- Casi como la aldea de Asterix, la banca cooperativa local resiste en Navarra con las mayores cuotas de mercado de toda España. En el último año, Caja Rural de Navarra y Laboral Kutxa concedieron en la Comunidad Foral el 45% de los préstamos hipotecarios firmados, una proporción que contrasta con la del resto de las comunidades, donde la bancos tradicionales y bancos conformados por antiguas cajas de ahorros prestaron más del 91% del total. Esto supone que entre ambas entidades habrían movilizado unos 295 millones de euros en financiación para adquirir vivienda en Navarra.

El papel de este tipo de banca, muy ligada al territorio, con centros de decisión cercanos y centrada especialmente en las necesidades de financiación de los particulares, no ha dejado de crecer en Navarra, pero también en la Rioja e incluso en la Comunidad Autómoma Vasca en los últimos años. Así, hace una década, cuando todavía existía Caja Navarra, las cooperativas de crédito apenas contaban con un 35% de cuota de mercado en nuevas hipotecas. Cinco años después, ya prestaban 42 de cada cien euros. Hoy siguen ampliando cuota en uno de los indicadores que permiten valorar la capacidad de generar ingresos por parte de la entidad y que, sobre todo, supone el principal elemento de vinculación con el cliente durante diez o quince años. “El ahorro, los depósitos tradicionales de los clientes, nos cuestan hoy mucho dinero, entre el impuesto a los depósitos y lo que hay que pagar al Fondo de Garantía”, explicaban ayer fuentes del sector.

Las hipotecas, muchas de ellas referenciadas ahora a un tipo fijo, suponen en cambio el grueso del margen de las entidades. Y ahí, Caja Rural de Navarra y Laboral Kutxa se han sabido posicionar en los últimos años, con crecimiento entre los segmentos de población más jóvenes. Ambas respetan políticas de prudencia similares, se encuentran entre las entidades con mejores indicadores de solvencia del mercado y mantiene su proyecto en solitario cuando parece haberse iniciado una segunda oleada de fusiones. Sus beneficios, además, no se destinan a retribuir a los accionistas, sino que sirven para engordar la hucha de sus reservas, imprescindibles para afrontar las crisis.

Caja Rural es quizá la más agresiva de las dos. Y se ha convertido prácticamente en la única entidad de toda España que ha seguido abriendo sucursales en los últimos años, especialmente en La Rioja y en la Comunidad Autónoma Vasca, donde su política comercial es además especialmente agresiva. En Navarra, la entidad dirigida por Ignacio Arrieta ha ido recortando diferencia con CaixaBank en algunos segmentos, si bien la entidad con sede en Valencia mantiene un sólido liderazgo tanto en la gestión del ahorro como en los préstamos.