La jubilación de 70.000 navarros en la próxima década agravará la escasez de trabajadores

Y no parece que haya relevo suficiente a la vista. Navarra cuenta hoy con 71.000 adolescentes y jóvenes de entre 15 y 25 años. Para cubrir a quienes se van a jubilar sería necesario evitar la marcha de trabajadores jóvenes, sino que todos trabajasen y se lograra una tasa de empleo del 100%, algo muy difícil de lograr, en parte por las carencias formativas de miles de personas. Hoy, la tasa de empleo de los jóvenes de entre 25 y 35 años se queda en el 75%. Incluso mejorándola en diez puntos y terminando así con el problema del desempleo juvenil, seguirían quedando unos 10.000 empleos sin cubrir.

Porque la demografía es implacable. Hace apenas diez años, en una situación económica muy complicada, Navarra contaba con unos 25.400 trabajadores jóvenes, de entre 25 y 29 años, que daban sus primeros pasos en el mercado laboral. Superaban a los 22.000 de entre 55 y 59 años que hoy ya se han jubilado o están a punto de hacerlo. Hoy hay unos 35.700 trabajadores de entre 55 y 59 años y solo 24.900 de entre 24 y 29 años.

“Si la población en edad laboral envejece significativamente (lo que va a verse de forma inminente cuando la generación del boom de la natalidad comience a jubilarse) y se pasa a una situación de escasez de mano de obra por ausencia de sustitución, el desequilibrio generado entre la oferta y demanda de mano de obra puede acabar provocando tensiones en las plantillas y derivar en conflictividad laboral”, escriben María Luisa Velasco Gisbert, Anabel Suso Araico y José Moisés Martín Carretero en su informe sobre los retos socio económicos que en el caso concreto de Navarra generan las actuales proyecciones demográficas.

Dicho de otro modo. No disponer de trabajadores suficientes –una emigración de personas que no reúnen la cualificación suficiente no sirve para paliar el problema– supone no solo empleos sin cubrir; impide que las empresas alcancen el 100% de su capacidad productiva y alimenta la inflación por una doble vía: más demanda que oferta de productos y más demanda que oferta de trabajadores.

El problema es, además, compartido con buena parte de los países del entorno. Las proyecciones de la Unión Europea muestran que la tasa de reemplazo de nuevos trabajadores por persona jubilada para 2050 sea de 2/1, cuando actualmente esta ratio es de 4/1.

El envejecimiento suele tener además consecuencias en el crecimiento económico de las sociedades. Y, aunque no existe consenso absoluto, suele acarrear un menor dinamismo en el consumo, en la tasa de ahorro y en la inversión. “Una ralentización tiene un importante impacto distributivo debido a las crecientes demandas de gasto en materia de cuidados o sanitarios”, advierten en el informe, que reclama no solo incentivos a la natalidad sino políticas que eviten las discriminación de los trabajadores mayores de 45 años a la hora de optar a un empleo.