Volkswagen amenaza con 1.500 despidos en España si la UE no rebaja los aranceles a China
El presidente de Seat, firma en la que consolida sus resultados Volkswagen Navarra, dice que la actual tarifa no les deja vender el Cupra Tavascan, diseñado en Barcelona y fabricado en el país asiático, en el Viejo Continente
El grupo Volkswagen ha lanzado una advertencia muy seria a la Unión Europea. No le gustan los aranceles a China y amenaza con despedir a 1500 personas en España si no se rebajan los aranceles aplicados a los coches eléctricos que se fabrican en el gigante asiático. Volkswagen cuenta con dos centros de producción en España: Seat Martorell y Volkswagen Navarra, con cerca de 15.000 empleos directos. Y el riesgo de un severo recorte de empleo hace tiempo que pende sobre la planta barcelonesa.
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Lo ha hecho a través de Seat, cuyo presidente, Wayne Griffiths, ha señalado en una entrevista concedida a Reuters que la marca española se enfrenta a una situación crítica si no consigue vender en el mercado europeo el Cupra Tavascan, la gran apuesta eléctrica de la nueva marca española. Se trata de un SUV de segmento alto, de aire deportivo, y que fue desarrollado en Martorell (Barcelona). Pensado para ser vendido en el mercado europeo a partir de este año,. Volkswagen, en lugar de invertir en Barcelona para adaptar la planta, decidió que se fabricara en China.
Para garantizar un empleo en el alambre (Seat no ha desarrollado una estrategia eléctrica propia) Martorell se quedó con la producción del ID2 de Volkswagen, el equivalente al Polo eléctrico. A cambio, ha situado en Landaben la producción del suv pequeño de Skoda, el Epiq, que tendrá un precio de salida de 25.000 euros. Su fabricación, junto a la del VW ID2X, un SUV pequeño, un está prevista para mediados de 2026. El grupo asegura que está invirtiendo unos 1.000 millones de euros en Navarra para ello.
La realidad de un mundo nuevo
Esta decisión de Volkswagen se ha dado sin embargo de bruces con la realidad de la geopolítica, aún más relevante tras la llegada de Donald Trump al poder. Europa ve amenazado su estatus como potencia económica. Y tras externalizar en Asia desde los años 90 buena parte de la mano de obra manufacturera, comienza a reaccionar al entender que los sectores industriales de mayor valor, como la automoción y las renovables, corren el riesgo de quedar arrasados por la competencia china y, en menor medida, japonesa y coreana.
Ante todo todo ello, y después de que la administración de Joe Biden decidiera, por el mismo motivo, aplicar unos aranceles del 100% a los coches eléctricos chinos, la UE decidió aplicar un recargo del 20,7% sobre el arancel del 10% ya existente, a la producción china. Así, el Cupra Tavascan, ensamblado en la planta de Anhui (China) ha visto mermada su competitividad en un mercado al que comienzan a llegar marcas de todo tipo. Según Griffiths, este sobrecoste provoca que la compañía no alcance sus objetivos financieros y supondrá pérdidas de cientos de millones de euros en 2025. “Si Cupra está en riesgo, entonces Seat está en la misma situación”, aseguró el ejecutivo, quien adelantó que podría retirar el SUV eléctrico de su oferta.
Con un precio de salida de 52.000 euros, Seat entiende que los aranceles no le van a dejar competir con modelos de otras marcas, en este momento más adelantadas en su transición eléctrica. Y que su apuesta por adquirir rentabilidad se ve arruinada en un momento clave. Pese a los elevados dividendos repartidos entre sus accionistas en los últimos años, las acciones de VW han perdido un 62% de su valor desde los máximos de la primavera de 2021.
Solución rápida o despidos sobre la mesa
“No tenemos mucho tiempo. Necesitamos una solución en del primer trimestre”, señaló Griffiths en declaraciones a Reuters. Según fuentes de la compañía, el presidente Pedro Sánchez, ha trasladado la preocupación de Seat a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para intentar frenar el impacto en el empleo y en la industria automovilística española. Al mismo tiempo, afirman que la compañía mantiene reuniones periódicas con la Comisión Europea para tratar de desbloquear la situación.
Sobre posibles soluciones, Griffiths ha evitado precisar precisado qué nivel de arancel podría asumir Seat sin comprometer la rentabilidad del modelo fabricado en China por Cupra, pero ha señalado que debería estar “lo más cerca posible” del 10% original. Esto supone, en la práctica, revertir una decisión política que nació después de una fuerte disputa entre Francia, partidaria de defender su industria, y Alemania, presionada por los intereses de sus grandes empresas, que escogieron China como su espacio natural de crecimiento.
Según el presidente de Seat, la posible pausa en las ventas del Cupra Tavascan tendría consecuencias no solo para la plantilla de Seat, sino también para su estrategia de descarbonización de la empresa: sin este modelo eléctrico, la empresa tendrá más dificultades para cumplir con los objetivos de emisiones de la UE
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