- La banca ya siente en sus cuentas de resultados el impacto de una crisis económica que se antoja dura. Caja Rural de Navarra, la segunda entidad con mayor implantación en la Comunidad Foral y la única que tiene aquí su domicilio social, cerró el primer semestre con un beneficio de 44,02 millones de euros, un 11,2% menos que el año pasado, un resultado que confirma la capacidad de la entidad para ser rentable y, al mismo tiempo, ilustra las dificultades con las que se encuentra el sector para generar ingresos.

Con los tipos de interés a cero o en negativo, Caja Rural firmó un semestre de práctica estabilidad en sus márgenes. La entidad redujo levemente sus ingresos por los préstamos concedidos y por el cobro de otros intereses, que se quedaron en 78,3 millones de euros, 1,4 millones menos que hace un año. El descenso se ve compensado por los menores gastos en los intereses que dejan este margen básico en 70,39 millones de euros, una cifra prácticamente igual a la del año pasado, incluso levemente superior.

Además de preservar este margen, Caja Rural ha intensificado su política comercial en otros campos, por lo que continúa aumentando sus ingresos vía comisiones hasta los 36,73 millones de euros, un 9% más que el año pasado. Se trata de una práctica general en todas las entidades financieras: no solo resulta cada vez más complicado escapar de las comisiones por los servicios básicos (tarjetas de crédito, cuentas corrientes...); las entidades también han reforzado la venta de productos como fondos de inversión, sustituyendo a los depósitos tradicionales, que generan un mayor valor para la entidad financiera.

De esta manera, la cooperativa de crédito logra preservar su margen bruto, que se sitúa en 146,93 millones de euros, frente a los 146,65 millones del año pasado, un dato que muestra un negocio prácticamente estancado, pero capaz de ofrecer beneficios gracias a una política de costes que sigue siendo una de las grandes ventajas comparativas de la entidad navarra. Su gasto de personal no crece en el último año (39,52 millones) y sus gastos de administración totales apenas aumentan en 1,2 millones de euros, poco más de un 1,5%.

Con los gastos generales bastante controlados, la entidad se ha anotado en su balance un deterioro de 14,33 millones de euros en el valor de sus activos, una cifra que triplica a la del año pasado y que se explica por el impacto de la actual crisis, que se dejará sentir también en los próximos trimestres en la tasa de morosidad, habitualmente más baja que la media. La entidad reduce también sustancialmente el gasto en impuestos, desde los 6,3 millones del año pasado a los 3,9 millones de euros.

Fortaleza de las reservas. La entidad financiera destina a reservas prácticamente todo el beneficio que obtiene, por lo que se encuentra entre los bancos con mejor coeficiente de solvencia.

Expansión controlada. Caja Rural es una de las pocas entidades financieras que ha seguido abriendo oficinas en la última década, sobre todo en la CAV y en La Rioja, si bien de manera controlada.