El departamento de Industria ha programado ayudas al vehículo eléctrico y a infraestructuras de recarga con fondos propios por un importe de 4,7 millones de euros para 2026; y además ha ampliado una partida para el achatarramiento de vehículos de empresa de los 500.000 euros en 2025 al millón el próximo ejercicio.
A esto se añaden desgravaciones fiscales para la compra de camiones eléctricos en el transporte pesado para incentivar la renovación de la flota en beneficio de la eficiencia energética, porque es un sector que únicamente consume combustible fósil -proveniente del petróleo-.
14 millones, un 29% más
Estas ayudas forman parte de un montante de 14 millones de euros confeccionado por la consejería de Irujo para fomentar la descarbonización y la eficiencia energética mediante la electrificación. Este presupuesto crece un 29% en 2026 respecto a este año, principalmente por el incremento de las subvenciones a la compra de vehículos eléctricos.
La directora general de Energía, I+D+i empresarial y Emprendimiento, Garbiñe Basterra, ha ofrecido estos datos durante la rueda de prensa celebrada este lunes en el Palacio de Navarra, con motivo de la presentación del informe sobre Balance Energético de Navarra 2024.
Basterra ha comparecido con el consejero de Industria y de Transición Ecológica y Digital empresarial, Mikel Irujo; y la directora del Servicio de Transición Energética, Esperanza Aristu. "Navarra se posiciona como referente en transición energética, consolida la tendencia de la energía eólica y el crecimiento sostenido de la solar fotovoltaica como pilares del sistema eléctrico regional. Sin embargo, tenemos ante nosotros retos claros como comunidad: la electrificación del consumo: la movilidad eléctrica o la descarbonización industrial. Para ello resulta clave el fortalecimiento de la infraestructura eléctrica, elemento imprescindible que conecta producción y consumo”, ha especificado Irujo.
Las conclusiones
Tras la exposición del informe, Esperanza Aristu ha subrayado que las principales conclusiones del ejercicio pasado se resumen en dos: las renovables impulsan la transición, ya que la generación eléctrica pasa del 54,8% al 68% por el incremento de la eólica y de la fotovoltaica, con una cuota en el consumo final del 28,3%; y que la generación eléctrica renovable cubre el 99,3% del consumo final eléctrico. El Servicio de Transición Energética elabora un informe cada año para analizar la distribución del consumo y la producción de las diferentes fuentes de energía de la Comunidad Foral; y para conocer cómo se produce, transforma y utiliza la energía. "Con ello, el Gobierno foral planifica, de manera más certera, políticas públicas, inversiones o desarrollos tecnológicos", ha especificado Irujo.
El autoconsumo fotovoltaico se extiende
Al incremento de la generación eléctrica renovable se añade la expansión del autoconsumo fotovoltaico, que ha alcanzado 218 MWp de potencia instalada y más de 175 GWh de producción acumulada, consolidándose la generación distribuida como pieza clave en la transición energética. En 2021, solo había 11 MW de potencia instalada para autoconsumo.
Además, la relación entre electricidad renovable generada y consumo eléctrico interno ha alcanzado un 99%, lo que significa que prácticamente todo el consumo eléctrico de Navarra se cubre con fuentes limpias. Con ello, nuestro territorio supera ampliamente los objetivos europeos para 2030 y el Plan Energético de Navarra (PEN) 2030.
Desciende la demanda de energía primaria
El balance analiza el consumo de energía primaria, que agrupa toda la energía disponible en su forma original antes de cualquier transformación. En 2024.la Comunidad Foral ha necesitado 2.248.202 TEP de energía primaria, un 2,3% menos respecto a 2023 (52.594 TEP) y se mantiene por debajo de los niveles previos a la crisis energética. "Este comportamiento refleja una tendencia de crecimiento moderado en la última década", ha dicho Aristu. De esta forma, "los datos confirman cambios en la estructura del mix energético, con una reducción progresiva del consumo de combustibles fósiles y un aumento sostenido en el uso de energías renovables y autoconsumo", ha especificado la directora del Servicio de Transición Energética.
El uso del petróleo crece por el transporte
En términos del reparto de consumo por tipo de energía primaria: carbón y coques disminuye un 13,6% respecto a 2023, consolidando la tendencia de abandono de este combustible en favor de fuentes más limpias; petróleo y derivados, aumenta un 10,2% respecto a 2023; gas natural disminuye un 18,4%, principalmente por la menor generación eléctrica en ciclos combinados y la reducción de exportaciones eléctricas; electricidad aumenta su consumo un 13,8%, impulsado por la electrificación de procesos industriales y la movilidad eléctrica; biomasa y otros renovables (biogás, biocombustibles, geotermia) crecen un 3,2%, reflejando el avance en el uso de fuentes renovables para calefacción y procesos térmicos. Así lo ha detallado Aristu.
Por su parte, el consumo final energético en Navarra en 2024 fue de 1.870.917 TEP, lo que supone un incremento de 94.954 TEP (+5,4%) respecto a 2023 y refleja la recuperación de la actividad económica y la normalización de la demanda tras la moderación del año anterior.
25 millones de fondos propios
Para acelerar la transformación, el Gobierno de Navarra va a destinar casi 25 millones de euros de fondos propios entre 2025 y 2026, a programas de apoyo a empresas, entidades locales y ciudadanía. Estas ayudas incluyen incentivos para el autoconsumo, la movilidad sostenible, la descarbonización industrial y residencial y el desarrollo de comunidades energéticas, reforzando el compromiso con un modelo energético más limpio y competitivo.
La fotografía de la última década
El petróleo y derivados mantiene una presencia estable con ligeras variaciones pasando de 800.083 TEP en 2014 a 832.761 TEP en 2024 lo que representa un incremento del 4,1%. El gas natural experimenta una variación con un aumento del 3,5% respecto a 2014. La electricidad muestra un crecimiento sostenido alcanzando 393.563 TEP en 2024 lo que supone un incremento del 3,7% frente a 2014 y un 3,9% respecto a 2023 consolidando su papel en el sistema energético.
La biomasa y otros presentan una evolución más estable con un incremento del 3,2% respecto a 2023. En conjunto, "los datos reflejan una transición hacia un sistema más diversificado con un peso creciente de la electricidad y la biomasa, aunque el gas natural sigue siendo determinante y el petróleo mantiene su relevancia lo que indica que la descarbonización avanza, pero aún persisten dependencias significativas de combustibles fósiles", ha analizado Aristu.
Transporte, industria y vivienda, principales consumidores
En 2024, los sectores transporte, industria y doméstico-comercio-servicios continúan siendo los principales consumidores, aunque "muestran señales de transición hacia fuentes más limpias", ha apuntado.
El transporte representa el 40% del consumo total (763.173 TEP), la industria en segundo lugar, un 35% del total (651.035 TEP), mantiene un consumo estable tras la caída de 2023. Y, en tercer lugar, doméstico, comercio y servicios supone el 17% del consumo (314.168 TEP), con un repunte respecto a 2023 por condiciones climáticas y recuperación de actividad. "La expansión del autoconsumo fotovoltaico y la sustitución de calderas por sistemas más eficientes han moderado el impacto", ha añadido la directora del Servicio de Transición Energética .
La factura energética costó 2.785 millones de euros el año pasado, cifra que muestra una estabilidad tras el máximo histórico de 2022.
Expansión de la eólica, solar y autoconsumo
La cuota de energías renovables en el consumo final bruto también muestra una evolución positiva, situándose en 28,29%, lo que supone un aumento del 4,81% respecto a 2023 y del 15,37% frente a 2014. Este indicador prácticamente alcanza los objetivos intermedios y evidencia el impacto de la expansión de la energía eólica y solar fotovoltaica, así como del autoconsumo.