, sobre la oferta crediticia ni sobre los volúmenes de crédito concedido.

Modificación. La Comisión Europea (CE) propuso ayer relajar temporalmente los requisitos de capital para los bancos de la Unión Europea (UE), a fin de que tengan más margen para prestar a las empresas y hogares afectados por la pandemia del COVID-19. Bruselas plantea modificar excepcionalmente las reglas sobre las provisiones ante el riesgo de impago, sobre los créditos improductivos o el cálculo de los ratios de solvencia y llama a usar toda la flexibilidad que permiten las normas. El Ejecutivo comunitario insta, además, a las entidades a renunciar a distribuir dividendos o recomprar acciones y a “ejercer moderación” en el pago de bonus.