Los salarios regulados por convenio comienzan a ganar poder adquisitivo en Navarra de forma sostenida. La suavización de la curva de precios, que cerraron septiembre en el entorno del 1,5% en toda España, y la consolidación de incrementos anuales por encima del 3% está dando un respiro a la maltrecha capacidad de compra de los hogares navarros, que en el plazo de 15 años han encadenado una fortísima crisis, un periodo de devaluación salarial, una pandemia y el golpe inflacionario más acusado desde los años 70.

Los datos del tercer trimestre del año, recogidos por el Ministerio de Trabajo, muestran que la subida salarial media pactada en los 100 convenios colectivos con efectos económicos hasta septiembre es del 3,54%, medio punto más que la media nacional. El número de trabajadores afectados por los convenios colectivos es de 93.639 y desarrollan su actividad en 9.851 empresas.

Esta subida replica la que se registraba en el trimestre anterior y queda ligeramente por debajo de las anotada en 2023 (4,28%), cuando los sueldos crecieron siete décimas más que los precios y comenzaron a compensar la debacle de 2022. Durante ese ejercicio, marcado por el final de la pandemia, la subida de precios superó el 8% y dobló el incremento salarial medio. En solo doce meses, los sueldos se dejaron cuatro puntos de poder de compra, la mayor merma de las últimas cuatro décadas. 

Esta subida de los sueldos no es, por supuesto, homogénea, y afecta solo a una parte de los salarios que se pagan en Navarra. Pero refleja una tendencia alentadora, toda vez que, en la comparativa de los últimos doce meses, los sueldos suben por término medio un 2,6%, dejando un espacio de casi un punto a la mejoría del poder de compra de los salarios. 

La mitad, por debajo de los 26.000 euros

Una golondrina no hace verano, del mismo modo que un buen año no compensa los efectos de la devaluación salarial aplicada durante la pasada década como respuesta a la crisis. Una receta que se tradujo en un estancamiento de los salarios reales de Navarra y del conjunto de España. En las dos últimas décadas, el sueldo medio de Navarra se ha incrementado cerca de un 39%, mientras que en el mismo tiempo, la inflación acumula una subida del 57%.

Esto no significa forzosamente que quienes llevan trabajando durante los últimos 20 años hayan visto cómo sus sueldos perdían tanta capacidad. Lo que ha sucedido fundamentalmente es que buena parte de las nuevas incorporaciones al mercado laboral se han producido en condiciones peores por distintos motivos: por la aplicación de dobles escalas; por la rebaja de las condiciones de entrada, por la elevada tasa de paro, que permitía fijar condiciones peores; y por el tipo de empleo que se ha generado, con un fuerte peso de la hostelería.

Todo ello se deja sentir en la existencia de un pelotón de salarios bajos. De hecho, la mitad de la población asalariada de Navarra, y un porcentaje algo superior en el sector privado, cobra menos de 26.000 euros anuales. En números reales, y actualizados a 2024, unas 140.000 personas que percibirían apenas 1.600 euros mensuales. En 14 pagas, eso sí.

Los datos pertenecen a la Encuesta de Estructural Salarial del INE. Este indicador, que agrupa datos correspondientes a 2022, muestra que, para estar en el 20% que más cobra de la Comunidad Foral hay que superar los 37.000 euros brutos al año. Dicho de otro modo, el 80% no alcanza los 2.000 euros netos al mes en 14 pagas, dos de ellas extraordinarias.  

Efecto arrastre

Esta evolución de los salarios es acorde con los datos macroeconómicos que se van conociendo hasta el momento. El PIB español podría cerrar 2024 con un alza de hasta el 3,1%, mientras que el navarro, algo más débil, podría avanzar en torno a un 2,7%. Son cifras, en todo caso, notables, que ayudan a que descienda la tasa de paro, que se situó en 7,5% en Navarra al concluir el segundo trimestre de 2024. Un escenario de bajas tasas de paro, incluso con dificultades para encontrar mano de obra en muchos casos, siempre ayuda a que los salarios repunten. 

Junto a ello, otros factores empujan los sueldos al alza. En primer lugar, la buena marcha de los beneficios empresariales; junto a ello, el impulso dado a los sueldos más bajos con la subida del SMI está provocando un efecto arrastre en otros estratos salariales. Y finalmente, los acuerdos de negociación colectiva, que han establecido en general incrementos superiores al IPC.