La Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra (UAGN) rechaza las nuevas normas para favorecer la nutrición sostenible de los suelos agrarios aprobadas por el Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

En palabras de su vicepresidente, Gonzalo Palacios, supone "una vuelta de tuerca en la presión" que sufre el sector, especialmente el ganadero.

Y es que, según denuncia en un comunicado, "supone más burocracia cuando se prometió que se iban a rebajar los requisitos; y una traba más, unida al precio de los abonos, las limitaciones que imponen".

Esta nueva normativa forma parte de las 43 medidas aprobadas por el Ministerio de Agricultura en apoyo al sector agrario, apunta Palacios, quien recuerda que en su día ya dijeron que estaban en contra.

Entre otras medidas consideran que "las flexibilizaciones en las obligaciones relacionadas con el uso de estiércoles, abonos y otros materiales orgánicos son insuficientes".

En la normativa también se destaca la ampliación de 5 a 10 días del plazo en el que se permite el apilamiento de estiércol, que pueden llegar a 20 días en caso de que el material esté compostado o digerido. También se amplía el plazo para el enterrado de estiércoles y otros materiales orgánicos, que pasa a 24 horas.

Para la UAGN esos plazos "son insuficientes y más teniendo en cuenta la idiosincrasia de la agricultura y la ganadería de Navarra".

En la norma, añade, también se incluyen ciertos incentivos para el uso del cuaderno digital y se detalla aquella información del plan de abonado que debe incluirse en el cuaderno de explotación, uno de cuyos puntos clave es la determinación de la dosis.

Además de incorporar una redacción más clara de las disposiciones relativas a la reducción de la emisión de amoniaco, se tienen en cuenta otras tecnologías que permiten reducir el riesgo de lixiviación (extracción de una sustancia de un material sólido).

Se añaden nuevos residuos a la lista de aquellos que son admitidos y se modifican sus requisitos, en consonancia con el mercado y los criterios de seguridad y eficacia agronómica.

Todo ello, a su juicio, evidencia que "se prioriza una vez más la disminución del impacto ambiental a la viabilidad y rentabilidad de las empresas agrarias".

"Los profesionales del campo somos los más interesados en aumentar la productividad de los suelos agrarios, pero a través de normativas que prioricen al sector y a sus profesionales", concluye Palacios.