Era una jornada pensada para que empresarios y directivos presentaran a Hacienda Foral sus reclamaciones. Y no defraudó. Representantes del sector empresarial, de consultoras como Deloitte y de Arpa se quejaron del a su juicio bajo atractivo fiscal que Navarra tiene en estos momentos y pidieron al Ejecutivo foral que mejore la situación tanto del Impuesto de Sociedades como de Patrimonio e incluso de Sucesiones.

Lo pudieron escuchar Elma Saiz, consejera de Economía y Hacienda, y Óscar Martínez de Bujanda, director gerente de Hacienda Foral de Navarra, quien señaló que el Gobierno tiene intención de estudiar mejoras en las condiciones fiscales de los emprendedores y de reforzar la capacidad navarra para atraer talento. "Pero hay que acompañar la competitividad con la capacidad de mantener los servicios que la gran mayoría de la sociedad reclama", advirtió.

Elma Saiz y Óscar Martínez de Bujanda participaron en una jornada organizada por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) que contaba con el apoyo de Caja Rural de Navarra. Y en la que Idoya Zabaleta, profesora de Economía de la UPNA, presentó el estudio sobre la competitividad de la fiscalidad de Navarra, que sitúa a la Comunidad Foral en el puesto 14 de 19 posibles. "En IRPF somos los que más pagamos en el tramo entre 45.000 y 110.000 euros", dijo Zabaleta, que destacó en cualquier caso la baja tributación relativa de Navarra, si se exceptúa a Madrid en el caso de los grandes patrimonios, y en los impuestos referidos a la propiedad.

Zabaleta recordó que, en todo caso, pagar menos impuestos no tiene por qué significar ser más competitivo y destacó que existen otras variables (educación, calidad institucional, infraestructuras, entorno innovador) que deben ser tenidas en cuenta. Y que, analizadas en su conjunto, sitúan a Navarra como la segunda comunidad más competitiva. "Lo ideal es que el sistema fiscal sea lo menos distorsionador en la toma de decisiones por parte de los agentes económicos, si bien los datos muestran que tenemos un atractivo limitado para atraer capital humano", dijo.

Por parte de Arpa, José Ignacio Pérez de Albéniz, antiguo director general de Hacienda en tiempos de UPN, aseguró que "en 2015 se inicia una senda clara de pérdida de competitividad", con un recorte paulatino de los incentivos y una subida de los tipos nominales. "Con el País Vasco ahora mismo salimos perdiendo porque allí se está usando el Impuesto de Sociedades como un instrumento de política económica". Albéniz defendió mantener los incentivos, "revisándolos si no funcionan, pero no matándolos" y rebajar los tipos nominales hasta situarlos en un entorno similar al de la CAV.

Pérez de Albéniz señaló asimismo la conveniencia de mejorar el conocido como "escudo fiscal" del Impuesto del Patrimonio, mientras que José Miguel Ancín, de Deloitte, insistía en el impacto que la decisión de otras comunidades de rebajar o eliminar el Impuesto de Sucesiones tiene en Navarra. "Hay clientes que vienen a planificar su sucesión y la realidad es que tienen que pasar más meses fuera de Navarra de lo que les gustaría".

Más tajante, como en el conjunto de su intervención, fue Txomin Sánchez, presidente de la Asociación de Empresarios de la Ribera: "El impuesto de Patrimonio es confiscatorio, hay que eliminarlo".

Aprovechar el momento. Tanto Pérez de Albéniz como Ancín recordaron que Navarra debe aprovechar el momento para rebajar algunos impurestos antes de que se homegeneicen a nivel nacional o incluso europeo.

Iñaki Ecay: ojo al IRPF. El director general de Construcciones Ecay insistía asimismo en las dificultades con las que se puede encontrar Navarra para retener talento. "Nos ha pasado con algún puesto técnico que tuvimos que mandar a Madrid en su momento y al regresar ahora a Navarra, unos años después, se ha dado cuenta de que aquí paga más impuestos que en Madrid".