Carlos Zalduendo (CCOO VW Navarra): "Queremos que la fábrica crezca en empleo con los coches eléctricos"
El sindicalista navarro ha sido reelegido al frente de CCOO en la principal factoría de Navarra. Su objetivo en los próximos meses: anticiparse para que los problemas de otros lanzamientos no se repìtan en 2026 y no afectan a la plantilla
Volkswagen Navarra encara el final de una época y el inicio de otra. Y atisba un 2026 en el que lanzará dos modelos eléctricos llamados a convivir con los coches de combustión y que, de confirmarse las previsiones de ventas que maneja el grupo alemán, deberían suponer una consolidación e incluso un cierto crecimiento en el empleo. Esa es la esperanza de Carlos Zalduendo, que no oculta las incertidumbres del proceso y que este fin de semana ha sido reelegido al frente de la sección sindical de CCOO, segunda fuerza (1.250 afiliados) en la principal factoría de Navarra. “La fábrica es mi sitio”, dice.
En estos cuatro años, ¿qué cree que ha aportado a la sección?
–Es complicado porque entras en la vorágine del día a día y cuesta ejecutar los planes que te marcas. Pero creo que hemos conseguido mejorar la cercanía con los trabajadores. Con toda la plantilla. Al final la afiliación tiene una representación trasladada en los votos, pero el trabajo sindical es para toda la plantilla. También hemos trabajado en rejuvenecer la sección sindical. Cuesta que la gente joven se implique, pero hemos ido encontrando este perfil; además, de una manera que me agrada, gente joven y también mujeres.
¿Qué líneas de acción se marca para estos cuatro años?
– El objetivo de aquí a los próximos cuatro años es que el trabajo de base dé sus frutos: que en junio del próximo año nos olvidemos de los ERTE, lancemos los dos modelos eléctricos y que los volúmenes productivos sigan siendo altos para recuperar producciones que no solo estabilizan la plantilla de la fábrica y de las proveedoras, sino que permitan volúmenes superiores para que el empleo crezca. Y vamos a seguir trabajando para evitar que los problemas lleguen a los trabajadores, anticiparnos para no tener que ser reactivos.
No está en su mano conseguirlo...
–Por supuesto depende de que las condiciones sean propicias y de que el mercado responda. Pero nuestro proyecto industrial está pensado y trabajado para afrontar las oscilaciones del mercado. Además, el proyecto industrial es dinámico; en 2027 tenemos otra negociación de convenio y el proyecto tiene que seguir adelante. El grupo ha sido de los últimos en dar el paso hacia la hibridación y esto se tiene que ejecutar. Está lanzado un proyecto donde la hibridación es soporte —batería pequeña, modelos no enchufables—; hay que dar el paso a que los modelos también sean enchufables. Para nosotros ese es un punto a mejorar en el proyecto industrial, básicamente como planta.
El consejero delegado del grupo decía destaca hace unos días la competitividad y productividad de VW Navarra. Junto a Portugal, decía que esta era la única capaz de competir con China y Europa del Este. ¿Cómo se lo toma?
–La realidad es que somos una fábrica muy productiva porque se trabaja mucho. Intentamos que ese lean, esa mejora en productividad, vaya bien aparejada de condiciones laborales ejecutables. Tenemos una plantilla comprometida con altos niveles de calidad; es casi una cultura de la fábrica. Además, a nivel de indirectos tenemos muy pocos en proporción a otras plantas, como Barcelona, y eso nos hace más competitivos. Trabajamos con una única línea de producción, por lo que se aprovecha más los recursos desde la logística hasta los procesos de fabricación.
Los años de lanzamiento son complejos para los trabajadores y en 2026 hay dos: el Epiq en junio y el ID Cross en septiembre. ¿Cómo lo están trabajando?
–Estamos negociando ahora el calendario del 2026 y el ERTE para ese periodo; es un arte que tiene que ir hasta el 3 de julio, hasta San Fermín, y estamos muy condicionados por las condiciones técnicas de la propia fábrica. Nuestro objetivo para que el lanzamiento sea bueno es aprovechar los periodos de reducción de producción para que la formación sea correcta y los trabajadores estén cualificados en sus puestos de trabajo. No queremos un proceso traumático como en otros lanzamientos donde no se conocían bien los procesos y no había formación suficiente. Tenemos la oportunidad de utilizar esos periodos para formar al personal lo mejor posible. También trabajamos en las cargas de trabajo: adelantarlas para visualizar cómo quedan antes de implementarlas, corregir deficiencias y minimizar problemas. Al final, eso asegura el bienestar de la plantilla: que la gente vaya a trabajar tranquila, sin agobios. En 2017, con el lanzamiento del Polo A07, hubo problemas por un ajuste excesivo en las cargas de trabajo y hubo que poner casi 100 trabajadores por encima de lo estipulado.
Prevén algo de creación de empleo con los eléctricos. ¿Cuánto?
Al producir combustión y eléctrico en la misma línea no todas las cargas son compatibles para homogeneizar procesos. Podría ser en torno a 180 personas, sobre todo en chapistería y algunas áreas de montaje.
¿Qué previsiones de producción tienen encima de la mesa?
–Para 2026 calculamos unas 240.000 unidades, que no está mal teniendo en cuenta lo que se vislumbraba antes. A partir de ahí las previsiones de la multinacional son muy elevadas, y nosotros siempre nos hemos fijado como objetivo esos 350.000 coches, pero con el tema de los eléctricos siempre tenemos dudas, porque las previsiones de ventas no se han ido cumpliendo. Aun así, creo que estos van a ser los primeros modelos eléctricos que se lanzan con una personalidad diferente, con un nombre propio, más característico de cada marca, y con la expectativa de alcanzar mayores volúmenes de ventas.
¿Cómo valora que el Polo eléctrico se vaya a fabricar en Barcelona y aquí se quede el Skoda?
– Cuando negociamos este convenio intentamos asegurarnos la producción de los dos modelos eléctricos, y obtuvimos un mejor resultado con el modelo de la propia marca, el Volkswagen ID.Cross.
¿En qué sentido?
–En una mayor garantía de continuidad, básicamente. Perseguíamos eso porque veíamos que Seat atraviesa una situación compleja. Desde aquí siempre hemos visualizado ciertos riesgos con Barcelona y los vamos a tener de manera continua. Si Seat no logra otra asignación de modelos, va a tener dificultades para mantener el empleo actual.
¿Qué prevén para el próximo convenio?
El próximo convenio vendrá marcado por los volúmenes que la dirección quiera fabricar, pero sí nos gustaría hacer que la fábrica crezca y que de esos 310.000 coches que podemos fabricar con una plantilla estructural lleguemos a unos 350.000. Eso es lo que definirá las condiciones de producción, pero estamos visualizando volúmenes de producción muy, muy elevados.
¿Por qué?
Porque se espera que ambos eléctricos se vendan mucho, pero tengo mis reservas: Para sostener el mercado, los coches tienen que ser competitivos económicamente, se hablaba de 25.000 euros, y yo ya empiezo a visualizar que el Volkswagen será algo más caro que el Skoda. El futuro lo va a marcar eso: Otro factor clave es el desarrollo del software, que esté al nivel de los coches: que no haya limitaciones, fallos, o servicios que no funcionen al 100%. Tenemos cierto temor a que el software no llegue maduro al lanzamiento y condicione el arranque.
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