n el año 2000, el Consejo Europeo de Lisboa marcó como estrategia hacer de Europa, la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo para 2010.

En el Consejo Europeo de Barcelona de 2003, se propuso concretar el objetivo general, en un compromiso de invertir el 3% del PIB (2% privado y 1% público) en investigación con especial énfasis en la innovación tecnológica. En 2010 no se alcanzaron los objetivos fijados, pero se insistió en mantener los mismos objetivos generales del año 2000.

Y por aquel entonces, gracias a una amplia participación de agentes del sistema navarro de innovación, en especial de empresas, y con la asistencia de consultores externos que fueron coordinados por Zabala Innovation Consulting con la colaboración de AIN y Cemitec, Navarra consiguió en 2009 un gasto en I+D sobre el PIB del 2,13% (ver gráfico), es decir, en esos años multiplicamos por tres, -por tres, se dice pronto- nuestra inversión en I+D. En apenas una década habíamos pasado de estar en el grupo de regiones españolas más rezagadas en esfuerzo en I+D+i, partiendo por debajo del 1% del PIB regional, a situarnos en la primera posición, liderando la I+D nacional, por delante de Madrid y País Vasco.

Todos sabemos que la innovación es el factor clave de competitividad de las empresas y de los países. Vimos en la crisis del 2008 y vemos en la crisis actual, que los países que primero se recuperan son los países que más invierten en Innovación. Muchos de los países que más innovan son países ricos, sí. Pero no innovan por ser ricos, sino que son ricos porque innovan.

Ha llegado el momento de actuar, de “hacer” sin excusas. Un convencimiento y un compromiso de los actores principales que jugamos en esta partida:

Las empresas, como principales artífices en generar innovación; no en vano, según el Consejo de Europa de Barcelona del año 2003, deben aportar dos tercios de la inversión en I+D del país. Si llegasen al objetivo del 3%, la industria contribuiría con el 2% del PIB en inversión en I+D.

Las administraciones, con un papel de máxima relevancia en la innovación. No solo por el sistema de apoyo financiero y desgravación fiscal a la innovación en I+D, sino creando un clima con un entorno favorable, y logrando retos o trabajos relevantes.

Las universidades y Centros Tecnológicos, como actores necesarios en la investigación, esencial para el avance de la ciencia y la generación de tecnología. Es fácil constatar que las grandes empresas tecnológicas de fama mundial, como Apple, Google, etc..., han surgido muchas veces en los entonos de grandes universidades.

Hace falta la implicación de los tres actores citados, Empresas, Universidades y Centros Tecnológicos y Administraciones (europea, nacional y regional) en cuatro puntos:

1. Hacer de la innovación un elemento esencial que sea parte de la estrategia de los tres actores, no un elemento de decoración. Una forma de ver la implicación de los directivos en los planes es ver el tiempo que dedica a ello.

2. Dedicar medios humanos (personal de valía e innovador) y materiales (financiación adecuada).

3. Planificación con un objetivo cercano e hitos revisables.

4. Incrementar de forma importante tanto la cooperación entre Universidades y Centros Tecnológicos con empresas, como entre empresas.

El siglo XXI es el siglo de la cooperación, para desarrollar la innovación hay que cooperar con actores fuera de los muros entre las empresas. No podemos dejar pasar esta década que acaba de comenzar. La conciencia ha llegado ya a amplias capas de la sociedad, aprovechémoslo, porque solo entre todos los agentes del sistema de innovación, con responsabilidad y valentía, lo podemos lograr

Tenemos además el viento a favor desde Europa. Comienza el Marco Europeo Plurianual de 2020-2027 con 1.074.300 millones de euros, donde esté incluido el Programa Marco de I+D Horizonte Europa, con 95.000 millones de euros para 27 países, ya que el Reino Unido salió de la Unión Europea que era el principal beneficiario con el 20%. A ello, hemos de sumar las oportunidades de Next Generation EU con 750.000 millones de euros para Europa. Y de ellos, 140.000 millones para España. Sería más que imperdonable, letal, dejar pasar este último tren., dos décadas más tarde.

No dos décadas, sino 35 años, son los que cumplimos este año en Zabala Innovation trabajando fuertemente en la gestión de la innovación, creyendo y practicando. Más de 350 profesionales (100 más que hace un año, en plena pandemia) que cada mañana buscamos la manera mejor de impulsar la innovación dentro y fuera de nuestras puertas, acompañando a empresas, universidades y centros, trabajando la colaboración público-privada con honestidad y compromiso. Se puede hacer, no nos cabe la menor duda. Pero ahora, hay que hacerlo.