- La pandemia disparó el gasto público a unos niveles que, sumados a los que ya se acumulaban, están causando preocupación en la Comisión Europea. Bruselas recomendó ayer a España que aplique una política fiscal “prudente” ante los “elevados” indicadores de déficit y deuda pública, que son “bastante superiores” a lo que ya marcaban antes de que arrancase la crisis sanitaria hace casi dos años y medio.

Es la segunda admonición de la Comisión a España en una semana, después de la rebaja de las previsiones de crecimiento que proyectó hace unos días. No obstante, la Comisión echó una mano ayer al Gobierno y al resto de Ejecutivos de la Eurozona, al proponer dejar un año más suspendidas las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que establecen un tope del 3% al déficit público y del 60% a la deuda.

Esta última es la que inquieta particularmente al gobierno europeo. El vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis, volvió a advertir a España de los altos niveles de deuda, tanto pública como privada y externa, que exceden los baremos “prudenciales”, pese a caer durante el año 2021 gracias a que la recuperación económica propició que muchos trabajadores saliesen del ERTE. Antes estos “desequilibrios”, que se añaden a la incertidumbre generada por la guerra de Ucrania y la inflación, el Ejecutivo comunitario propone “ajustar” el gasto a la evolución general de la economía y, de cara al año que viene, la implementación de una política fiscal “prudente” que asegure una reducción de la deuda “creíble” y “gradual”, así como una sostenibilidad fiscal a largo plazo.

En este sentido, Bruselas confía en los efectos de la reforma laboral para atajar la “segmentación” del mercado laboral entre temporales e indefinidos, además del elevado paro juvenil, dos aspectos en los que ya ha incidido con anterioridad. En este sentido, instó al Gobierno a que haga realidad el Plan de Recuperación y Resiliencia en los próximos años..

Por otra parte, la Comisión Europea alertó de los riesgos que plantean a la recuperación los préstamos dudosos, que comprometen el restablecimiento de sectores productivos con alto consumo energético y los que más han sufrido el embate de la crisis, como la industria turística.

Precisamente, en el ámbito energético, la Comisión recomienda a España que reduzca su dependencia de los combustibles fósiles y acelere el desarrollo y empleo de energías renovables, además de mejorar su interconexión energética y la infraestructura destinada al hidrógeno y la electrificación del transporte.

Por otra parte, y en una decisión esperada, la Comisión propuso también mantener congeladas durante 2023 las reglas europeas de control del déficit y la deuda públicos, un año más de lo previsto debido al impacto de la guerra en Ucrania sobre la economía de la Unión Europea.

PLa presión de países como Francia, Italia y España ha resultado fundamental para una idea que, Alemania y Países Bajos, férreos defensores de la ortodoxia fiscal en el bloque europeo, han aceptado a regañadientes, en especial Berlín.

El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, explicó que si bien la UE “está lejos de la normalidad económica”, Bruselas no propone “un retorno al gasto sin límite” y la medida ayudará a los países a “transitar del apoyo universal dado durante la pandemia a medidas más específicas” para mitigar el impacto del conflicto en Ucrania. l