- La economía pisa desde hace semanas terreno desconocido, o, más bien, se despeña por un precipicio cuyo final no se conoce. Porque, más allá de que durante los dos o tres próximos meses se vaya recuperando de modo paulatino la actividad, las consecuencias de lo sucedido en marzo y abril no las intuimos todavía. Solo conocemos, explicaba ayer Elma Saiz, consejera de Economía y Hacienda del Gobierno de Navarra, “la punta del iceberg”.

Y a juzgar por los primeros datos, el bloque de hielo con el que ha chocado la economía mundial es de proporciones gigantescas. En Navarra, el PIB se contrajo entre enero y marzo en un 4,1%, un desplome sin precedentes en la serie estadísticas modernas y que anticipa un segundo trimestre del año todavía más duro -Funcas prevé que ronde el 15% pese a la progresiva reapertura de los negocios- y una segunda mitad del año llena de incertidumbres. “El desplome de actividad -explicó Saiz- superará ampliamente al del primero y la evolución durante la segunda mitad del año depende de muchos factores todavía desconocidos y que vamos conociendo como la fecha del levantamiento del estado de alarma, la forma en que se articule la desescalada e incluso la posibilidad de un nuevo rebrote de la pandemia”, dijo.

Por ello, las estimaciones se mueven en una horquilla muy amplia, pero por supuesto negativa. Y en realidad, la única incógnita parece residir en si la recesión alcanzará las dos cifras en el conjunto de España. El Gobierno de Navarra trabaja de momento en un escenario algo más optimista, con caídas eso sí tremendas para el conjunto del año, de entre un 6,4% y un 9%. “Las previsiones -reconoció la consejera- empeoran día a día”.

Saiz, en cualquier caso, quiso aferrarse a alguna esperanza. Y recordó que el tejido económico de Navarra, uno de los territorios donde menos pesa la hostelería, podría favorecerle, tal y como ya se observó en marzo, cuando la comunidad registró la tercera menor caída en la afiliación a la Seguridad Social. También “la fortaleza del mercado laboral y la riqueza media”, señaló la consejera, quien destacó que el deterioro de la economía navarra fue inferior a la media española, que cayó un 5,2%. Esto supone que la caída interanual del PIB alcanza ya en Navarra el 2,8%, con un descenso todavía superior en el conjunto de España: ahí la caída llega al 4,1% y anticipa enormes dificultades si no se logra salvar al menos una parte de la campaña turística del verano.

Se trata, por tanto, de las mayores caídas desde la Guerra Civil y empujan a la economía hacia un terreno desconocido. La falta de referencias incluso ha obligado al Instituto de Estadística de Navarra a modificar el modo en que efectúa sus cálculos. Y lo ha hecho precisamente para reflejar de modo más fiel lo ocurrido en un periodo de apenas 15 días, desde que se decretó el estado de alarma. Con los métodos tradicionales, el dibujo final habría resultado quizá más alentador, pero seguramente menos realista.

De este modo, Nastat ha echado mano de múltiples referencias como el consumo alimentario de los hogares (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación), la matriculación de vehículos (DGT), y el consumo de energía eléctrica (REE), etc; así como encuestas que ya han observado la consecuencia de la crisis, y de diversas estimaciones que se han elaborado desde numerosas instituciones.

Sin recuperación en V. Elma Saiz ya advirtió ayer de que la recuperación no tendrá forma de V. Lo hizo sin emplear estos términos pero advirtiendo de que habrá que esperar a 2022 para recuperar los niveles de riqueza que ya existían en 2019.

1.800

Una caída en el PIB que se aproximará al 9%, como ayer empezó a admitir el Gobierno de Navarra, supondría un descenso de unos 1.800 millones de euros. En la actualidad, el PIB de Navarra ronda los 21.000 millones de euros.

La diferencia con 2009. Hace más de una década, Navarra parecía superar mejor que la media la crisis. Lo hacía empujada por el gasto y por las exportaciones, con Volkswagen a toda máquina en 2010 y 2011. La recaída de 2012 y 2013 fue muy dura, debido al estallido de la crisis de deuda, pero esta vez no está tampoco claro el impulso de las exportaciones.

“Las previsiones económicas empeoran cada día por la incertidumbre de la situación”

Consejera de Economía y Hacienda