El embalse de Eugi inundó tierras de cultivo en los 70 y dejó sin trabajo a habitantes de la zona. La maestra del pueblo, como tenía un sobrino ocupado en una planta de piezas de caucho para el automóvil en Gipuzkoa, se planteó cómo implantar una fábrica semejante para generar empleo en el valle de Esteribar. Así surgió en 1972 Seinsa, situada en un alto, enfrente del pantano.

Desde su despacho, José Antonio Azcárate Oroz, presidente del Grupo Azkaetxa, observa sus aguas y su paisaje. "Trabajaba en el banco Crédito Navarro, que posteriormente se convirtió en el Central Hispanoamericano en la plaza del Castillo, y en 1974 me incorporé por las tardes a esta factoría para tareas de administración y comerciales", recuerda José Antonio, de 77 años y oriundo de la calle Jarauta de Pamplona.

José Antonio Azcárate, desde el despacho donde se ve el pantano de Eugi. Javier Bergasa

LAS VENTAS HAN CRECIDO UN 10% ANUAL

LAS VENTAS HAN CRECIDO UN 10% ANUAL

Seinsa, que es la matriz del grupo, fabrica recambios para frenos y factura 22 millones, una cifra que ha crecido una media de un 10% anual los últimos años. Desde 2006 lidera este mercado en Europa, con presencia importante en los países del Este debido a que el frío estropea antes los frenos. Pero mucho antes conquistó el mercado nacional.

Fruto de su éxito en 1991 estrenó planta, que coincidió con una crisis que llevó a Seinsa a concurso de acreedores. Los socios se retiraron excepto José Antonio que apostó por continuar con Sodena, que entró con el 51%. "Nos apoyó el exconsejero de Industria Ángel Rodríguez San Vicente y el exdirector gerente de Sodena, Carlos Luri. Después nos hipotecamos para comprar el 100% de la compañía", recuerda.

IRÁN FUE EL PRIMER PAÍS

IRÁN FUE EL PRIMER PAÍS

En aquella crisis económica José Antonio empezó a exportar, cuando pocas pymes lo hacían. "Irán fue el primer país tras contactar con un cliente en una feria en Barcelona. También acudíamos a ferias en París y Frankfurt", recalca.

El mercado estadounidense le exigía calidad a bajo coste, y por eso Seinsa desembarcó en India en 2005; y un año después la empresa pasó a ser la número uno del recambio en Europa.

José Antonio trabajó con el lema Nuestra gente, nuestro éxito. "Esta idea se me ocurrió una noche de insomnio en Baqueira Beret, sitio al que habíamos viajado para esquiar. Me levanté y la escribí", cuenta.

LA MUJER, EN PUESTOS DE RESPONSABILIDAD

LA MUJER, EN PUESTOS DE RESPONSABILIDAD

Su pareja Mentxu Etxaniz Ibarra, del Segundo Ensanche, lo describe como "un empresario ejemplar, que siempre ha pensado en la familia y en la plantilla". El papel de Mentxu, de 74 años, ha influido para que Seinsa eligiera a mujeres en puestos de responsabilidad, tanto directivos como cuadros intermedios.

En 1998 sus hijos Ander y Mikel se unieron a este proyecto, actualmente el primero ostenta el cargo de CEO del grupo y el segundo dirige el nuevo departamento de Desarrollo Estratégico y Nuevos Negocios confeccionado durante la pandemia para desarrollar el plan estratégico para 2021-2023. Su padre prefirió afrontar en vida la transición del negocio, decisión de la que se muestra satisfecho. "Me jubilé con 60 años", cuenta.

La trayectoria profesional y personal de esta pareja y de su plantilla ha tenido reconocimientos en Seinsa, como el EFQM en 2002, el Premio Nacional a las Mejores Prácticas en 2003 y el galardón de Innobasque en 2020 a su modelo empresarial de innovación integral.

José Antonio Azcárate y Mentxu Etxaniz, con el cuadro de la factoría de Eugi al fondo. Javier Bergasa

Estas distinciones descansan en un estante en la entrada de la planta en Eugi. En una de ellas, aparecen José Antonio y Mentxu sonriendo -como la foto de este reportaje-. "Uno es feliz, si se ríe de sí mismo", aconsejan apoyados en el ventanal desde el que divisan el pantano donde empezó esta historia.