Todavía es pronto para enterrar la crisis de los semiconductores, pero en Volkswagen Navarra ya se respira otro clima. La planta navarra ha trabajado prácticamente con normalidad absoluta en los dos últimos meses y ha comenzado diciembre de la misma manera. Entre octubre y noviembre, de hecho, de su taller de montaje salieron listos para viajar hasta los concesionarios 64.630 coches, la cifra más alta de la historia en estos dos meses. Y muy similar a la registrada en 2019

Desde Landaben no se quiere cantar victoria todavía. Y se recuerda “el gran trabajo” que se realiza todas las semanas desde los departamentos de logística encargados de garantizarse el suministro regular de piezas. Su inconsistencia desde el desconfinamiento ha provocado que se sucedieran los días de cierre, una circunstancia que podría repetirse todavía en la primera mitad de 2023, por lo que la dirección desea negociar un nuevo ERTE preventivo.

Cada vez más detalles apuntan, sin embargo, en sentido contrario. Volkswagen no solo ha encadenado ya dos meses con la cadena trabajando a todo ritmo. Desde el conjunto del sector se admite ya que la disponibilidad de semiconductores se ha incrementado de manera notable, debido en buena medida al enfriamiento económico de los últimos trimestres. Millones de ciudadanos en todo el mundo están retrasando decisiones de compra tecnológicas (móviles, portátiles, tabletas…), por lo que el flujo de chips llega a ahora a la industria de componentes del automóvil con mayor caudal. 

Menos coches almacenados

Volkswagen Navarra lo percibe. Y esto ha permitido no solo producir con continuidad los cinco días de la semana durante todo el otoño, sino completar los coches que aguardaban en las campas de almacenamiento. El número de vehículos incompletos se ha reducido de cerca de 16.000 a unos 9.000 en las últimas semanas y se confía en seguir dando salida a un stock que se traduce en retrasos para los clientes en los concesionarios. 

“Están llegando más coches a los concesionarios”, ratifica Carlos Sagüés, presidente de la patronal navarra de vendedores y talleres de reparación de vehículos, al explicar el repunte en la venta de coches nuevos, que se refleja ya en las estadísticas de matriculaciones, que muestran asimismo la ventaja que para las marcas asiáticas ha supuesto en los dos últimos años un mejor accesos a los componentes electrónicos cada vez más presentes en los vehículos. 

Con el horizonte un poco más despejado, Volkswagen Navarra encara así la recta final del año con mayor optimismo. Y enfilará 2023 con la previsión de producir algo más de 295.000 coches, una cifra modesta si se atiende a las expectativas que se han ido generando en los últimos años, pero que permite mantener los niveles de empleo y actividad. La esperanza, como casi siempre, es que la realidad desborde las previsiones y el mercado.

Los fabricantes, en todo caso, mantienen la prudencia y creen que en 2023, especialmente en la primera mitad, persistirán las dificultades. Y el propio CEO de Toyota advertía ayer de que el mercado europeo, clave para Landaben, tardará en regresar a los 20 millones de coches vendidos. Hoy se halla un 25% por debajo.