Las donaciones familiares para comprar vivienda crecen tras la pandemia
La subida de los precios y las últimas modificaciones fiscales hacen prever que esta figura siga en aumento
La subida de los precios de la vivienda es una constante desde hace cinco años. Una situación que está perjudicando de forma grave las perspectivas de acceso de las capas más jóvenes de la sociedad a la vivienda. No obstante, en una estructura social en la que la familia aún sigue conservando una relevancia nuclear -como quedó reflejado también en la Gran Recesión de la década pasada-, los padres están incrementando su ayuda a los hijos para hacer frente a la adquisición de vivienda, probablemente la compra más importante que un individuo deba afrontar para avanzar en su propia emancipación personal.
Esta semana, el Consejo General del Notariado de España ha hecho públicas diversas estadísticas relativas a actos notariales vinculados a familias. Entre ellos sobresale el aumento de las donaciones de capital de padres a hijos, fundamentadas sobre todo en el deseo de ayudarles a la compra de vivienda. En la CAV, por ejemplo, en 2024 se realizaron ante notario 3.457 donaciones, lo que supone un 16,5% más que el año pasado. Por su parte, en Navarra se firmaron 1.529, lo que representa un incremento del 8,1% respecto al año precedente.
“En los últimos años se ha producido un fuerte aumento de los precios de la vivienda, y muchos jóvenes tienen problemas para acceder a ella. Muchos padres optan por ayudarles con donaciones, sumando así ese capital al del crédito hipotecario”, explica Igone Aretxaga, secretaria directiva del Colegio Notarial del País Vasco y con despacho propio en Balmaseda. En el último lustro, tras el fin de la pandemia, la vivienda, tanto de obra nueva como de segunda mano, ha disparado su precio. En Euskadi, la vivienda se encareció un 8,5% en 2024, la mayor subida desde 2007 y muy por encima de la que hubo en 2023 (3,5%). La situación es parecida en Nafarroa, con un incremento del 8,4% en 2024, más del doble de lo que aumentó en 2023 y su mayor repunte desde 2007, la época en la que la burbuja inmobiliaria llevó los precios a niveles que no se han vuelto a repetir.
En esta tesitura, y mientras buena parte de las pensiones se mantienen estables y conservan su poder adquisitivos, los salarios no están pudiendo ir a la par. De hecho, el 44% de los jóvenes vascos que viven que sus padres no cree probable emanciparse en el plazo de un año, aunque lo desearía. Se trata de un porcentaje que se mantiene estable desde hace años, según los resultados del informe ‘Aurrera Begira’ del Gobierno vasco relativo a 2024.
Las estadísticas de los notarios recogen que, antes de la pandemia, el volumen anual de donaciones en Euskadi estaba en torno a los 2.900. Pero desde el año 2021 se presenta un incremento sostenido. Así, ese mismo año se produjeron 3.250, para ir subiendo después: 3.336, 3.334 y 3.453 en los años siguientes. La situación es similar en Navarra: en 2020 hubo 1.300, con cifras al alza después: 1.676 en 2021, 1.463 en 2022, 1.405 en 2023 y 1.529 en 2024. A nivel del Estado, Por otra parte, las donaciones autorizadas ante notario alcanzaron los 199.448 actos, lo que supone un incremento del 15% respecto al año anterior y la cuota más alta desde 2007.
Lo cierto es que se prevé que estas cifras sigan subiendo en los próximos años. Por una parte, porque aumenta la brecha de ingresos de las franjas de más de 65 años sobre las de 25 a 44 años. Y, por otra parte, las comunidades están ajustando la tributación en esta materia con objeto de rebajar la presión fiscal, conscientes de que facilitar el acceso a la vivienda está pasando de ser una tarea importante a urgente.
Por ejemplo, el acuerdo para la revisión fiscal en las tres diputaciones forales establece que, a partir de este año, las donaciones a descendientes menores de 36 años que vayan destinadas a comprar vivienda y sean inferiores a 30.000 euros quedan exentas de la tributación que hasta ahora tenían, que era del 1,5%. Es importante subrayar que esta exención solo es válida cuando se realiza una donación de dinero, no cuando se ejecuta bajo la figura de préstamos entre particulares. Esta modalidad también es frecuente en operaciones entre padres e hijos para facilitar la adquisición. En este último caso el beneficiario tiene que devolver el dinero en un plazo determinado, aunque sin intereses.
Las donaciones familiares, recuerda la notaria Igone Aretxaga, incluyen los supuestos de las transferencias a descendientes, pero también a ascendientes y cónyuges. En los despachos, indica, “nos encontramos con importes variados”, ya que en algunos casos pueden comprender 30.000 euros, pero en algunas situaciones incluso los 100.000. Esta notaria sí percibe que, a la hora de la concesión de créditos hipotecarios, la estabilidad laboral es el requisito más apreciado por las entidades prestatarias, de forma que, por ejemplo, trabajadores de las administraciones públicas o profesionales de más de 35 años son los perfiles que cuentan con más posibilidades de recibir la aprobación de la solicitud.
“En 2024, las familias españolas han confiado en la donación ante notario como mecanismo de planificación patrimonial y, en muchos casos, apoyo a las nuevas generaciones para la compra de una vivienda o para emprender un proyecto empresarial”, señala en un comunicado María Teresa Barea, portavoz del Consejo General del Notariado. Por otra parte, a nivel estatal, el informe resalta el paulatino auge de la figura del patrimonio protegido, que es una figura legal que permite crear un conjunto de bienes destinados a cubrir las necesidades vitales, presentes y futuras de una persona con discapacidad.
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