La factura energética de Navarra se disparó un 41% en 2022 debido a los altos precios del gas y de la electricidad, a pesar de que los sectores económicos, doméstico y Administración consumieron menos energía. Al final la Comunidad Foral desembolsó 3.705 millones de euros, un año marcado por la invasión de Rusia en Ucrania que desestabilizó el mercado del gas natural, y con unos valores de la luz desorbitados. 

Esa situación geopolítica perjudicó de lleno a todos los usuarios de energía, como el transporte, la industria, agricultura, viviendas, comercios y servicios, y Administración en la Comunidad Foral, ya que a pesar de que usaron menos energía, tuvieron que abonar más dinero. En definitiva, a pesar de ser más eficientes, se encareció el recibo. Ante esta situación en el país, el Gobierno de España y Portugal impulsaron la excepción ibérica, un mecanismo temporal de intervención en el mercado eléctrico con el fin de rebajar el precio del mercado mayorista al limitar el valor del gas para producir electricidad, y así abaratar la factura de la luz en hogares y empresas. Entró en vigor en junio de 2022 y se va a extender hasta este 31 de diciembre.

“La eficiencia energética y el autoconsumo son claves para la transición ecológica”

Mikel Irujo - Consejero de Industria

El Balance Energético de Navarra 2022 desvela que la energía final consumida en Navarra por agricultura, industria, transporte, Administración y servicios públicos y el sector doméstico, comercio y servicios alcanzó 1.873.860 TEP (toneladas equivalentes a petróleo). Esta cifra supone un 8,3% menos que un ejercicio antes, debido a un menor uso del gas natural. El transporte acaparó el mayor porcentaje de consumo de energía final, el 37,83% del total, con 708.852 TEP. Le siguió la industria (el 36,25%, con 679.231 TEP), el sector doméstico, comercio y servicios (17,94%, con 336.102 TEP), la agricultura (6,03%, con 112.954 TEP) y, por último, la Administración y los servicios públicos (1,96%, con 36.721 TEP). Todo ellos consumieron menos energía, excepto el sector doméstico, comercio y servicios que registró un leve crecimiento.

“La Administración foral consumió un 30,36% menos de energía el año pasado”

Uxue Itoiz - Directora general de Energía

El consejero de Industria, y de Transición Ecológica y Digital Empresarial, Mikel Irujo; la directora general de Energía, I+D+i Empresarial y Emprendimiento, Uxue Itoiz; y la directora del Servicio de Transición Energética del Gobierno de Navarra, Esperanza Aristu, analizaron este viernes el informe.

El estudio, elaborado por el Servicio de Transición Energética, refleja el uso y consumo de las diferentes fuentes de energía de la Comunidad Foral. “Nos encontramos inmersos en la gran transición ecológica, basada en cuatro ejes: la eficiencia energética, el autoconsumo, la generación de energías renovables y la descarbonización”, manifestó Irujo.

La eficiencia

En la senda de esa mejora, el consejero insistió en que “Navarra ha conseguido mejorar su eficiencia energética un 16,30% en los últimos diez años”. Para medir esa eficiencia, se tiene en cuenta un indicativo conocido como intensidad energética final, que muestra la energía final necesaria para producir una unidad económica. Para medirlo, se relaciona el consumo final de energía con el PIB. Según los datos de este balance, la intensidad energética final de Navarra fue de 85,9 TEP/euro. en 2022, mientras que en 2012 fue de 102,6 TEP/euro. Esto supone una mejora en eficiencia energética del 16,3%.

“Ha habido un aumento de 67 MW en potencia instalada, sobre todo, por el autoconsumo”

Esperanza Aristu - Directora de Transición Energética

Esta mejora se debe a que todos los sectores están afrontando procesos de descarbonización, motivo por el que aumenta el porcentaje que representa la electricidad en el mix energético final, que ha pasado del 19% en 2021 al 21% en 2022. Pero, el gas y el petróleo siguen englobando el 68% del mix energético, con la consiguiente dependencia del exterior y de sus vaivenes. 

En relación al autoconsumo, Irujo recordó que Navarra suma 161 MW instalados –tanto individual como colectivo–. “Navarra lidera la demanda de autoconsumo compartido”, remarcó Uxue Itoiz. En esa línea, el departamento de Industria ha firmado un acuerdo pionero con las distribuidoras de energía que operan en nuestro territorio para fomentar el autoconsumo. “En relación al parque de generación eléctrica, el año pasado hubo un incremento de 67 MW en potencia instalada con respecto a 2021, fundamentalmente por el autoconsumo”, detalló Esperanza Aristu.

Puesta en marcha en dos años

También resulta clave en esa transición, los proyectos renovables. Irujo recordó que este año el Gobierno foral ha aprobado 33 nuevos parques –17 eólicos y 16 solares–, con una potencia de 1.314,84 MW. “Una vez que se pongan en marcha en el plazo de dos años repercutirán de manera positiva en el balance energético anual”, destacó.

Esperanza Aristu añadió que “Navarra es autosuficiente en consumo de energía eléctrica final mediante fuentes renovables, porque este territorio es capaz de generar la electricidad que demanda desde fuentes renovables a través de parques y autoconsumo”.

Por su parte, Itoiz señaló que el consumo total de energía final en la Administración fue de 1.315 TEP, un 30,36% menos que en 2021. En cuanto a inversiones, el año pasado se destinaron 982.696,24 euros a fomentar el autoconsumo, la instalación de puntos de recarga y a realizar medidas de eficiencia energética en la Administración. Esta cifra ascendió hasta los 1.464.453,74 euros en 2023 y está previsto invertir durante 2024, 2.750.000 euros. 

La energía primaria

El Balance Energético también analiza el consumo de energía primaria, es decir, aquella que aglutina tanto la energía final como las fuentes que se utilizan para producir esa energía. Navarra ha necesitado 2.654.943 TEP de energía primaria en 2022, un 3,31% menos. El 45% de esta energía fue gas natural –cuya demanda incrementó–, usado por los particulares y las empresas para generar calor como para transformarse en electricidad a través de centrales de cogeneración y térmicas. 

El petróleo y derivados fue la segunda fuente de energía primaria más utilizada (31%), seguido de la electricidad generada por energías renovables (13%), la biomasa (6%) y el carbón y los coques (3%).

Electricidad a Francia

Irujo señaló que la electricidad generada por fuentes renovables en Navarra –480.844 TEP– supuso el 45,9% del total de electricidad generada en 2022, frente al 50,22% de un año antes. Irujo explicó que esto se produjo por el incremento del funcionamiento de las centrales térmicas de ciclo combinado en Castejón. De esta forma, la alta tasa de indisponibilidad del parque nuclear en Francia, el aumento del precio del gas enEuropa y la excepción ibérica, con precios más bajos en la Península, posibilitaron que se exportaran prácticamente 356.837 TEP al país galo. “A Navarra llegó energía primaria, principalmente, gas natural –1.205.261,87 TEP– y petróleo y derivados –822.303,19 TEP– en 2022. Parte de esa energía primaria sufrió un proceso de transformación en una fase intermedia en centrales térmicas y de cogeneración. En ellas, el gas natural produjo electricidad; y el año pasado casi el 100% de esta se transportó a Francia, esos 356.837 TEP”, dijo Aristu.