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Son las que están recogidas en el Observatorio de la Realidad Social de Navarra. Con una parte de la población más envejecida ubicada en zonas rurales, el sector presenta una dispersión geográfica imporante. Algunas son propiedad municipal y, junto aquellas sin ánimo de lucro, como la Meca, se agrupan en la asociación Lares.

ay negocios cíclicos, que aprovechan los periodos de crecimiento para vender más. Otros son contracíclicos y crecen cuando los demás atraviesan dificultades. Luego están los de nicho, destinados a un segmento muy concreto de la población, o los de oportunidad, que aprovechan un escenario imprevisto, una burbuja temporal. Y, más allá de todas estas definiciones, al margen hasta ahora de cualquier vaivén económico, encontramos el negocio de la tercera edad, que no ha dejado de crecer en las últimas décadas, que factura en los años de bonanza y en los de recesión, y que tiene prácticamente asegurada la clientela al menos para las próximas cuatro décadas.

Nutrido con dinero público, sobre todo a través de las plazas concertadas, y con ahorros privados, el sector afronta la mayor crisis de reputación de su historia, con cerca de 450 fallecidos solo en Navarra. El coronavirus ha dejado al descubierto sus carencias, incluso un cierto abandono por parte de la administración pública. Pero sigue siendo una actividad rentable, en la que conviven el sector público puro, los patronatos municipales, las entidades sin ánimo de lucro y los actores privados, algunos locales, pero también nacionales y extranjeros. En Navarra cuenta con 71 residencias y cerca de 5.800 plazas ocupadas que seguirán creciendo en los próximos años. Solo en Pamplona y su comarca cuatro proyectos en marcha (Meca, Zizur, Sarriguren y Paules) incrementarán de manera notable la oferta y un volumen de negocio que, en estos momentos, roza los 100 millones de euros en Navarra y los 5.000 millones en toda España.

Propiedad francesa

Amavir, líder en Navarra

Nadie duda de que el sector es rentable. Y la mejor prueba la ofrecen las compras e inversiones que ha registrado el sector en la última década, con entrada incluso de capital riesgo en busca de riesgo en busca de alta rentabilidad. Las operaciones de la última década también han afectado a Navarra. Amma, una iniciativa surgida en Navarra, al cobijo de la Caja de Ahorros de Navarra, se llama hoy Amavir y la suya es también la historia de una oportunidad perdida: el beneficio que dejan hoy sus casi 700 plazas se marcha a Francia.

Porque Amma surgió en Pamplona en 1997, en una aventura en la que Caja Navarra ejerció de socio mayoritario, si bien compartió riesgo con otras entidades. En 2005, fue fusionada con Gerogestion y su funcionamiento no estuvo exento de problemas, también económicos. El valor, sin embargo, estaba ahí, tanto en su red de centros como en su futuro. Y afloró precisamente cuando Caja Navarra ya no existía como entidad financiera y cuando su cartera de participadas había sido asumida por CaixaBank. La entidad catalana se había hecho cargo de Banca Cívica y había heredado una cartera de créditos llena de impagados, pero también alguna joya. Amma era una de ellas. En 2016, CaixaBank decidió venderla a Maisons de Famille por 220 millones de euros, una cifra similar a la valoración de la propia Caja Navarra.

Amma fue entonces fusionada con Adavir, operación de la que resultó el actual nombre comercial. La actividad se desarrolla a través de Planiger SA, una sociedad que tiene hoy su sede en Madrid, de la que dependen unas 41 residencias en toda España, que en 2018 facturó cerca de 132 millones de euros y que obtuvo un beneficio de más de 8,4 millones. Maisons de Famille, como accionista principal, es quien se embolsa la mayor parte de los dividendos que genera la actividad. Se trata de una empresa francesa nacida en 2003, propiedad de un fondo denominado Creadev que pertenece a la Asociación Familiar Mulliez, propietaria de Decathlon, Leroy Merlin, Norauto y Alcampo entre más de 150 empresas. Gerard Mulliez es el patriarca de un grupo cuya fortuna supera los 32.000 millones de euros.

Líder en España

Domusvi, San Adrián y Pamplona-Paules

Domusvi, otro de los gigantes del sector, también tiene presencia en Navarra, con la residencia de ancianos de San Adrián y sus 138 plazas. Este grupo se reforzará próximamente, cuando entre en funcionamiento la residencia de Los Paules, cuyas obras han comenzado recientemente. Contará con cerca de 7.000 metros cuadrados de superficie y su puesta en marcha ejemplifica el apetito de los grandes grupos por las áreas urbanas. "Es donde está la mayor parte del negocio", explica Josetxo Mandado, del sindicato ELA, que junto a LAB reclama "la publificación de todo el sistema de atención y cuidados a las personas", en el que trabajan más de 4.000 personas, la mayor parte mujeres.

Domusvi es el número uno en el sector, por delante de grupos como Orpeam Vitalia, Ballesol, Sanitas y Clece, propiedad este último de ACS (Florentino Pérez). De origen francés y con presencia en China, Portugal, Chile, y Colombia, entre otros países, gestiona en toda España 138 residencias, pero su accionista principal es un fondo de inversión londinense: ICG. El multimillonario francés Yves Journel forma parte también del accionariado de la empresa.

Familia y grupo

Landazabal, Idea..

El capital local tiene asimismo su espacio en este sector, apetecido por inversores privados de todo tipo. En Burlada, Landazabal es una de las residencias clásicas que responde a esta figura. La empresa que la gestiona es Setenasa Gestión SL, una sociedad familiar propiedad de Servicios Técnicos Asistenciales de Navarra SL, que hasta 2018 contaba con María Luisa Barcos Armendáriz como accionista único. Según el registro mercantil, la propiedad principal es ahora de su marido, Fernando Soria Martínez, vinculado al sector de la construcción. Ejerce la propiedad a través de la sociedad Inversiones y Alquileres PMK. Con cerca de un centenar de trabajadores, de los que el 70% son fijos, Setenasa declaró en 2018, último año del que hay cuentas depositadas unos 5,8 millones de euros en ingresos, con un beneficio neto cercano a los 275.000 euros, el más alto de los últimos años.

El Grupo Idea (innovación y Desarrollo Asistencial, SL) es otro de los gestores privados de origen local con implantación relevante en Navarra. Su proyecto en Cizur (Bidealde) prevé asistir a 176 personas y se unirá a los que ya tienen en Elizondo, San Martín de Unx, Eulate y Caparroso. Idea ha dividido su actividades en distintas sociedades -antes de ello sus facturación superaba los 7,5 millones de euros- y está presidido por Rafael Sánchez Ostiz. En la empresa matriz (Asesoría de Barreras Arquitectónicas) figuran también como apoderados Isabel García Ipiens y Javier Aranguren Aramendía. El grupo se ha extendido y cuenta ya con residencias en Salamanca y Galicia.

Gestión de Servicios Residenciales (GSR) es la prueba del interés de los grandes grupos empresariales por este sector. Mondragon, cooperativa cuya presencia abarca desde las finanzas hasta la industria del auto, es la propietaria de una sociedad con amplia presencia en la CAV y que en Navarra cuenta con residencias en Lodosa, Andosilla y Mendavia.

Objetivo de permanencia. Con 279 plazas entre La Vaguada de Pamplona y Torre Monreal de Tudela, Solera es otro de los grupos locales. Propiedad de Caja Rural de Navarra, cuenta también con centros de días y pisos. Caja Rural explica que su presencia en el sector entronca con "los valores de la entidad" y que complementa su actividad empresarial, si bien recuerda que "tiene que ser autosuficiente" económicamente. El objetivo de Caja Rural en el sector el de "mantenerse" sin que ello vaya ligado a un crecimiento. La apuesta, recuerdan, es lo local, "primando la calidad y la calidez en la atención a las personas".