Si algo ha dejado la pandemia en el mercado de trabajo -además de la exitosa experiencia de los ERTE, que ha salvado miles de puestos y ha evitado un desplome de la recaudación- es el fortalecimiento del sector público, obligado a reforzar plantillas en buena parte de sus áreas, con la sanidad y la educación a la cabeza.

En total, y según los datos de la Seguridad Social, 42.200 personas trabajaban en Navarra en las Administraciones Públicas, 4.800 más que en abril de 2019. En ese tiempo, la Seguridad Social ha incorporado a 11.265 nuevos cotizantes, por lo que el sector público es el responsable del 42% de los nuevos puestos de trabajo.

Prácticamente todo el empleo público (4.500 afiliados) lo ha creado directamente el Gobierno de Navarra, lo que ofrece una idea del tipo de servicios que se han potenciado en este tiempo. La Administración central pierde medio centenar de trabajadores -la Seguridad Social, por ejemplo, cuenta con graves problemas para atender las citas con agilidad- y las entidades locales han incorporado unos 350 nuevos trabajadores.

En realidad, la pandemia ha servido para corregir lo ocurrido durante la década anterior, cuando las políticas de austeridad dictadas a partir de 2010 congelaron el volumen de trabajadores del sector público. Con 42.200 ocupados de un total de 297.000, menos del 15% del empleo total deben su nómina a una administración administración pública.

La cifra está lejos de ser una rareza si se mira tanto al resto de comunidades como a los países más próximos. Francia, que conserva de uno de los sectores públicos más potentes de Europa Occidental, ocupa en su sector público al 21% de sus trabajadores totales, un porcentaje que ronda el 30% en el capitalismo nórdico y que cae hasta el 11% en Alemania, dueña de la industria más pujante del continente y donde el sector sanitario, conformado sobre todo a partir de mutuas, no computa en el total. Reino Unido, Estados Unidos o Italia presentan estructuras similares a la de Navarra y España.

VER MÁS: Mujer, inmigrante y con baja cualificación, el rostro del paro que no baja en Navarra

Más lejos de europa

Sin embargo, ni siquiera este impulso fenomenal desde el sector público ha logrado que Navarra logre aproximar su tasa de desempleo a la francesa y a la alemana, las dos economías mas pujantes de Europa.

Al contrario. Pese a contar con una sólida base industrial -casi una cuarta parte del empleo se ocupa en Navarra en las manufacturas- la curva del desempleo de la comunidad se parece cada vez más a la española, a la que comienza a acoplarse en lo que no puede ser entendido como una buena noticia.

Los efectos de la crisis de 2008-2013 fueron tan demoledores que si hasta entonces Navarra presentaba tasas de paro inferiores a las de la mayor parte de las regiones de europeas, la posterior recuperación no ha sido ni mucho menos suficiente para ello. Hoy, el desempleo navarro duplica el alemán -hace 15 años la situación era justamente la contraria- y rebasa en 2,5 puntos el francés.

De hecho, desde 2018, la tasa de paro, que había bajado siete puntos desde 2014, se ha estabilizado en el entorno del 10%. Con los actuales niveles de creación de empleo, debería volver a descender a partir de junio, pero lejos de las cifras de los mejores años.