Laboral Kutxa prevé que Navarra siga creciendo de forma sólida en 2026. La entidad financiera actualizó ayer sus previsiones económicas para el próximo año, que dibujan un avance del PIB del 1,8% durante el próximo año, tres décimas por debajo de la media española. La Comunidad Foral, que sería capaz de generar unos 4.000 nuevos puestos de trabajo y rozará el pleno empleo con un 6,9% de tasa de paro, se verá penalizada por un sector exterior y una industria que acusan la debilidad de la economía europea. 

De hecho, Ibon Urgoiti, responsable de negocio de la entidad financiera, reclamó a la Unión Europea ambición para dar forma a las inversiones necesarias en “energía y competitividad” que el continente precisa para elevar su crecimiento. En el caso de la Eurozona quedará el próximo año en un 1,1%, a la espera de que “el plan de estímulo fiscal anunciado en Alemania, que supone unos 500.000 millones de euros” sirva como tractor para el conjunto del continente, señaló Joseba Madariaga, responsable del servicio de estudios de Laboral Kutxa. 

Joseba Madariaga indicó que la economía global “avanza hacia un crecimiento más moderado pero también más estabilizado”. Un contexto en el que España y Navarra cuentan con una “posición relativamente sólida” por el “dinamismo de la demanda interna y la fortaleza del empleo”. No obstante, apuntó a “retos estructurales”, especialmente en la industria, el comercio exterior y la productividad que “exigirán una respuesta continuada desde el ámbito público y privado”. En el caso de Navarra, dijo, la evolución de la productividad es algo mejor que en el conjunto de España, donde el empleo crece más que el PIB. 

A nivel internacional, Estados Unidos sigue siendo “uno de los motores de la economía global” y, a pesar de entrar en una “fase más equilibrada”, mantiene tasas de paro “históricamente bajas”. Por su parte, Europa muestra una “notable debilidad, sobre todo en la industria y por la pérdida de dinamismo de Alemania”, a lo que se une un entorno global marcado por las “tensiones geopolíticas y a un proceso de transición industrial que “exige fuertes inversiones”.

A nivel nacional, anticipó un crecimiento de la economía el año que viene “con ritmos más desacelerados” a la vez que ha resaltado un mercado laboral “sólido”, con niveles de empleo “en máximos históricos” y una afiliación que supera los 21 millones de personas. Como contraparte, ha apuntado a la elevada “parcialidad involuntaria”, situada en el 44,4%.  

Navarra desacelera. La economía navarra mantiene un buen ritmo de avance pero desacelera respecto a hace un año, cuando crecía a un ritmo del 3,1% interanual. 

Apoyo de la demanda interna. La demanda interna sigue siendo el principal soporte de actividad, con del consumo privado y los servicios como los motores más potentes, mientras que la industria y el sector exterior restan tracción. 

La construcción, un nuevo motor. Laboral Kutxa señala que la construcción se está consolidando en los últimos trimestres como un nuevo motor económico. En el caso de Navarra, la inversión en este sector podría crecer en torno a un 1,5% o un 1,8% durante el próximo año, anticipando trimestres de elevada actividad.

Previsiones conservadoras. La entidad financiera señala que las previsiones que realiza son estimaciones relativamente conservadoras. Un mejor desempeño de la economía de la UE durante el próximo año podría impulsar algo el crecimiento de Navarra, que hasta el momento se basa casi exclusivamente en el consumo interno. 


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Por su parte, la economía de Navarra mantiene un crecimiento “positivo” pero “más desacelerado”, incrementándose un 0,5% en el tercer trimestre. Un crecimiento “estable” que se apoya en el consumo privado mientras que la industria muestra un “tono más débil”, que Laboral Kutxa atribuyó en parte a la transición al vehículo eléctrico, y el comercio exterior tiene un “dinamismo reducido”. La entidad financiera, que cree positivo, el giro de la UE al no prohibir los motores de combustión, considera que el empleo avanzará un 1,3% el año que viene y que la tasa de paro se situará en el 6,9%. Con cerca ya de 317.000 personas trabajando, esto supondrá una creación de empleo próxima a las 4.000 personas.

Esta cifra se situará ya próxima a lo que tradicionalmente se ha considerado pleno empleo (4-5%), un indicador que, ante el envejecimiento de la población haya quedado seguramente desfasado. Hoy, casi todos los expertos coinciden en que con tasas de paro del 6-7% se roza la realidad que define el pleno empleo: quien quiere trabajar puede hacerlo. Otra cosa son las condiciones salarial y la actividad concreta que toque desempeñar.